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Luis Larraín, un político versátil

Por: Marcelo Valenzuela Cáceres


Señor Director:

El pasado 22 de septiembre Luis Larraín publicó en twitter una fotografía en la cual posó irónicamente con Jaime Guzmán despertando las críticas de sus socios electorales de Chile Vamos específicamente los de la Unión Demócrata independiente (UDI). Posteriormente, el partido sponsor de su candidatura (Evópoli) debió pedir disculpas a sus aliados políticos. Luis Larraín tiene una gran experiencia política y social como integrante de la Fundación Iguales, organismo que defiende los derechos civiles y sexuales de los grupos de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales(LGTBI). Paradójicamente para las futuras elecciones parlamentarias del 19 de noviembre irá en una lista electoral con una coalición que está en las antípodas de la posición que él defiende como activista de la diversidad sexual.

El juego político de este “activista gay” consiste en ofrecer una imagen a la opinión pública de liberal y utilizar una agenda valórica de defensa de los derechos LGTBI pero como un medio para alcanzar el poder a cualquier precio, incluso pactando un cupo parlamentario con una coalición de derecha que rechaza el matrimonio igualitario y la diversidad sexual en general. Planteamientos que Luis Larraín defiende a capa y espada desde los medios de comunicación y desde la Fundación Iguales.

Lo censurable de su ingeniería electoral radica en la instrumentalización de las propuestas de la diversidad sexual para satisfacer su ambición electoral. Utilizando las plataformas de visibilidad que entregan los medios de comunicación y las redes sociales para posicionarse, primero como un activista gay y ahora como un candidato en una coalición de derecha. Su actuación política representa un liberalismo superficial y amistoso con los sectores más reaccionarios. Él Puede perfectamente convivir en una alianza electoral con partidos que desaprueban por ejemplo, la ley de aborto en tres causales o un futuro proyecto sobre matrimonio igualitario.

Aunque dice que no votará por el candidato presidencial de su coalición Sebastián Piñera, con el actual sistema electoral proporcional, su candidatura permitirá que sus votos ayuden a la elección de los candidatos de RN y la UDI. Finalmente, su opción política se transforma en un progresismo versátil al marchar los sábados por la Alameda con los sectores LGBTI y ahora, en tiempos electorales pactar con la derecha conservadora en lo moral.

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