Publicidad

Tomas feministas

Por: Rodolfo Andrés Saldivia Lillo


Señor Director:

La igualdad de género es una de las principales luchas del actual movimiento estudiantil. Estamos frente ante una rebelión cultural contra una sociedad machista en su arista más visible: el acoso sexual y el abuso del poder. Pero esta es una arista más de las más injustas y notorias deficiencias de nuestra sociedad: La desigualdad en el mundo laboral no se evidencia solo en el menor pago hacia las mujeres, sino que también en los tipos de trabajo a los que optan las trabajadoras. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen más posibilidades de tener empleos vulnerables que los hombres.

Por otro lado la brecha de salario por género, sigue siendo un obstáculo para igualar la cancha. En Chile -de acuerdo a cifras recolectadas por la OCDE en 2015- las mujeres percibían casi un 15% menos de sueldo que los hombres. Según la revista Forbes, solo el 5% de los directorios de empresas alrededor del mundo tienen mujeres en sus filas. Las principales razones están en primer lugar en la cultura, dado que los salarios de las mujeres se perciben como un segundo salario. Se les ofrece un sueldo inferior porque se subentiende que tienen una pareja que es la proveedora.

Otro factor es la dificultad para conciliar el mundo profesional con el familiar, situación que se evidencia tanto en las largas jornadas de trabajo como en el costo de servicios de cuidado de niños o aseo del hogar, labores que culturalmente recaen además en mayor medida sobre las mujeres.

Algunas de las mujeres quizás no han leído a Julieta Kirkwood o Judith Butler, pero no necesitan teoría para saber que las discriminan, las acosan, las violan o las matan. A 50 años de la revuelta estudiantil de mayo del 68 las mujeres en Chile hoy levantan legítimamente sus demandas en un contexto general de abuso, apuntando al corazón de la sociedad chilena, tal como fuera el 2011 esa vez por “el no al lucro”, esta vez por “el no al abuso”. De su éxito depende buena parte del mejor futuro de chilenas y chilenos.

Rodolfo Andrés Saldivia Lillo

Abogado

Publicidad

Tendencias