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Dichos de Kast sobre los detenidos desaparecidos de Paine

Por: Silvia Vargas Barrientos


Señor Director:

Soy Silvia Vargas Barrientos, hermana del detenido desaparecido de Paine, Pedro Vargas Barrientos. El día 24 de septiembre de 2017, en el programa “Estado Nacional”, se enfrentó al candidato presidencial José Antonio Kast y Javiera Parada. Ella le preguntó sobre las víctimas de DDHH de mi pueblo (Paine) durante la dictadura de Augusto Pinochet. Cuando vi y escuché la respuesta de Kast, me afectó mucho. Me sentí muy mal, al extremo que lloré y me tuvieron que dar agua por la descompensación. La herida no se cerrará nunca, mientras no nos digan dónde están o que pasó con nuestros familiares.

Debo clarificar que lo señalado por José Antonio Kast en “Estado Nacional”, en cuanto a que mi papá continuó trabajando muchos años para Bavaria, como si esto fuera una prueba de buena fe de su familia, no fue así. Al poco tiempo de la desaparición de mi hermano Pedro, mi padre fue despedido y siguió trabajando en la Municipalidad de Paine barriendo las plazas. Por lo tanto jubiló estando en otro trabajo, no en Bavaria, como señaló Kast. En cuanto a Jorge Vargas (mi hermano menor), Kast nuevamente faltó a la verdad, ya que él también fue despedido, estando en Temuco. Por lo tanto jubiló de forma independiente. Fue despedido de a los 38 años. Hoy tiene 62.

Sería bueno que José Antonio Kast entregara antecedentes que dieran pruebas de las afirmaciones que hizo en cuanto a que los integrantes de mi familia continuaron trabajando durante tantos años luego de la desaparición de mi hermano Pedro. De otra forma, no queda duda de que se trata de falacias, con el objetivo de limpiar su nombre y el de su familia.

Debo señalar que yo le hice una visita a Don Miguel Kast, dueño de Cecinas Bavaria, el día 17 de Septiembre de 1973. Fui al retén de Paine con mi papá y mi hija Patricia de 9 años en ese entonces. Me amenazaron que me dispararían si yo intentaba llegar a las puertas de ese recinto, estando yo embarazada de 9 meses.

Atravesé igual y un carabinero me señaló que mi hermano Pedro aún estaba en el calabozo. Estaba agónico debido a sus heridas, así me lo contó más tarde un joven que estuvo detenido con él. Desde ahí partí caminando a la parcela de Bavaria, hasta la casa patronal y hablé con Don Miguel Kast (padre de José Antonio), pidiéndole que llamara al capitán de Carabineros Nelson Bravo, para que liberaran a mi hermano. Él me dijo que no, porque era una guerra de vida o muerte. En ese momento le dije “¿Qué guerra? Si Pedro no andaba con armas, solo el dinero y la malla para comprar el pan (fue detenido en la cola del pan por civiles y carabineros)”. Don Michael partió hacia el interior de su casa y en su reemplazo apareció la Sra. Olga Rist, su esposa, quien me dijo: “Silvia, usted está teniendo a su guagua y no se da cuenta.” Me dio un paquete de cecinas para entregarle a las monjitas del Hospital Barros Luco, junto con una carta. Ese mismo día tuve a mi cuarta hija, Gina. Eso se lo agradeceré siempre, pero lo que dijo José Antonio Kast en Estado Nacional en cuanto a que ningún integrante de mi familia se acercó a pedirle ayuda a su familia, nuevamente es otra mentira. Porque yo lo hice.
Señalar que mi hermano Pedro, había sido empleado de Bavaria. Tiempo antes de su detención y posterior desaparición, él descubrió que la empresa no estaba pagando las comisiones de los garzones, siendo su obligación legal. Por este motivo intentó organizar un sindicato, pero fue castigado por don Miguel Kast, dejándolo de “rondín” en la empresa. A él no le gustaba cargar armas, así que renunció. Personalmente creo que esta es una de las razones de la desaparición de mi hermano Pedro.

Además, me he enterado a través del libro “A la sombra de los cuervos”, que Christian Kast (hijo de Michael y hermano de José Antonio) compartió asados en la tenencia de Carabineros en momentos que mi hermano estaba detenido ahí, el lugar desde donde desapareció. También que efectuó patrullajes civiles y que durante la represión en Paine estuvo junto a carabineros y civiles en el retén cuando llegaban y se iban los detenidos, cuestión que él nunca denunció sino hasta que llegó la justicia a buscarlo. También fue reconocido judicialmente que la familia Kast mandaba carne para los asados de carabineros, como forma de “celebración” por lo que estaba ocurriendo en Chile y que les facilitaron automóviles a los carabineros que participaron de la desaparición de mi hermano.
Esto, además de mantener amistad con civiles y haber estado a su lado en dictadura, las mismas personas que, hoy está probado judicialmente, participaron de los crímenes de algunos de las 70 víctimas de Paine. El proceso judicial ha comprobado que las personas “agasajadas” por los Kast y con los que compartieron en esos momentos, estuvieron directamente comprometidas con la desaparición y tortura en Paine.

Alejandro Bustos González, por ejemplo, único sobreviviente de un fusilamiento masivo, fue detenido durante esos días en el retén de Paine, y cuando fue sacado del calabozo vio la cara de un integrante de la familia: Christian Kast.

A ello se suma que varios testigos vieron un camión rojo trasladando detenidos en Paine y San Bernardo. Ese camión pertenecía a los Kast, pero ellos lo niegan diciendo que sólo prestaban el camión para traslado de funcionarios.

Habiendo tanta tortura, tanto asesinato, señalar que también está el caso de un profesor al que amarraron a una camioneta para arrastrarlo por la calle, un hombre al que le sacaron los ojos y le cortaron la lengua. En el caso de mi hermano, Pedro Vargas, lo dejaron inconsciente golpeándolo a plena luz del día en la calle frente a los vecinos, botándole toda su dentadura, como así tantos casos espantosos que ocurrieron en Paine… ¿Para qué ellos se laven las manos diciendo que nunca se enteraron de nada de lo que ocurría frente a sus narices, que sólo eran “rumores”?

Como familiares estamos cansados de las mentiras sobre nuestra familia y la impunidad de carabineros y civiles en Paine. Ellos saben quiénes fueron los asesinos, cuándo y dónde lo hicieron. Aún así se hacen los desentendidos para no romper su pacto de silencio.

Finalmente sólo recalcar que hay pruebas y que estas se encuentran en las numerosas declaraciones judiciales. Y también que sería bueno que José Antonio Kast entregara los antecedentes que den prueba de las afirmaciones que hizo sobre nuestra familia en el Programa Estado Nacional en cuanto a que seguimos trabajando durante años para su familia. Lo aclaro otra vez: son mentiras que dijo solo para ocultar la participación de su familia en estos crímenes horrorosos.
Entiendo que él era pequeño en esos años, pero no es excusa para decir mentiras o hablar de situaciones de las cuales no está informado.

Para finalizar, recibimos doble castigo ya que el cuerpo de Pedro no era el que habíamos enterrado y fue exhumado sin el consentimiento ni el conocimiento de la familia. Hasta hoy en día sigue siendo detenido desaparecido de Paine.

No buscamos crear polémica ni odio. Simplemente queremos clarificar los hechos.
Bastante dolor hemos tenido durante este tiempo, vivencias que jamás olvidaremos. No queremos venganza, queremos justicia, queremos darle un entierro y despedida digna a nuestros familiares, para que por fin puedan descansar en paz y así también nosotros.

Silvia Vargas

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