Publicidad

La Resiliencia Eco-Social

Manuel Baquedano
Por : Manuel Baquedano Sociólogo. Instituto de Ecología Política.
Ver Más


Si hemos optado por promover una Vía de la Simplicidad para enfrentar la Era de la Escasez que se nos avecina -originada por el cambio climático, el agotamiento de las energías fósiles y la pérdida de la biodiversidad para la producción de alimentos-, resulta legítimo que algunos puedan pensar que nos encontramos ante una visión “catastrofista” y que no hay mucho de qué preocuparse pues la ciencia y la técnica encontrarán rápidamente una solución.

Sin embargo, hace pocas semanas, más de 15.000 científicos de 184 países -incluidos muchos ganadores del Premio Nobel-, alertaron en una carta publicada en la Revista BioScience y titulada “Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad: un segundo aviso” que “Pronto será demasiado tarde para cambiar el curso de los acontecimientos y alejarlo de nuestra trayectoria fallida; el tiempo se agota”. Ante esta carta, quizás es mejor considerar que, en realidad, la supuesta visión “catastrofista” representa otro paradigma que se atreve a pensar en el fin de nuestra civilización industrial y su sociedad de consumo al mismo tiempo que analiza cómo enfrentar la dramática situación que se aproxima.

Según Mahatma Gandhi, toda nueva idea fuerza -en este caso el Colapso de la civilización y el fin de la sociedad de consumo-, pasa por cuatro etapas antes de ser aceptada por la mayoría. La primera etapa es la negación que señala que el fenómeno no existe, que todo estará bien en función del crecimiento y del progreso ineludible de la humanidad.

La segunda etapa, a la cual entraremos pronto ante la imposibilidad de seguir negando la llegada de la Era de la Escasez, es la descalificación de sus voceros científicos y activistas ciudadanos que ya hoy advierten a la humanidad sobre los difíciles tiempos que están por venir. La neutralización y la anulación de esas voces disidentes será compleja ya que habrá, por ejemplo, que descalificar la hipótesis sostenida por la comunidad científica internacional en su carta, contundente y lapidaria, sobre el curso de choque que lleva nuestra civilización.

Después vendrá la etapa más dura: el momento del ataque y la persecución de todos los que demandarán un cambio radical del orden económico y social para enfrentar la crisis terminal. Pero, en este caso, también será muy complejo terminar con la disidencia pues serán los propios hechos vividos por los seres humanos, -como las olas de calor, las sequías, los incendios y las inundaciones, entre otros-, los que irán imponiendo la necesidad de un  nuevo paradigma para enfrenar el fin de una época.

Finalmente, el advenimiento de este nuevo paradigma que sostiene el término de la civilización industrial, con su expresión concreta en la sociedad del consumo, y el surgimiento de una nueva civilización, -luego de pasar por el Colapso del actual sistema, por un período de Sobrevivencia y por el Renacimiento de la humanidad-, requerirá también de un principio articulador que se construirá en torno al concepto de la Resiliencia Eco-social.

[cita tipo=»destaque»]A la Resiliencia Eco-Social la podemos definir como la capacidad que tienen los seres humanos, las comunidades y los ecosistemas de poder afrontar con éxito eventos imprevistos como desastres ambientales –terremotos, tsunamis, olas de calor, incendios sequías-, así como desastres sociales tales como pandemias, crisis económicas y conflictos bélicos.[/cita]

A la Resiliencia Eco-Social la podemos definir como la capacidad que tienen los seres humanos, las comunidades y los ecosistemas de poder afrontar con éxito eventos imprevistos como desastres ambientales –terremotos, tsunamis, olas de calor, incendios sequías-, así como desastres sociales tales como pandemias, crisis económicas y conflictos bélicos.

Los seres humanos tienen hoy la posibilidad de prepararse para enfrentar la Era de la Escasez y recuperar las habilidades humanas que permitan transitar este período por la Vía de la Simplicidad, abandonando paso a paso la sociedad de consumo y contribuyendo a crear, desde ahora, nuevas formas de convivencia con otros seres humanos y con la naturaleza.

Es el tiempo de los prosumidores -de los que consumen lo que producen-, de los productos elaborados localmente, de las monedas que permiten el trueque, de los huertos comunitarios, de las instalaciones solares, de las bicicletas; en fin, de la desmercantilización de la vida. Es el momento de convertirnos en seres resilientes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias