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Piñera en campaña: la calculada estrategia tras el voto duro de la derecha Objetivo es movilizar a todo el electorado histórico del sector

Piñera en campaña: la calculada estrategia tras el voto duro de la derecha

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Desde Chile Vamos reconocieron que los análisis internos apuntan a que el ex Mandatario no tiene esta vez la necesidad de salir a buscar los votos de centro, porque apuestan a que con el voto voluntario habrá nuevamente una alta abstención, que la clave entonces estará en amarrar “a los propios” y, por lo tanto, no necesitará “hacer tantas concesiones como el 2009”.


No fue ni el azar ni menos algo improvisado que el martes en la noche Sebastián Piñera se mostrara lejos de ese tono de hombre de centro, casi filo-DC, que desplegó el 2009, como también del que marcó en 2013 una diferencia de fondo con su propio mundo, al liderar la conmemoración de los 40 años del golpe militar apuntando a los “cómplices pasivos” de la dictadura. El candidato de esta campaña, el que habló hace tres días desde la Quinta Normal, tiene una estrategia clara y definida para esta primera etapa de la carrera: apuntar, apelar y convocar principalmente a los suyos, tanto a la base UDI y RN como a ese electorado independiente que es abiertamente de oposición, que es de derecha, en su mayoría bastante conservador, que siempre vota por dicho sector.

Una fórmula orientada básicamente a neutralizar a sus otros dos contrincantes en Chile Vamos, Felipe Kast y Manuel José Ossadón, copar los espacios de sus discursos para consolidarse con ventaja como la única carta con reales opciones de llegar a La Moneda en noviembre. Por eso en RN confiesan que, si bien al mundo más liberal del partido les hizo ruido que el ex Presidente hiciera tantas referencias a Dios en su discurso de casi 40 minutos, entienden la necesidad del momento, de cerrar flancos donde puedan fugarse votos conservadores, especialmente en lo valórico, donde sus oponentes tienen una postura más nítida y dura.

Este es un discurso de primaria evidente, enfocado a los propios”, afirmaron en RN, mientras que desde el núcleo del piñerismo duro agregaron que “con un escenario de voto voluntario hay que partir por movilizar a los electores propios, a los de Chile Vamos, entusiasmarlos, comprometerlos para que vayan efectivamente a votar”.

Como el objetivo es el electorado de la UDI y RN, en la derecha recuerdan que no fue gratuito que Piñera cumpliera un rol no menor en la campaña municipal, en triunfos como los de Punta Arenas, Providencia, Maipú, Santiago y San Miguel.  

La puesta en escena del martes fue potente y el ex gobernante logró su objetivo. Desde esa noche tiene a toda la Nueva Mayoría, de príncipe a paje, desde la Presidenta Michelle Bachelet hasta sus ministros, desde Carolina Goic hasta Alejandro Guillier, diputados y senadores, respondiendo a sus dichos y defendiendo las reformas impulsadas en estos tres años.

Por eso es que desde esa noche en la derecha están sacando cuentas alegres, sienten que ese día se dio un “nocaut” al oficialismo, que el escenario es más auspicioso de lo que pensaron en diciembre, que es totalmente favorable a las aspiraciones del ex Jefe de Estado, que ya “tiene un pie en La Moneda”, que ha demostrado ser incombustible a los cuestionamientos de toda índole, que nada “le pega” y que, por lo mismo, ganará cómodamente.        

Sin embargo, esa lectura triunfalista viene desde antes del lanzamiento en Quinta Normal, tanto en el piñerismo como en buena parte de Chile Vamos, y es la base de la decisión estratégica de poner el acento en el discurso del electorado de derecha, de salir a sintonizar con el malestar de dicho electorado de oposición que sí cree que el país está al borde del abismo a nivel valórico y en materia económica.    

Desde Chile Vamos reconocieron que los análisis internos apuntan a que el ex Mandatario no tiene esta vez la necesidad de salir a buscar los votos de centro, porque apuestan a que con el voto voluntario habrá nuevamente una alta abstención, que la clave entonces estará en amarrar “a los propios” y, por lo tanto, no necesitará “hacer tantas concesiones como el 2009”. Es más, el papel que juegue el Frente Amplio en el escenario político y la chance de que Guillier termine siendo el candidato único de la Nueva Mayoría, hacen pensar en la derecha que una franja del voto de centro se inclinará sola por el ex Presidente, sin que este tenga que hacer un mayor esfuerzo, que “Piñera terminará siendo el mal menor para ese mundo”.

Bajo estas premisas, la estrategia del piñerismo es que después de las primarias el discurso no varíe tanto tampoco, por lo que adelantaron que el ex gobernante en esta campaña “será un candidato más de derecha que el 2009”.

El martes en la noche, Piñera dijo que «el Gobierno de la Nueva Mayoría ha sido un muy mal Gobierno para Chile, los chilenos lo sabemos, lo sentimos y los sufrimos, y digo esto con dolor, pero al mismo tiempo con convicción y con buenos argumentos. Chile ha perdido su posición de liderazgo, que con tanto esfuerzo habíamos conquistado en América Latina (…) prácticamente no crecemos, no creamos trabajo, el deterioro de la calidad de los empleos es algo de todos los días. Los salarios y las pensiones se frenan. La inversión, el ahorro y la productividad, caen (…)  la delincuencia, la drogadicción y el terrorismo, crecen. La calidad de la educación se estanca. La salud está en crisis y el Estado de Derecho se debilita. Pero hay algo mucho más preocupante: la creciente pérdida del sentido de unidad nacional, del principio de autoridad, de la amistad cívica entre los chilenos”.

