Publicidad

Parque Futangue

Por: Francisco Guzmán


Señor Director:

Aprovechando nuestras vacaciones familiares en el Lago Ranco, decidimos conocer un parque recientemente abierto al público, el Parque Futangue.
Fuimos desde el lugar en donde alojamos (cerca de Puerto Nuevo, rivera poniente del lago) hasta Riñinahue, rivera oriental del lago Ranco, en donde se encuentra el parque Futangue, con el objeto de llegar a almorzar al restaurante del mismo (previa reserva), y aprovechar de conocer el lugar.

Lo que conocimos del parque es realmente muy lindo, un paisaje lacustre entremezclado con paisaje semi cordillerano, lindos bosques y grandes praderas. La infraestructura del Parque se ve relativamente nueva y bastante bien montada, sin molestar al paisaje. Llegamos al restaurante del parque. Restaurante con una calidad mediocre, y con precios bastante altos. Como éramos 11 personas, la cuenta no fue nada de menor.

Al finalizar el almuerzo preguntamos al personal si había paseos de 30 a 45 minutos que se pudieran hacer por el interior del parque. Los funcionarios del Parque, junto con recomendarnos un par de alternativas, nos entregaron un mapa con los caminos y senderos. Decidimos hacer un recorrido de no más de una hora ya que teníamos que volver relativamente temprano.

No llevábamos ni 5 minutos en auto recorriendo un camino al interior del parque que llevaba a una laguna, cuando veo por el espejo retrovisor una camioneta roja a gran velocidad acercándose vertiginosamente a nosotros, hecho que llamó fuertemente mi atención – una emergencia, pensé. Al acercarse más la camioneta a nosotros, el conductor se sale del camino y sigue su loca avanzada por el pastizal pero a mayor velocidad aún, comenzando así a acercarse peligrosamente a nosotros. Una vez que nos da alcance a través del pastizal, la camioneta nos fuertes y largos bocinazos y tiende a cerrarnos el paso, haciendo volver la camioneta al camino por donde nosotros seguíamos transitando, impidiendo que continuemos nuestro camino.

Con todo este alboroto no tenía más opción que detener mi auto, evitar mayos riesgo, y por cierto tratar de entender lo que estaba sucediendo.

Se baja del auto la mujer que nos recibió amablemente en la entrada del Parque, y rápidamente me dice: “perdón por detenerlo de esta manera señor, pero usted está transitando un camino por el cual debe pagar, y usted no ha pagado”.

Junto con volver a recordar en este relato que acabábamos de pagar una cuenta de gran magnitud por almorzar 11 personas en un restaurante caro, nadie en el restaurante a quienes le preguntamos por los paseos nos mencionó un cobro por transitar por los caminos.

No voy a opinar acerca de las estrategias comerciales que tenga el parque, pero la persecución de la que fuimos objeto y el riesgo que ésta implicó para nosotros y para la persona que manejaba la camioneta que nos perseguía, la violencia con que nos detiene el paso y la cero delicadeza de trato a clientes que acababan de pagar una cuenta no menor, no me deja otra opción que escribir esta carta y decir que mi recomendación es que por seguridad, mejor no visiten al Parque Futangue.

Francisco Guzmán

Publicidad

Tendencias