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¿Estoy dispuesto a perder?

Gonzalo Rodríguez
Por : Gonzalo Rodríguez Director social de TECHO-Chile.
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Mucho se ha discutido las últimas semanas sobre crecimiento económico y la importancia que esto tiene para el país, pero lamentablemente ese crecimiento pierde sentido si no le llega a todos. En una sociedad marcada por el individualismo y donde la ambición parece ser inherente al ser humano, la teoría del chorreo no funciona, porque el que tiene más siempre va a querer más.

En ese contexto vale la pena preguntarse, ¿estamos dispuestos a perder ciertos privilegios o a dejar de ganar para que otros estén mejor? ¿Estamos dispuestos a pagar más impuestos, o simplemente los que me corresponden, para que el Estado pueda asegurar los derechos sociales de los que tienen menos?

¿Estamos dispuestos a repartir las utilidades obtenidas por las empresas con los trabajadores, ya que sin ellos no habría sido posible lograrlas, o invertirlas en la sociedad, porque las empresas sí tienen un rol social?

¿Estamos dispuestos a dejar de usar el auto, porque es un beneficio absolutamente personal, y movernos en transporte público, aportando a la descongestión de la ciudad y a potenciar un sistema que es de todos los ciudadanos?

[cita tipo=»destaque»]En ese contexto vale la pena preguntarse, ¿estamos dispuestos a perder ciertos privilegios o a dejar de ganar para que otros estén mejor? ¿Estamos dispuestos a pagar más impuestos, o simplemente los que me corresponden, para que el Estado pueda asegurar los derechos sociales de los que tienen menos?[/cita]

¿Estamos dispuestos a que se nos aumente el porcentaje de cotización previsional, pero que ese incremento sea en su totalidad para un pilar solidario que vaya para los que, a pesar de haber trabajado toda su vida, no tienen una pensión digna para vivir?

¿Estamos dispuestos a ver la vivienda desde su función social y no como una inversión? Porque mientras algunos tienen hasta 4 o 5 viviendas para la obtención de rentas, hay otros que nacen y mueren en campamentos sin poder acceder a ese derecho.

Trabajemos por el crecimiento, pero que sea para todos y no para unos pocos. Para eso es importante tener claro qué es lo que perderé para que otro ser humano esté mejor. Cuando como sociedad entendamos que el bienestar es colectivo y no individual, el crecimiento efectivamente llegará a todos. Si no estamos dispuestos a que sea así, el crecimiento no tiene sentido.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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