Señor Director:
Para quienquiera que lea las «Reflexiones y Propuestas de S.E. el Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar» con el título «Para nunca más vivirlo, para nunca más negarlo» que encabezan el informe de la Comisión Valech como prólogo, resulta claro que el secreto de 50 años que le impuso arbitrariamente a los testimonios en que se basa dicho informe está en abierta contradicción con todo lo que el mismo Lagos escribió.
A modo de ejemplo, cabe destacar las siguientes líneas del prólogo en cuestión:
— «¿Cómo explicar tanto horror? ¿Qué pudo provocar conductas humanas como las que allí aparecen? […] ¿Cómo explicar que el 94% de las personas detenidas señalaron haber sufrido torturas? ¿Cómo explicar que, de las 3.400 mujeres que prestaron testimonio, casi todas señalan haber sido objeto de violencia sexual? […] Y hay otras interrogantes. ¿Cómo pudimos vivir 30 años de silencio?” —se pregunta Lagos.
¡Exactamente! ¡30 años de silencio a los cuales él le agregó 50!
¿Cómo explicar tanta inconsecuencia ética y política de parte de un Presidente de la República?
— «[…] Nunca habrá justificación ética para las atrocidades que se cometieron y que detalla el Informe. Nunca más.” —afirma Lagos.
Y así, siendo toda justificación de las atrocidades inaceptable, Lagos decidió ocultar dichas atrocidades por 50 años más, prácticamente a dos o tres generaciones de chilenas y chilenos, como si el “Nunca más” que proclama fuera posible ocultando la verdad.
Por cierto, hay mucho que se podría decir respecto a lo que Lagos afirma, pero las líneas citadas bastan para demostrar que su «Para nunca más vivirlo, para nunca más negarlo» lo terminó negando al imponerle al Informe Valech el estatus de secreto por medio siglo.
En estas circunstancias, es perfectamente posible afirmar que junto con dicha negación, lo que Lagos efectivamente hizo fue extender por 50 años el secretismo de los recintos secretos de prisión y tortura de la dictadura, un tema sobre el cual el Informe Valech elabora en extenso. En otros términos, para ponerlo lisa y llanamente, Lagos hizo exactamente lo que hicieron y continúan haciendo los criminales de la dictadura en cuanto al ocultamiento de la verdad, transformándose en su cómplice intelectual.
Germán F. Westphal, Ph.D.
UMBC —An Honors University in Maryland