Frases de esta índole –explicaron en el sector–, no solo apelaron al “sentido común del electorado de derecha”, sino que buscan reafirmar la estrategia del contraste a la que ha apostado los últimos dos años el ex Mandatario, que no da lo mismo el que gobierne y que eso queda claro, añadieron, ya que los errores de la administración bacheletista hacen que lo que fue su Gobierno luzca más fácilmente.

En ese contexto, uno de los ejes del discurso público de Piñera de aquí en adelante será insistir en las razones por las que hay que cambiar de rumbo, una tarea que no es difícil –reconocen– con un Gobierno que supera por poco el 20% de apoyo y al que salir a golpearlo rinde frutos. Por eso Piñera esa noche sentenció que “las oportunidades y las seguridades se debilitan. Las tres reformas estructurales: tributaria, educacional y laboral, fueron mal concebidas, peor implementadas y han significado un grave daño y retroceso para Chile (…). Sin duda, la retroexcavadora ha hecho muy bien su trabajo de destruir sin construir nada y, al quitarles los patines a nuestros estudiantes, también les arrebataron parte de su futuro. Sabemos que la Nueva Mayoría prometió regalarnos el presente, pero la verdad es que nos está arrebatando el futuro», enfatizó.

Temores

Si bien en la derecha todos coincidieron con el tono y contenido del discurso que está desplegando el ex Jefe de Estado, no todos comparten el “triunfalismo” que impera en el sector, el exceso de confianza que advierten desde el propio piñerismo. “Es cierto que hay muchos que ya casi se están repartiendo las oficinas de La Moneda y es un error ese exceso de confianza en un país con voto voluntario y eso puede hacerlo perder”, advirtió un piñerista histórico.

Los mismos no comulgan con la tesis de que a Piñera en esta ocasión solo le bastan los votos de los propios, solamente de la derecha, para asegurar su regreso a La Moneda. “No le alcanza con eso, necesitará salir a buscar al centro, porque sí o sí esta carrera será estrecha, será una definición muy ajustada”, añadieron desde la dirigencia de RN.

[cita tipo=»destaque»] El papel que juegue el Frente Amplio en el escenario político y la chance de que Guillier termine siendo el candidato único de la Nueva Mayoría, hacen pensar en la derecha que una franja del voto de centro se inclinará sola por el ex Presidente, sin que este tenga que hacer un mayor esfuerzo, que “Piñera terminará siendo el mal menor para ese mundo”. Bajo estas premisas, la estrategia del piñerismo es que después de las primarias el discurso no varíe tanto tampoco, por lo que adelantaron que el ex gobernante en esta campaña “será un candidato más de derecha que el 2009”.[/cita]

Por lo mismo, esperan que el discurso hasta noviembre se vaya morigerando un poco a medida que avanzan las etapas de la campaña y que no se quede en el contenido conservador duro, sino que saque más lustre a su condición de ex Presidente, lo que sí puede darle mayor potencia a su campaña.

Las preocupaciones de la derecha en cuanto a la estrategia en marcha también pasan por la forma en que se toman las decisiones en la campaña. Es cierto que el ex Mandatario esta vez, el martes en la noche, hizo gestos públicos y abiertos hacia los dos principales partidos de Chile Vamos, la UDI y RN, no los ocultó en el clóset como el 2009, y las principales figuras del sector, todas, estaban en primera fila y a tiro de cámara.  

Varios, especialmente en RN, tomaron nota de ello y lo valoraron, pero temen que ello sea solo un gesto mediático, una necesidad para afirmar la estrategia de aglutinar el voto propio, pero que en la práctica las colectividades queden más al margen de la toma de decisiones de lo que fue buena parte de su Gobierno, lo que le trajo varios conflictos y roces con sus propios aliados. “Nadie sabía nada realmente de lo que sucedería el martes, en vez de tener un estilo más inclusivo, las señales indican que el círculo será más reducido aún que en la campaña anterior”, precisaron.

Más allá de la crítica reservada, lo cierto es que reconocen que ese estilo político es muy característico de Piñera y que, en las condiciones en que se encuentra hoy, con el viento soplando a su favor, puede darse tales gustos. “Lo mismo hizo Bachelet el 2013. Las condiciones políticas en que está se lo permiten”, indicaron.

En la derecha consideran que ya en las próximas semanas se deben empezar a ver los frutos en las encuestas sobre el impacto de la proclamación del martes, así como de la que harán la UDI y RN en sus máximas instancias partidistas, sus Consejos Generales, hoy y mañana, respectivamente.  

Con todo este despliegue, Piñera tiene que empezar a subir, que tome mayor distancia de todos los candidatos, aunque su primera tarea es sacarle ventaja a Guillier”, sentenciaron en RN. De no haber señales positivas pronto, la estrategia de convocar a los propios, movilizar a la base de derecha, tendría que profundizarse para reforzar esta primera etapa con miras a las primarias del 2 de julio.   

 

 

 

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