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Seguridad pública: análisis y alcances de la Enusc 2017 Opinión

Seguridad pública: análisis y alcances de la Enusc 2017

Rodrigo Rettig
Por : Rodrigo Rettig Abogado, Magíster Política y Gobierno, UDP.
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La semana recién pasada se dio a conocer una nueva versión de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), instrumento que transversalmente es reconocido por expertos en materia delictual como el “barómetro” de la evolución y análisis de la delincuencia. Básicamente lo que recoge son respuestas a preguntas determinadas que permiten tener un panorama país en relación a indicadores de victimización (usted o alguien de su familia ha sido víctima de delito en los últimos 12 meses), percepción de aumento de delincuencia en el país y, por último, la tasa de denuncia de delitos, entre otros. En razón de estos resultados se pueden sacar conclusiones verosímiles y objetivas respecto al fenómeno delictual. De interés es también cruzar los datos que nos entrega.

Pues bien, en materia de victimización, se puede constatar que ésta ha aumentado 5,2% en últimos 5 años. Si en 2013 la victimización era del 22,8%, en 2017 aumentó a un 28%, teniendo alzas sostenidas durante todos esos años. Sin embargo, ante una eventual y rápida conclusión referente a que en el último gobierno la delincuencia aumentó, lo cual de cierta manera es cierto atendidos los números antes mencionados, en razón de la objetividad y evidencia debemos recordar que de los últimos 7 años, fue en 2011 el año en que el porcentaje de hogares victimizados tuvo el récord, con el 28,8%. Además, considerando también otros indicadores como los casos policiales (detenciones y denuncias) que manejan las policías, fue el año 2011 también el líder del último tiempo con 654.828 a nivel país. El año 2017 fue el con menos casos policiales desde 2010, con 559.086.

AÑO ENUSC CASOS POLICIALES
2010 Victimización: 25,6%

Denuncia: 40,5%

597.987
2011 Victimización: 28,8%

Denuncia: 42,4%

654.828
2012 Victimización: 24,3%

Denuncia: 42,8%

597.629
2013 Victimización: 22,8%

Denuncia: 39,8%

597.033
2014 Victimización: 23,5%

Denuncia: 37,2%

614.030
2015 Victimización: 26,4%

Denuncia: 40,3%

595.876
2016 Victimización: 27,3%

Denuncia: 39,5%

562.218
2017 Victimización: 28%

Denuncia: 38,5%

559.086

Tabla1: indicadores de victimización, denuncia y casos policiales.

FUENTES: Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, Centro de Estadísticas y Análisis del Delito (CEAD), Subsecretaría de Prevención del Delito. Base AUPOL.

Lo anterior permite concluir que la autoproclamación a nivel gubernamental de que tal o cual sector lo hace mejor en materia de delincuencia, debe verse con cuidado, ya que las cifras permiten sostener “triunfos o derrotas” para ambos lados. Como sugerencia, desconfíe cuando le digan que “este equipo es mejor que el otro” en esta materia.

[cita tipo=»destaque»]Para la pregunta de percepción del delito, las alternativas de respuesta son: experiencia personal, información de otras personas, experiencia de familiares, programas de TV y, por último, las noticias de TV. ¿Sabe usted cuál es la principal fuente para afirmar que el delito campea? Sí, adivinó: las noticias de TV con un abismante 49,5%. Le sigue información de otras personas con un 14,1%, experiencia personal con un 12,7%, experiencia de familiares con un 9,6% y programas de TV con un 6,4%.  Por tanto, usted tiene que casi 9 de cada 10 personas perciben que la delincuencia aumentó, pero 2,8 de cada 10 efectivamente fueron víctimas de un delito.[/cita]

En relación a la percepción de la delincuencia en el país, 4 de cada 5 personas señalan que la delincuencia aumentó, y este es otro indicador de cuidado analizar, pero la razón indica que es necesario contrastarlo con la lámina siguiente de la presentación de la encuesta, que refiere a la fuente de información para afirmarlo.

