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La seriedad del proceso electoral y el prestigio de Chile en el concierto mundial

Por: Paulina Morales Aguilera


Señor Director:

Con profunda molestia e impotencia hemos recibido las palabras del candidato Sebastián Piñera, quien de manera infundada e irresponsable ha intentado sembrar un manto de duda sobre el trabajo de los vocales de mesa, a raíz de supuestas malas prácticas que se habrían producido en la primera vuelta de las elecciones.

He sido vocal de mesa en dos oportunidades, una de ellas, justamente el pasado 19 de noviembre. Sé del trabajo serio, acucioso y debidamente regulado que nos corresponde desempeñar a todos quienes somos designados para dicha tarea. Somos miles de personas, más de doscientos mil vocales, ciudadanos anónimos, jóvenes, adultos, profesionales, estudiantes, con diversas ocupaciones y posiciones políticas, muy probablemente. Hacemos nuestro trabajo con espíritu cívico y buena disposición. Asistimos el día previo a la elección a la constitución de las mesas, y luego el día de la votación misma llegamos al alba para enfrentar una jornada larga y agotadora.

Lanzar acusaciones al voleo, sin precisar datos, fuentes o detalles es un acto impune. Una ofensa a los miles de vocales que desempeñamos correctamente nuestro trabajo. Es, además, una falta de seriedad y de lealtad para con el país entero. Chile tiene un prestigio internacional por ser un país en donde los procesos eleccionarios en democracia son ejemplares, transparentes y eficientes. Elección tras elección vemos cómo se constituye la mayor parte de las mesas, los ciudadanos votan sin inconvenientes, el conteo de votos es público y los resultados están claros a muy pocas horas de terminadas las votaciones. La triste situación que por estos días vive Honduras es, justamente, el mejor ejemplo de una situación que se encuentra en las antípodas de nuestra realidad.

De haber tenido antecedentes sobre irregularidades, que pudieran poner en riesgo la seriedad del proceso electoral y el prestigio de todo un país en el concierto mundial, lo que cabía era darles el cauce legal correspondiente, no lanzar frases al voleo dos semanas después. En este tipo de acciones también se demuestra la responsabilidad -o irresponsabilidad- de los dirigentes políticos, algo aún más inaceptable en quien aspira a gobernar a Chile. Ante acusaciones como las conocidas, sólo cabe reconocer el error y ofrecer las debidas disculpas.

 

Paulina Morales Aguilera

 

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