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Ex miembro del Tribunal Supremo DC asegura que Caco Latorre hizo lobby para que no castigaran a su entonces cuñado Ricardo Rincón Por caso de violencia intrafamiliar que llegó a la instancia

Ex miembro del Tribunal Supremo DC asegura que Caco Latorre hizo lobby para que no castigaran a su entonces cuñado Ricardo Rincón

La abogada Anita Fuentes era la única mujer integrante del Tribunal Supremo de la Democracia Cristiana cuando se revisó el caso de violencia intrafamiliar que envuelve a Rincón y que, luego de 14 años, recién se hizo público. Ella recuerda que hubo un grupo que quería expulsar al actual diputado y que el entonces esposo de la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, fue a hablar a la instancia alegando la inocencia del hermano de su esposa. Versión que Latorre desmiente tajantemente.


Anita Fuentes Eldán tiene 76 años, 21 de los cuales ha trabajado en el gobierno regional de O’Higgins en la unidad de asesoría jurídica. Mientras ejerció ese cargo, se desempeñó junto al actual diputado Ricardo Rincón (DC), que a mediados de los 90 era jefe de gabinete del entonces intendente Bernardo Zapata.

La abogada era la única mujer que formaba parte del Tribunal Supremo (TS) de la Democracia Cristiana cuando se revisó la denuncia contra Rincón por violencia intrafamiliar contra su ex pareja, Carolina Hidalgo, situación que, luego de 14 años, salió a la luz pública la semana pasada. La brutal golpiza fue acreditada por el 16 Juzgado Civil de Santiago, que incluso lo obligó a hacer un tratamiento psicológico que Rincón nunca cumplió.

Tras conocerse el caso, la presidenta de la DC, Carolina Goic, dijo que ya había sido analizado al interior de la colectividad en 2002, pero al día siguiente dio un giro y anunció que pediría fuera analizado por la Comisión de Ética del partido. Paralelamente, militantes de la tienda solicitaron al Tribunal Supremo la expulsión de Rincón.

Si bien no hay registros ni actas de cómo fue abordado el tema en el TS, ya que –según explicaron desde la colectividad– se perdieron los archivos tras el terremoto de 2010, varios miembros de la instancia coinciden en que no fue sancionado por este tema en particular, sino por un tema político-electoral.

Anita Fuentes lo recuerda con bastante detalle. Y entrega un dato adicional: el entonces subsecretario de Obras Públicas, Juan Carlos Latorre, habría ido a hablar con los miembros de la instancia sancionadora sobre ambos temas, abogando por la inocencia de su –en ese momento– cuñado, ya que estaba casado con la ministra del Trabajo y hermana del parlamentario, Ximena Rincón.

Esta versión es tajantemente desmentida por Latorre, que aseguró que “no sé quién dio esa versión, pero no es efectivo. Lo desmiento categóricamente”.

La mujer, que fue nombrada en 2002 como miembro titular del TS, había sido anteriormente miembro de la instancia a nivel regional. Y si bien la complica hablar públicamente, dice que va a hacerlo porque “creo que la lucha por defender a la mujer tiene que ser así: bien honesta, bien sincera y no se saca nada con ocultar. Yo soy una persona que está contra el machismo, contra la violencia contra la mujer, así que tengo que dar la cara”.

¿No hay archivos ni actas de la suspensión de Rincón. ¿Qué recuerda de la revisión del caso en el Tribunal Supremo?
-Me acuerdo muy bien porque desgraciadamente Juan Carlos Latorre fue presidente regional aquí en la VI Región y Rincón había trabajado conmigo en el gobierno regional como el 95.

Latorre defendió mucho a Rincón y fue a hablar con nosotros al Tribunal Supremo para tratar de convencernos de que no lo expulsáramos. Él quería que no lo castigáramos, quería que lo perdonáramos. Por los dos temas. Pero, más que nada, por la cuestión de la violencia intrafamiliar. Porque la cosa política, a mi juicio, no era gran cosa. Pero los cinco que votaron a favor de la suspensión le dieron mucha importancia a ese tema justamente para evadir el otro.

-¿Qué fue lo que votaron?
-Unos decíamos que había que expulsarlo por el problema de la violencia intrafamiliar y por lo político, que a mi juicio no era tanto. Y el otro grupo sostuvo que este tema de la violencia intrafamiliar era privado y que el problema era político no más. Entonces lo suspendieron por cuatro años y nosotros perdimos.

