Dijo que se trata de una situación que «ha hecho daño», dados los cuestionamientos de los que fue objeto y en los que se puso en duda su legitimidad como máximo representante de la Iglesia chilena.
Al realizar este miércoles un balance de fin de año, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, recordó la divulgación en septiembre pasado de un intercambio de correos electrónicos suyo con el cardenal Francisco Javier Errázuriz como una demostración del «clima generalizado» en su contra que generaron los medios de comunicación «no sé por cuáles motivos».
Se trata de los mails que dio a conocer El Mostrador y en los que ambos religiosos analizaban de manera negativa la posibilidad de que el sacerdote Felipe Berríos fuera nombrado capellán de LAa Moneda, o que el periodista Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abusos sexuales por parte del ex párroco de El Bosque Fernando Karadima, integrara integrara la Comisión Pontificia de Previsión de Abusos Sexuales que creó el Papa Francisco.
«Ha habido una sobrevaloración o una sobreexposición de la prensa, no sé por cuáles motivos, pero es injustificada y ha creado, sin duda alguna, como hace la prensa frente a muchas cosas, un clima generalizado», afirmó Ezzati durante una conferencia de prensa.
Dijo que se trata de una situación que «ha hecho daño», dados los cuestionamientos de los que fue objeto y en los que se puso en duda su legitimidad como máximo representante de la Iglesia chilena.
«Las cosas apuntan, ordinariamente, a la última responsabilidad, la que tiene, en este caso, el arzobispo de Santiago o el obispo de una diócesis, pero yo creo que una visión crítica de este tema de los mails le puede llevar tranquilamente a cada uno de ustedes a mirar las cosas con objetividad y a discernir con objetividad lo que es verdadero de lo que puede ser una construcción que alguien que hace investigación periodística puede hacer», dijo.
En tanto dijo sobre el caso Karadima que es «horripilante» y lamentó que no pudiera llegarse a un acuerdo para evitar el juicio político que entablaron las víctimas contra el Arzobispado por supuestamente haber encubierto los hechos, lo que a su juicio «no tiene asidero alguno».
«Yo siempre dije que lo que he podido leer del juicio del padre Fernando Karadima es algo realmente horripilante, que no tiene ninguna justificación. Eso está claro, tan claro que la Santa Sede en octubre del año 2010 emitió un decreto, que yo recibí el día después de haber asumido como arzobispo de Santiago para ejecutarlo, y yo le puedo decir con toda honestidad, y con la cara muy en alto, que el decreto de la Santa Sede se ha ejecutado tal como la Santa Sede lo ha pedido».
