Señor Director:
Un fantasma recorre los pasillos de las universidades chilenas, el de hace 50 años exactamente con la revolución de Mayo de 1968, cuando una concatenación de protestas en Francia, por parte de estudiantes universitarios/as, lograron unir a obreros , sindicatos industriales, generando la más grande movilización y unión de fuerzas en Francia, dando impulso a reformas profundas y provocando un impacto en el mundo entero.
Hoy – como un hecho sin precedentes – la voz de las mujeres, acalladas por tantas condiciones a las que somete una cultura patriarcal, misógina y de infinitas desigualdades, rompe el silencio, tomando los espacios físicos para llamar la atención a una sociedad que ha sido indiferente con sus hijas, hermanas y madres. El acoso en sus diferentes manifestaciones y que ha sido el denunciado ahora, el sexual, es una de expresiones de la violencia a la que se ha sometido a las mujeres desde la niñez.
Esta oportunidad histórica de hacer visible lo que se ha naturalizado, demuestra que la fuerza de la población mayoritaria del planeta , la de las mujeres, es una fuerza de sabiduría y conciencia que no desea la victimización y que tiene el valor de exponer sus demandas. La feministas universitarias como se les ha llamado, no están pidiendo nada injusto, ninguna concesión especial, sino el justo derecho a existir y crear en todos los espacios de la sociedad, a participar sin la existencia de un techo de cristal que pone freno a sus desarrollo.
La historia oficial, que áun invisibiliza el aporte de las mujeres deberá ceder y entender que donde ha habido creación, ciencia, transformación, ha sido con la participación de las mujeres.
Las Universidades, lugar donde se debaten las diferentes comprensiones acerca del ser humano habrán de transitar a ser lugares vivibles y de experiencias de aprendizajes para todas/os, sin tener que excusarse por pensar, sin ser excluídas por desestructurar el andamiaje en el que se han construido los modelos educativos, como si fuéramos seres neutrales. En atención a esto sostenemos una academia viva, que comprende las contradicciones de intereses que se juegan los grupos de poder y que el escenario educativo, nunca es neutral, que siempre optamos por prácticas valóricas que comportan dimensiones éticas y que en ese juego social, hay quienes optamos por las transformaciones culturales para una sociedad , justa , sin inequidades , ni injusticias; por cuanto valoramos altamente que las jóvenes hayan dado un paso para salirse de lo indistinto y perfilar mejores condiciones al país con estos gestos de dignidad, que aprendamos a construir qué significa ser mujer u hombre, cómo se construyen las nuevas masculinidades y feminidades en Chile.
Si las mujeres algunos derechos hemos alcanzado, debemos agradecérselo a una feminista, por lo que llamamos a todos /as a manifestar su apoyo y compromiso con la no naturalización de las desigualdades.
Dra. Victoria Gálvez Méndez
Académica
Directora Ejecutiva Observatorio Sociedad y Género
Mg. Rodrigo Azócar González
Académico
Director Social Observatorio Sociedad y Género
Mg. Flora Mandiola
Académica
Secretaria AGADES
Dra. Annabella Arredondo P.
Médica – Epidemióloga
Mg. Luz María Moreira
Académica
Profesora Jennibeth Bravo López
Profesora Educadora Diferencial
Docente
Dra. Isabel Briceño
Académica
Música Isolda Muñoz Bórquez
Violinista y Directora Orquestal
Profesora Educación Musical temprana
Psicólogo Nicolás Emilio Gómez Gálvez
Psicólogo SERPAJ
SITRAPAJ
Mg. José Álvarez Maldonado
Académico
Investigador Social y Desarrollo
Profesora Maclovia Gómez Inostroza
Química
Mg. María Paz Bertoglia A.
Académica
Profesora Bárbara Alejandra Valenzuela Soto
Inglés
Observatorio Sociedad y Género S&G. V región
Círculo Interdisciplinario de Académicas por el Género/ CIAG Viña del Mar
Asociación Gremial de Académicas/os de Educación Superior.