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Tirar la toalla Opinión

Tirar la toalla

Felipe Kast
Por : Felipe Kast Diputado de Evópoli
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Una acción política orientada a la consolidación de un proyecto de desarrollo para los próximos 30 años, no puede quedar sujeta a la desazón de quienes ven con nostalgia el mundo de los últimos 40 años. Mucha de esta nostalgia hay en los discursos de los automarginados de estos días y, sobre todo, un impulso conservador cuyo único norte es la restauración de un ansiado antiguo orden, aun cuando este no tenga ninguna conexión con las aspiraciones y capacidades de un país moderno, inquieto, diverso y emprendedor.


Por estos días hemos visto a distintos actores de la esfera pública haciendo noticia desde el retiro: usando la renuncia o marginación de procesos, responsabilidades o colectividades como un argumento de acción política, a fin de evidenciar la situación de incertidumbre por la que atraviesan distintos estamentos del país.

Sin perjuicio de la legitimidad de posiciones como las descritas, por ningún motivo la incertidumbre puede ser una excusa para tirar la toalla, apagar la luz y retirarse de la escena. Muy por el contrario, los actuales tiempos requieren de intensa reflexión, debate y, sobre todo, participación.

La lógica de la marginación se parece mucho a la lógica defensiva que, en el plano futbolístico, tenía Chile antes de la actual generación que nos regaló ser campeones de América. Y buena parte del desprestigio de quienes creemos en las ideas de la libertad se genera por esa actitud defensiva y con temor a jugar de igual a igual con las ideas propias.

Por lo mismo, una acción política orientada a la consolidación de un proyecto de desarrollo para los próximos 30 años, no puede quedar sujeta a la desazón de quienes ven con nostalgia el mundo de los últimos 40 años. Mucha de esta nostalgia hay en los discursos de los automarginados de estos días y, sobre todo, un impulso conservador cuyo único norte es la restauración de un ansiado antiguo orden, aun cuando este no tenga ninguna conexión con las aspiraciones y capacidades de un país moderno, inquieto, diverso y emprendedor.

[cita tipo= «destaque»]Aun cuando se vea tentadora la oferta de unirse a quienes se hacen a un lado para depositar en otros la responsabilidad y la culpa, a nosotros no nos verán tirando la toalla, sino aceptando, de buena fe pero sin ingenuidad, la invitación a debatir y deliberar. Y, en este esfuerzo, esperamos sumar a muchos más.[/cita]

Para Evolución Política, la demanda de los tiempos actuales es justo la contraria. Creemos que los debates sobre el tipo  de sociedad en la que queremos vivir, las formas de organización de la política, el espacio para la creación y el emprendimiento, la institucionalidad educativa y tantos otros debates que se han abierto en el último tiempo, son espacios que –aun cuando han sido propuestos con una clara intencionalidad político-ideológica– requieren ser abordados con profundidad y espíritu republicano, precisamente para no convertir la incertidumbre de muchos en una profecía autocumplida de retroceso manifiesto.

El mundo que soñamos está al alcance de nuestros esfuerzos y está adelante, no atrás. Por eso, nos quedamos, nos organizamos y nos preparamos para convencer, congregar y conquistar. No estamos dispuestos a seguir la estrategia del avestruz ni a replegarnos para que una hipotética agudización de las contradicciones resuelva por los hechos lo que debemos disputar con ideas.

No. Nosotros creemos en la política y sobre todo en la sociedad. Creemos en la potencia de las ideas y en la fuerza de los espíritus emprendedores de diversa especie. Por eso, aun cuando se vea tentadora la oferta de unirse a quienes se hacen a un lado para depositar en otros la responsabilidad y la culpa, a nosotros no nos verán tirando la toalla, sino aceptando, de buena fe pero sin ingenuidad, la invitación a debatir y deliberar. Y, en este esfuerzo, esperamos sumar a muchos más.

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