Para la pregunta de percepción del delito, las alternativas de respuesta son: experiencia personal, información de otras personas, experiencia de familiares, programas de TV y, por último, las noticias de TV. ¿Sabe usted cuál es la principal fuente para afirmar que el delito campea? Sí, adivinó: las noticias de TV con un abismante 49,5%. Le sigue información de otras personas con un 14,1%, experiencia personal con un 12,7%, experiencia de familiares con un 9,6% y programas de TV con un 6,4%.  Por tanto, usted tiene que casi 9 de cada 10 personas perciben que la delincuencia aumentó, pero 2,8 de cada 10 efectivamente fueron víctimas de un delito.

En razón de esto, es necesario que las estaciones de televisión, directores de canales y equipos programáticos de noticiaros hagan un análisis retrospectivo de cuál es el mensaje que se está dando en relación al delito y, en consecuencia, que es lo que se construye en virtud de ello a nivel país. Con esto no quiero decir que no se informe del portonazo o el homicidio, ya que evidentemente son informaciones de interés para la comunidad, pero podría ir de la mano con informaciones que permitan objetivizar la noticia y comprender que la TV tiene mucho que aportar (o restar) para mejorar la convivencia del país y, extendiendo el argumento, la democracia.

Esto, por cuanto al haber una altísima mayoría de personas que perciben que la delincuencia aumentó, se levanta una discutible idea de que el delito se desborda, trayendo como consecuencia demandas ciudadanas fundadas en percepciones más que en información objetiva, lo que termina decantando en populismo penal como se pudo advertir en la agenda corta anti delincuencia del último gobierno, en dónde diversas modificaciones realizadas por ella van destruyéndose a través de resoluciones del Tribunal Constitucional que declara inaplicables ciertas normas de la agenda por considerárseles inconstitucionales en casos particulares. Apunto, por ejemplo, a la imposibilidad de acogerse a beneficios de cumplimiento alternativo de penas en delitos de porte de armas. En síntesis, se genera un círculo vicioso que no ayuda a mejorar la prevención del delito y su control, sino que más bien erosionan la democracia a través de dudosas leyes que tienen como génesis discutibles percepciones.

Ahora bien, en cuanto a la denuncia, ésta bajó de un 39,5% a un 38,5%. Sin denuncia no hay investigación, por tanto, no hay esclarecimiento de los hechos, no llega la justicia y, además, los recursos en materia de asignación de nuevas comisarías, carabineros, entre otros, no es del todo eficiente al estar subestimadas las cifras de ocurrencia de ilícitos. En esta materia, es estrictamente necesario fomentar la utilidad de la denuncia. Si bien hay un problema en la investigación de delitos contra la propiedad (transversal, no sólo en Chile), ya que probablemente no queden pruebas que permitan esclarecer los hechos como, por ejemplo, sí lo hay en un homicidio, la comunidad debe comprender que la denuncia tiene otro objetivo tanto o más importante que la resolución del caso: la asignación eficiente de recursos, que termina decantando probablemente en mejor prevención.

En línea con lo anterior, el gobierno ha lanzado un interesante programa llamado Sistema Táctico de Operación Policial (STOP) que apunta a la prevención teniendo como fuente de información la denuncia. Sin embargo, como ésta presenta problemáticas referente a limitantes para realizarlas, puede ser una iniciativa que peque de falta de información. Si se pretende dotar de eficiencia al STOP, cuyo objetivo es diferente al inicio del proceso penal de denuncia tradicional, debe introducir nuevas formas de ingreso de información a modo de «alertas» o «incidentes» que doten de robustez al programa. Ahí hay un trabajo que hacer con organismos públicos como intendencias, gobernaciones, municipios, centros de salud, entre otros.

Como se ve, el análisis de los datos de ilícitos permiten una serie de interpretaciones distintas, todas válidas, pero que al final deben ser analizadas con altura de miras, siempre incorporando la variable “bien común” al análisis y no intereses partidistas. Lo ideal es que baje la victimización, aumente la denuncia y disminuyan los casos policiales. Con esa trilogía se permitirá decir con fundamento, abarcando todas las variables, que la delincuencia ha retrocedido.

Por último, nunca dejar de lado en el análisis las circunstancias sociales que influyen en el delito. El camino a largo plazo debe ser de mejorar la calidad de vida de los chilenos a través de políticas que generen sentido de pertenencia y cohesión social, ya que indudablemente las diferencias sociales explican en parte importante la génesis de los ilícitos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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