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La impunidad como la forma más eficiente de incentivar el odio Opinión

La impunidad como la forma más eficiente de incentivar el odio

Jaime Abedrapo
Por : Jaime Abedrapo Académico de la UDP.
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Cobardía, servilismo, hipocresía, egoísmo y falta de integridad, son todos componentes que en conjunción permiten comprender la expresión deshumanizante de la impunidad, la que de tanto en tanto deben soportar los pueblos, ya sea en forma de dictadura, tiranía, monarquías o incluso seudo – democracias que violan los derechos humanos a costa de conseguir sus objetivos políticos, es decir: Estados terroristas.

Desde el derecho internacional contemporáneo se ha intentado limitar la impunidad de los crímenes más atroces, tales como el genocidio, crímenes de guerra o de lesa humanidad. Existen un sin número de tratados al respecto y como pieza fundamental debemos mencionar al Tratado de Roma de 1998, que crea la figura del Tribunal Penal Internacional, el cual está pensado para sancionar este tipo de crímenes.

Sin embargo la impunidad siempre sobrevive. Tiene esa extraña cualidad de representar lo peor de nuestra naturaleza humana y es resiliente, sin importar que en sí misma incite al odio y la violencia, ya que la impunidad ahoga los corazones por las tantas lágrimas derramadas de dolor, impotencia y sufrimiento.

Hoy, en los tiempos de la era de la información, la que nos permite por medio de las redes sociales ser testigos de los más dantescos espectáculos de masacres, la impunidad no sólo sobrevive, sino que demuestra su poderío a escala mundial. En efecto, la sanción o falta de castigo tras los crímenes se hace más evidente y ni siquiera hay interés en ocultar los crímenes, ahora estos se reconocen y justifican livianamente.

La impunidad se viste de ropaje soberano, es decir, siempre las personas y los principios los considerará supeditados a objetivos políticos de los Estados. En este contexto, hoy los ciudadanos comunes y corrientes nos conmovemos con los 62 palestinos muertos el 15 de mayo a manos de francotiradores de Israel, quedando registrado  que los asesinados no portaban ni un arma.

Por su parte, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu sostiene que “los métodos no letales no funcionan con los palestinos”. Cualquier persona que justifica crímenes flagrantes de esa manera debiera mínimamente ser sometida a proceso judicial, sin embargo cuenta con el fuero de la Impunidad. Tampoco el Gobierno Israelí recibirá sanciones, la impunidad de nuevo gana la partida. Existen fotografías, grabaciones, periodistas como testigos, personas que representan a Naciones Unidas y de las organizaciones de la sociedad civil de carácter humanitario, y todos concuerdan que hubo una matanza injustificada, pero la impunidad es más fuerte.

Conocemos de la capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de Estados Unidos, cómplice de la impunidad en esta ocasión, pero ni siquiera ello exculpa a la comunidad internacional.

Lo más triste será ver como viviremos algunos días de repudio tras estos hechos, pero a poco andar la impunidad quedará en la historia, mientras que la agenda de los políticos y de los medios de comunicación social pasen a otros asuntos.

Eso sí, la impunidad nuevamente victoriosa deberá prepararse para estar presente y activa como consecuencia de la incitación al odio que siempre crecerá a su lado, ya que muchos olvidan que son dos caras de una misma medalla.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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