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El silencio de los inocentes: Terremoto México

Por: José Páez


Señor Director:

Ante la cobertura mediática del colegio derrumbado en el reciente terremoto en México y la solicitud de “silencio” por parte de los equipos de búsqueda ante la probabilidad de sobrevivientes, me es imposible no reflexionar sobre las responsabilidades de fondo en la materialización de un desastre; la deficiente planificación urbana de nuestra sociedad y la escasa reducción del riesgo de desastres.

Un desastre, no es más que la interacción de una amenaza de origen natural con la vulnerabilidad de una sociedad que insiste en desconocer los riesgos a los que está expuesto. En este caso, la débil infraestructura de un establecimiento que soporta a grupos altamente expuestos como lo son niños y adolescentes, quienes sin haber experimentado previamente un terremoto, deben sufrir los errores de una sociedad que silenciosamente evade responsabilidades y justifica en la naturaleza el origen de la devastación. Esto último considerando que, según la prensa, aquel edificio fue construido post terremoto de 1985, lo que supone un vasto espacio de aprendizaje y memoria.

Es cierto que nuestro país tiene una infraestructura altamente resiliente, pero también hemos cometido serios errores en este ámbito, además de estar profundamente expuestos a riesgos de desastres.

Espero que esta lamentable noticia aporte a derribar el silencio de la auto-responsabilidad, y que unidamente se realicen acciones concretas, sistemáticas e intersectoriales que permitan prevenir que nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, deban cobrar el silencio de nuestras acciones.

José Páez
Fundación Ayla – Juventud, Riesgo de Desastres y Cambio Climático

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