Señor Director:
Por medio de este pequeño encabezado, me quiero referir hoy día al tema de lo que es el Servicio Nacional de Menores en Chile (SENAME). No vengo a hablar sobre un caso en particular, ya que, como todos sabemos, son miles los que contribuyen a horrorosas estadísticas tales como que el 16,1% de los niños declara pasar hambre, que el 50% se ha sentido deprimido el último año y de los cuales menos del 40% ha recibido atención médica, que 1 de cada 2 delincuentes pasaron por acá, o que el 84,3% ha sufrido castigos tanto físicos como psicológicos, y esto solo por mencionar algunos datos. Pero sí a darle un pequeño enfoque a las intenciones del actual gobierno en cuanto a esta institución, sobre el cual Sebastián Piñera precisó que “no es posible construir un Chile más justo y feliz si seguimos cerrando los ojos ante este drama. No es posible sentirnos orgullosos de nuestra historia si no asumimos nuestra responsabilidad con los niños, niñas y adolescentes vulnerables. No es posible soñar ni construir un futuro mejor para nuestros propios hijos y nietos, si no cambiamos al amargo presente de quienes son también nuestros hijos, pues son hijos de todo Chile”. ”
Desde mi humilde opinión, no podría ser más feliz si efectivamente se empieza a lograr un verdadero cambio en esta institución. Creo que es algo para lo cual la palabra urgente queda chica, creo que hemos normalizado en nuestro país el hecho de que nuestros niños-el futuro- están siendo vulnerados en una institución que sigue haciendo noticia por maltratos y abusos en contra de los que paradojalmente deberían estar siendo protegidos y educados para reinsertarse en la sociedad. No me cabe duda, que no es para nada algo imposible de lograr, creo que se puede apuntar a modelos de países tales como Suecia o Finlandia en la que este “ya no es tema”. Y por supuesto, creo firmemente que esto ya no es un asunto de ideologías políticas o económicas, que es un asunto desesperado de humanidad y de atención hacia quienes el día de mañana van a ser el país, y el mundo.
Amanda Pérez García-Huidobro, III-D SSCC Manquehue
