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Competencia leal y no al clasismo de izquierda


En el discurso que Sebastián Piñera dio al conocerse el resultado de la primera vuelta presidencial el domingo pasado, dijo algo muy relevante y que no puede pasar desapercibido: que felicitaba al resto de sus contendores porque partía de la base de su buena fe, esto es, que todos perseguían el bien de Chile, radicando sus diferencias en el camino y las medidas para alcanzarlo.

Hemos visto justo lo contrario por parte de la izquierda. No han cejado en transmitir que la centroderecha sólo pretende cautelar los intereses de los poderosos y han insistido en una odiosa campaña del terror que, incluso, ha faltado a la verdad al señalar que Sebastián Piñera pretendería cortar programas sociales.

Más allá que existe evidencia empírica en relación a que, durante el gobierno del Presidente Piñera, instituciones como la SVS, el SII, la FNE y el Sernac velaron por el interés de los chilenos como nunca antes se había hecho y que éstas no fueron utilizadas políticamente para golpear al adversario, lo cierto es que el odioso mensaje que en esta campaña está transmitiendo la izquierda es desleal y clasista.

[cita tipo=»destaque»]Tengamos un mes de debate de ideas en que cada candidato presidencial nos muestre cómo pretende alcanzar el bienestar de Chile. Demos por sentado que ambos candidatos quieren el bien de los chilenos y que son sus cosmovisiones, capacidades y las políticas públicas que proponen las que los diferencian. No menospreciemos al pueblo chileno.[/cita]

En efecto, la izquierda asume que prácticamente la mitad de los chilenos son perversos. Otra alternativa es que considera que sólo las cúpulas de la centroderecha son seres malignos y que sus votantes son personas dominadas, ignorantes, adormecidas y que no saben lo que hacen ni lo que quieren. Es un desprecio a la inteligencia de muchos chilenos, incluidos los más vulnerables y pobres. Se trata de un clasismo e insulto al pueblo chileno sin precedentes desde que se recuperó la democracia.

Pero la izquierda sabe que no es así. Sabe que es sólo un truco para ganar una contienda presidencial en forma desleal, aunque haya que ser clasista y despreciar a nuestros compatriotas.

Sigamos el ejemplo contrario. Tengamos un mes de debate de ideas en que cada candidato presidencial nos muestre cómo pretende alcanzar el bienestar de Chile. Demos por sentado que ambos candidatos quieren el bien de los chilenos y que son sus cosmovisiones, capacidades y las políticas públicas que proponen las que los diferencian. No menospreciemos al pueblo chileno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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