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¿Merece la filosofía ser enseñada y cultivada en Chile?

Por: Achif, Reprofich y directores de Departamentos e Institutos de Filosofía de Universidades


Señor Director:

La Asociación Chilena de Filosofía (ACHIF), la Red de Profesores de Filosofía de Chile (REPROFICH) y los Directores de Departamentos e Institutos de Filosofía de Universidades, quisieran comunicar las siguientes consideraciones con relación al Acuerdo Nº 025/2018, emitido por el Consejo Nacional de Educación (CNED), el día 12 de febrero de 2018.

1. Pese a que el CNED reconoce y valora el aporte significativo de las asignaturas de Filosofía y Ciencias Naturales para el “desarrollo del pensamiento crítico, lógico y científico”, declara, sin embargo, que no hay consenso entre los consejeros sobre la pertinencia de que estas disciplinas sean parte del Plan de Formación General Común para los estudiantes de formación Científico-Humanista, Técnico-Profesional y Artístico.

2. Solicitamos al CNED expresar los fundamentos pedagógicos que le permiten, por una parte, valorar el aporte significativo de las asignaturas de Filosofía y Ciencias Naturales para el desarrollo del pensamiento crítico, lógico y científico, pero, al mismo tiempo, le hacen dudar de su pertinencia en el plan de Formación General Común. Si el Consejo valora verdaderamente estas disciplinas, entonces no parece en absoluto coherente que dude respecto de su presencia en III y IV medio en sus tres modalidades. Esto, tomando en consideración que según la Ley General de Educación, artículo 53, numeral 1, se indica que la función legal del CNED es: “Aprobar o formular observaciones fundadas a las bases curriculares para cada uno de los niveles de la educación regular”. De este modo, la “falta de consenso” o la “falta de tiempo” en la distribución de las asignaturas del Plan de Formación General Común no puede ser señalado como fundamento suficiente.

3. El CNED comunica públicamente el 22 de febrero de 2018 (www.cned.cl) que hay posturas disímiles respecto de la presencia de la Filosofía en “el núcleo de formación común obligatorio en los años de III y IV medio para las tres modalidades” debido a la consideración del “tiempo que cada modalidad destina a las asignaturas que le son propias”. Como se advierte, lo que está en juego aquí como criterio de decisión de la pertinencia de la filosofía es el tiempo que debe ser destinado a las asignaturas que correspondan con el tipo de formación del establecimiento educacional en cuestión. Es dicho criterio el que le haría dudar de la pertinencia de la filosofía en el Plan de Formación General Común. Frente a esto, cabría señalar que el tiempo no puede ser una razón de peso para poner en cuestión su presencia en nuestros establecimientos educacionales. No es comprensible que se supedite una discusión profunda e informada sobre la necesidad de la filosofía en el sistema escolar a razones técnico-operativas como las esgrimidas anteriormente. Se requiere que el CNED proporcione fundamentos estrictos que rindan cuenta efectiva del “juicio experto –como se declara– de los propios consejeros y de un trabajo de evaluación efectuado tanto por las áreas técnicas respectivas del propio consejo, como por expertos externos, tanto nacionales o extranjeros, que son convocados debido a sus calificaciones, experiencia o trayectoria”. Dado lo anterior, cabría preguntar si son estas las razones efectivas o hay una idea de currículum escolar que se juega de fondo y que guía estas medidas. Si es así, esta idea debiera ser explicitada y argumentada.

4. Atendiendo a lo anterior, es muy difícil imaginar las razones que pudieran aducirse para restringir la presencia obligatoria de la filosofía en establecimientos Científico-Humanistas, pero también en los Técnico-Profesionales y Artísticos (cabe destacar que antes de la reforma de 1998 la asignatura de filosofía se impartía también en los colegios TP). La presencia de la filosofía en estos últimos es tan necesaria como en los primeros. Esto, pues más allá de ser una disciplina humanista, su ejercicio en las aulas busca la reflexión y fundamentación del quehacer personal, y también del quehacer profesional y artístico, como bien se puede apreciar en la Ética y en la Estética. En otras palabras, la filosofía es transversal a cada área de ocupación, y fomentando un análisis crítico de la persona misma y de sus propios intereses, brinda también la instancia para un desempeño comprometido y en pos de la excelencia en la actividad que se ha optado llevar a cabo en la vida. Asimismo, es preciso destacar que el ejercicio de la filosofía es también un espacio esencialmente democrático, es decir, de circulación libre de las ideas, de debate, de conocimiento y de transformación. Ciertamente, la filosofía contribuye significativamente a que mejoremos nuestras democracias, permitiéndonos examinar críticamente, entre otras cosas, los modos de asumir los compromisos con los otros y el mundo social con vistas a un futuro del que también somos responsables. Bajo estas consideraciones, hay que indicar que la filosofía no es ajena ni accesoria a la formación de los estudiantes de Enseñanza Media en los tres tipos que se imparten en nuestro país.

5. Así también, el hecho de que el CNED evalúe la posibilidad de que Filosofía no sea parte del plan de Formación General Común no puede sino ser estimado como un daño significativo que se le hace a todos los jóvenes de nuestro país. La filosofía, junto con desarrollar habilidades y actitudes tales como el pensamiento crítico, entre otras, permite al estudiante abrirse a la posibilidad de comprensión de sí mismo, del mundo y de los otros de un modo reflexivo y fundamental y que, como se advierte, es una fase indispensable en su propio crecimiento y formación que lo prepara para la adultez. Es así como el Artículo nº 30 de la Ley General de Educación expresa como objetivo general de la Educación Media que los estudiantes reciban una formación que contribuya al “desarrollo moral, espiritual, intelectual, afectivo y físico que los faculte para conducir su propia vida en forma autónoma, plena, libre y responsable”. Y, siendo esto así, es claro que junto a su resolución, el CNED debiera indicar qué otra asignatura es aquella que puede brindar la oportunidad de una experiencia de reflexión personal y colectiva, como lo hace la filosofía, de manera que su supresión de la enseñanza Técnico-Profesional y Artística, y su restricción en la Científico-Humanista, no implique desatender una ley ya establecida en nuestro país.

6. Si lo comunicado por el CNED acerca de la filosofía persiste, se corre el riesgo de atentar contra un principio fundamental en toda sociedad democrática como es la equidad, y en este caso, la equidad respecto de la formación y educación mínima que se le debe garantizar a todo joven independiente de sus preferencias ocupacionales futuras. Sea cual sea el tipo de establecimiento educacional, es claro que en una sociedad pluralista, todos los jóvenes tienen el derecho de recibir una formación integral que asegure y fomente una elección autónoma y fundada respecto de sus opciones de vida, como también es indicado en el Artículo nº 30 de la Ley General de Educación. En este sentido, es la experiencia personal y colectiva de la filosofía la que no puede restringirse a un sector determinado de estudiantes, sino que, por el contrario, debe ampliarse de modo que todos puedan recibir la misma formación troncal e integral, donde la filosofía garantiza tanto la equidad como la igualdad en la educación.

7. Conforme a lo anterior, es preciso enfatizar que, a nuestro juicio, la enseñanza de la filosofía no puede quedar relegada, ni tampoco parece viable volverla una asignatura electiva. Cualquier forma de restricción de su presencia en los colegios pone en riesgo la posibilidad de que los alumnos tengan contacto con esta disciplina, que conozcan su naturaleza, y que deseen cultivarla en el futuro como su quehacer profesional. Su restricción implica poner en riesgo la realización de la vocación por un área fundamental del saber y el desarrollo de su enseñanza. Si esto es así, nos parece que la actual resolución del CNED no lleva sino a pensar que de fondo hay una subestimación no solo de la filosofía, sino de la práctica de la misma y, por supuesto, de aquellos profesores que la ejercen en nuestros establecimientos educacionales.

