Lo anunciaron en carta al director de El Mercurio el día sábado
«Hemos decidido poner término a este proyecto privado común para, por una parte, evitar cualquier interpretación equivocada sobre sus objetivos y, por otra, poder actuar con libertad en la vida pública, desde distintas opciones o lugares», sostuvieron. De esta forma, se cae la alianza que querían forjar los dos ex panzers de la UDI con el dueño de Imaginacción, con el objetivo de sortear los problemas que ha tenido su consultora –LCH&H– para reclutar clientes.
Los ex ministros del gobierno de Sebastián Piñera, Pablo Longueira y Andrés Chadwick, junto al abogado Luis Hermosilla, formaron la consultora: LCH&H, con la finalidad de entregar asesorías a empresas y organizaciones civiles. Su objetivo: que los proyectos sean bien recibidos por las comunidades, en el marco de «un país que vive hoy un momento de gran trascendencia en las decisiones políticas que se están afrontando».
Sin embargo, la experiencia, los contactos y el poder político de los dos ex panzers de la UDI, al parecer, no fueron suficientes. Han visitado muchas empresas y los contratos les han sido esquivos. La razón por la cual les ha costado cerrar acuerdos es porque los empresarios identifican a Longueira y Chadwick como ex ministros –de Economía, uno; vocero y del Interior, el otro– del gobierno Sebastián Piñera. Y que temen que estar asociados a esos nombres pueda caer mal en la actual administración Bachelet, más si Piñera se postula a La Moneda otra vez. (Más detalles en la nota: «Longueira y Chadwick firman acuerdo con Correa tras problemas para reclutar clientes para su oficina de asesorías«).
Por ello, ambos decidieron acercarse a Enrique Correa, el dueño de Imaginacción, la única empresa que siempre ha reconocido hacer lobby en Chile y que también presta asesoría comunicacional. Hasta ahí todo parecía ir bien encaminado. Incluso, ambas partes firmaron un acuerdo de entendimiento para atender clientes en conjunto. Sin embargo, este sábado Chadwick, Longueira y Hermosilla comunicaron –a través de una carta publicada en El Mercurio– su decisión de echar abajo el mencionado acuerdo.
«Hemos decidido poner término a este proyecto privado común para, por una parte, evitar cualquier interpretación equivocada sobre sus objetivos y, por otra, poder actuar con libertad en la vida pública, desde distintas opciones o lugares. El país vive hoy un momento de gran trascendencia en las decisiones políticas que se están afrontando y pensamos que exige un esfuerzo de todos. Ello nos demanda tener plena libertad y no permitir que haya lugar a duda alguna sobre la transparencia de nuestras actuaciones en la defensa de nuestros principios y valores, como lo hemos hecho durante toda una vida», sostuvieron en la misiva.
«Hemos llegado al convencimiento de que en las actividades públicas no deben existir condiciones o limitantes que permitan confusiones o malos entendidos entre la defensa del interés público y el privado. La experiencia, en este corto tiempo, nos ha indicado que no basta adoptar resguardos o fijar límites propios, pensamos que es necesario establecer separaciones aún más claras y categóricas», agregaron.
«Así, hemos creído que lo correcto es cerrar la consultora profesional antes de iniciar cualquier trabajo remunerado en asesorías de proyectos vinculados con comunidades y hacerlo público a través de esta carta», concluyeron.
