Señor Director:
¡Van Rysselberghe!: La “fiesta de los violadores” ya tuvo lugar durante la dictadura cívico militar cuando los comandos de torturadores de la DINA y la CNI violaban a las presas políticas en masa y cometían aberraciones para vejarlas sexualmente con perros y ratas. ¿Dónde estaba usted para hacer justicia y defender la vida por nacer de las mujeres embarazadas que fueron detenidas ilegalmente por la dictadura que tanto adora? Es evidente que “esas” vidas por nacer nunca le interesaron a la “Coca”.
La visita de más de una hora a los presos por crímenes de lesa humanidad en la cárcel de Punta Peuco para permitir que cumplan condena en “compañía de sus seres queridos”, expresan su especial “sensibilidad” contra lo que ella llama el “ensañamiento” por parte de la justicia chilena y las organizaciones de derechos humanos para castigar a estos ancianos que “no constituyen un peligro para la sociedad”. Su rechazo rabioso a ley del aborto terapéutico solo es una mascarada para presentarse como adalid de la “defensa de la vida” y así camuflar la indiferencia por la vida de aquellos que no pensaban como ella durante la dictadura. La bulla fanática y las amenazas que ha lanzado por los medios contra el aborto terapéutico solo la ubica al centro de la barbarie. Pero Chile eligió, por el bien del país, la civilización.
Eda Cleary
