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Centinelas del Norte

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
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La semana concluida también deja enseñanzas: no es bueno que nuestra delegación se ponga creativa, lo digo por algunos parlamentarios. También nos enseña la semana que al igual que en la Roja, a nadie le importa por quien vota Alexis o Vidal, lo que importa es que a la hora de jugar por Chile, saben meter goles, son los mejores. Lo digo porque ese debe ser el criterio para quienes dirigen nuestro equipo, en el Estado Mayor debe imperar siempre la experiencia, la templanza y el manejo de la estrategia.


Luego de una semana de alegatos en la Corte de La Haya la conclusión es obvia: el desafío no es jurídico, es político – estratégico.

Pasada la primera ronda, nada nuevo hemos escuchado. Y comprensiblemente en las replicas de la segunda semana todo seguirá igual. Bolivia insistirá (ante la Corte) que Chile se comprometió a otorgarle una salida soberana al Pacifico, y que tiene “obligación de negociar”. Los abogados chilenos insistirán que nunca existió ese compromiso y que todo lo resolvió el Tratado de 1904.

Pero fuera de la Corte ocurre lo mas novedoso, veamos.

Bolivia desnudó, por vía presidencial, que no busca solo sentarse a la mesa de diálogo, ni que quiere solamente una salida soberana. Quiere Antofagasta, Calama, Tocopilla y Mejillones, en fin. Instala el irredentismo. Anteriormente las autoridades bolivianas han manifestado que su demanda es un mandato constitucional (lo que es cierto) y que proseguirán en ello aunque les vaya mal en la Corte. En diciembre pasado llamaron a incorporar a sus FFAA en la planificación de los escenarios “pos demanda”.

Temerarias afirmaciones solo nos pueden dejar como conclusión, que obviamente la demanda marítima va mucho mas allá de un civilizado debate de juristas (curiosamente donde ninguno es ni boliviano ni chileno). Por eso, como bien nos recuerda José Rodríguez Elizondo, la naturaleza del problema es de poder.

[cita tipo=»destaque»]Bolivia desnudó, por vía presidencial, que no busca solo sentarse a la mesa de diálogo, ni que quiere solamente una salida soberana. Quiere Antofagasta, Calama, Tocopilla y Mejillones, en fin. Instala el irredentismo. Anteriormente las autoridades bolivianas han manifestado que su demanda es un mandato constitucional (lo que es cierto) y que proseguirán en ello aunque les vaya mal en la Corte. En diciembre pasado llamaron a incorporar a sus FFAA en la planificación de los escenarios “pos demanda”.[/cita]

En su estrategia, el gobierno boliviano trata de posicionarse ante su opinión pública, como el único capaz de “recuperar pronto el litoral” y ante el mundo, como victima de una agresión chilena presentada casi como cotidiana. Pobre David abusado por Goliat. ¿Lo anterior son argumentos jurídicos?, no creo. Pero si son buenos argumentos en la guerra comunicacional adonde nos quieren llevar.

Diplomacia, estrategia, comunicaciones son parte de la maniobra multidimensional de los conflictos modernos, y con Bolivia claramente tenemos un conflicto, porque cuando un Estado reivindica como propio un vasto territorio donde habitan mas de un millon de chilenos desde hace casi ya 150 años, díganme si eso no es un conflicto.

Si aceptamos estas conclusiones, debemos asumir que así como están planteadas las cosas, tendremos una diferencia insalvable con Bolivia y que probablemente dure muchísimo tiempo. El ríspido juego de agresiones para después ofrecer dialogo y partidos de futbol ha dañado severamente la relación bilateral. Por cierto no se arreglara solo con abogados.

La semana concluida también deja enseñanzas: no es bueno que nuestra delegación se ponga creativa, lo digo por algunos parlamentarios. También nos enseña la semana que al igual que en la Roja, a nadie le importa por quien vota Alexis o Vidal, lo que importa es que a la hora de jugar por Chile, saben meter goles, son los mejores.

Lo digo porque ese debe ser el criterio para quienes dirigen nuestro equipo, en el Estado Mayor debe imperar siempre la experiencia, la templanza y el manejo de la estrategia.

Lo destacable, Arica, Iquique, Antofagasta se embanderaron solitas, mostrando el sentir nacional, que no puede ser otro que la unidad nacional ante este tipo de desafíos. Centinelas del Norte.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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