Jorge Leiva, que todavía está en el tribunal y es muy conservador,  lideró esta idea de que la violencia intrafamiliar era un tema privado, a lo que nosotros nos opusimos tenazmente. Dentro de ese grupo estaban Leiva, Patricio Reinoso, había un señor Andrés Donoso, me parece, y había otro que había sido subsecretario de un ministerio.

Nosotros –Eric Campaña, entonces presidente del TS; Sergio Hernández, ex concejal; el abogado Jorge Orchard Pinto y yo– queríamos además que se condenara por la violencia intrafamiliar, no solamente por la cosa política. Nos parecía mucho más grave.

[cita tipo= «destaque»]»Latorre defendió mucho a Rincón y fue a hablar con nosotros al Tribunal Supremo para tratar de convencernos de que no lo expulsáramos. Él quería que no lo castigáramos, quería que lo perdonáramos. Por los dos temas. Pero, más que nada, por la cuestión de la violencia intrafamiliar. Porque la cosa política, a mi juicio, no era gran cosa. Pero los cinco que votaron a favor de la suspensión le dieron mucha importancia a ese tema justamente para evadir el otro.[/cita]

Pero quedó como un asunto privado. A la hora de votar solamente se votó lo político. Pero eso es bueno, porque eso daría pie para que el TS viera ahora la violencia intrafamiliar. Porque en esa época no existía el repudio prácticamente universal que hoy existe. En esa época a nosotros no nos pescaron simplemente. Ni a mí, que soy una persona muy feminista, que he luchado siempre por defender a mujeres y niños. Yo di mi opinión con mucha fuerza y con mucha convicción. Porque además yo conocía a Rincón. Lo conozco, sé cómo es.

-Cuando dice que sabe cómo es, ¿a qué se refiere?
-Es una persona muy soberbia, que tiene rasgos de personalidad narcisista. Dejó un muy mal recuerdo en el gobierno regional porque trataba mal a las personas. Tenía gestos autoritarios, se sentía intendente, porque la verdad es que a él lo puso Latorre, que era su cuñado. Y puso también a Zapata, que era el intendente, entonces en realidad el que mandaba ahí era Rincón.

Me recuerdo, por ejemplo, que Latorre vivía yendo a la Intendencia y cuando llegaba Latorre –yo tenía la oficina al frente– Rincón salía gritando «¡agua mineral para el diputado!, ¡agua mineral para el diputado!». Así como loco. Y en esa época era bien joven y decía que era abogado y ni siquiera creo que tenía el primer año de Derecho.

Yo trabajé con él y sé cómo trataba a la gente, era muy déspota. Lo sigue siendo.

¿Cómo llegó el caso de violencia intrafamiliar al Tribunal Supremo?
-Lo que yo recuerdo es que nos llegó como nos llegaban muchos otros casos. Y nosotros inmediatamente decidimos citar a esta niña. Para Eric Campaña, que era el presidente, fue mucho más importante este tema que el otro. Y para nosotros, que era el grupito que siempre votábamos igual, también.

Llegó una denuncia de ella, acompañada de varios informes del hospital, donde aparecían las lesiones, que eran hartas.

-¿Tuvieron acceso a documentos y pruebas que acreditaban lesiones?
-Claro. Y ella había vivido bastante tiempo con él. Y no solo tuvo este problema, sé que tenían un lío de platas.

-Te parecieron creíbles las pruebas?
-Sí, por supuesto. Yo sé que una mujer no miente por una situación así. Cuesta mucho denunciar.

-¿Después volvieron a saber de ella o el caso?
-No. Supe de esto porque trabajo en el gobierno regional y después me encontré con Latorre y me trató muy mal. Él decía que por mi culpa habían suspendido a Rincón cuatro años, que yo había convencido a los demás integrantes, lo que no era así.

-¿Citaron finalmente a Carolina Hidalgo?
-Nosotros la citamos, pero yo no estuve en esa sesión, cuando ellos fueron.

¿O sea, ella fue?
-Claro.

¿Y quién estuvo?
-Me imagino que Eric Campaña, porque nunca faltaba. Después fue Latorre  a tratar de convencernos y a mí me pareció pésimo, porque en esa época él tenía harto poder.

-¿Y qué les dijo? ¿Reconocía lo sucedido?
-No, él no reconocía que hubiera pasado, y fue muy insolente con nosotros. Yo tenía mi opinión personal de él y evité darla para que el otro grupito no me acusara. Me quedé callada, pero después que se fue, la mayoría de los integrantes estaban indignados con él. Y todos dijeron que era un insolente, que nos había tratado pésimo.

-¿Por qué?
-Negó todo, lo de la violencia, indignado porque habíamos pescado esto, y negó también la cuestión política.

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