8. Ante estos hechos nos preguntamos por el valor del estudio y desarrollo profesional de la carrera de Pedagogía en Filosofía, considerando que en los últimos veinte años su presencia en los colegios se ha visto constantemente amenazada. Esto parece visibilizar una subestimación y desvalorización por parte de las autoridades respecto del ejercicio de la filosofía y de los profesionales que la enseñan. Es importante señalar que junto con vulnerar el derecho que tiene todo estudiante de participar de la experiencia filosófica en Enseñanza Media, esta constante actitud restrictiva frente a la filosofía perjudica significativamente la fuente laboral de todo Profesor de Filosofía y el derecho que tiene de ejercer su profesión sin verse amenazado cada vez que se replantee el problema de la educación por parte de las autoridades. Si el Estado permite que se dicte la carrera de Pedagogía en Filosofía en las universidades chilenas y, además, a través de los procesos de acreditación vela por su calidad, entonces, debiera garantizar la tranquilidad de los Profesores de Filosofía en su ejercicio profesional. Por otra parte, la misma actitud restrictiva frente a esta disciplina perjudica el desarrollo de la investigación en filosofía y, junto a ello, el crecimiento y fortalecimiento de los Departamentos de Filosofía en la Educación Universitaria. Ante esto cabría preguntar: ¿no se oponen estos cuestionamientos reincidentes a la idea de conducir a Chile a ser un país desarrollado, lo cual requiere que todas las áreas del saber sean cultivadas con excelencia?

9. Toda esta situación nos parece inaceptable, y llamamos al CNED a que nos comunique en qué sentido dice valorar y reconocer el aporte de la filosofía, cuando, finalmente, con su juicio experto –pero no argumentado– emite una resolución que poniendo en duda la presencia obligatoria de la Filosofía en el Plan de Formación General Común, impediría que todos nuestros jóvenes puedan conocerla, cultivarla, transmitirla y optar por ella como una profesión válida, reconocida y digna. Considerando todos los puntos anteriores, es necesario indicar que el debate público que se ha mantenido en los medios sociales a propósito del Acuerdo Nº 025/2018 emitido por el CNED el 12 de febrero de este año no puede ser calificado de “burdo”. Es preciso aclarar que ni ACHIF, ni REPROFICH, han acusado al CNED de querer “eliminar” Filosofía del Sistema Escolar actual. Sin embargo, el gran peligro del que se está advirtiendo en nuestros comunicados es que, si bien la resolución del CNED no constituye una eliminación de iure de la filosofía, con ella se preparan las condiciones políticas propicias para una eliminación de facto, en tanto que la Filosofía no sea considerada como una asignatura obligatoria en el Plan de Formación General Común en las tres modalidades de formación. Y frente a esto, no podemos permanecer pasivos, sino que es nuestra obligación cívica exigir razones de peso sobre decisiones que se toman a nivel político y que afectan el futuro de un área del saber y de quienes la ejercen.

Firmantes: 

Patricio Mena Malet (Presidente ACHIF, Universidad de La Frontera)
Felipe Johnson Muñoz (Vice-presidente ACHIF, Universidad de La Frontera)
Samuel Herrera Balboa (Tesorero ACHIF, Universidad de La Frontera)
Cristóbal Vargas (Secretario ACHIF, Universidad Católica de Temuco)
Diana Aurenque (Miembro directivo de ACHIF, Universidad de Santiago de Chile)
Loreto Paniagua (Miembro directivo de ACHIF, Colegio Liahona Belloto)
Enrique Muñoz (Miembro directivo de ACHIF, Pontificia Universidad Católica de Chile)
Mauricio Mancilla (Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, Miembro directivo de ACHIF)
Rosario Olivares (Vocera Metropolitana de Reprofich)
Carolina Ávalos (Vocera Regional de Reprofich)
Breno Onetto, Director del Instituto de Filosofía de la Universidad Austral de Chile
Claudia Muñoz Tobar, Directora del Departamento de Filosofía de la Universidad de Concepción
Cristóbal Vargas, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica de Temuco
David Solis Nova, Jefe de Carrera de Licenciatura en Filosofía, Instituto de Teología, Universidad Católica de la Santísima Concepción
Enrique Muñoz Mickle, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Playa Ancha
Guido Vallejos, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile
Hardy Neumann, Director del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
José Luis Widow, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Adolfo Ibañez
Juan Carlos Romero, Director del Departamento de Filosofía y Psicología de la Universidad de Tarapacá
Juan Manuel Fierro, Decano de la Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de La Frontera
Juand Redmond, Director (s) del Instituto de Filosofía de la Universidad de Valparaíso
Mauricio González Villarroel, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Mauricio Mancilla, Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile
Maurizio Esposito, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago de Chile
Olof Page, Decano de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Roberto Rubio, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado
Rodrigo Núñez Poblete, Director del Departamento de Filosofía de la Universidad Católica del Maule
Ruth Espinosa, Directora del Departamento de Humanidades de la Universidad Andrés Bello

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