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Mujer y salud reproductiva

Valeska Naranjo Dawson
Por : Valeska Naranjo Dawson Antropóloga Social. Directora de Relaciones con la Comunidad en Gestión Social S.A.
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Durante esta semana el Tribunal Constitucional dará a conocer su dictamen sobre la ley de aborto 3 causales, norma sobre la que el Congreso y la ciudadanía ya se han expresado con una mayoría consolidada a favor de esta medida. Esta reincorpora un derecho que las mujeres perdimos en dictadura, y que ahora se reestablece mejorando la condición de la mujer como sujeto de derecho, donde nosotras somos las que decidiremos sobre lo que sucede en estas 3 extremas causales sobre nuestro cuerpo.

El avance en derechos y la propia participación de la mujer en la cultura occidental dominante, no es un proceso expedito, y lamentablemente no surge necesariamente desde la madurez de la sociedad que reconoce y respeta capacidades y derechos de las mujeres. Así lo demuestran, por ejemplo, las cifras de inequidad de sueldos entre hombres y mujeres, por lo que la regulación es necesaria para el avance en derechos.

[cita tipo=»destaque»] Afortunadamente la parentalidad se va compartiendo cada vez más y el post natal se encumbra como una licencia familiar, aunque aún falta mucho, ya iniciamos un camino donde los hombres pueden compartir y ser parte de este proceso con su propio permiso post natal. [/cita]

Esta situación se expresa claramente en los ámbitos de la salud y trabajo. Cuando la mujer tiene licencia para ser madre, la cultura castiga y aún hay trabajos en que se discrimina a la mujeres por la posibilidad de que su maternidad le genere “costos” a una institución. Así lo vimos recientemente en el caso de una carabinera que fue sancionada con arresto por hacer valer este derecho.

Afortunadamente la parentalidad se va compartiendo cada vez más y el post natal se encumbra como una licencia familiar, aunque aún falta mucho, ya iniciamos un camino donde los hombres pueden compartir y ser parte de este proceso con su propio permiso post natal.

Esta tarea recién comienza. Asia nos llevan la delantera en reconocimiento de salud femenina y trabajo, por ejemplo en Japón existe desde 1947 el “permiso menstrual” otorgando permiso laboral a las mujeres con menstruaciones dolorosas, que se explica por la fuerte creencia de que las mujeres con dolor menstrual tendrán problemas de parto sino descansan durante los días de menstruación, en Corea del sur existe desde 2001 y en Taiwan desde 2014. Aquí la creencia cultural permitió el cambio legal. A pesar de que en occidente no existe esta creencia, la discusión sobre los derechos de la mujer ha llevado a que se inicie una discusión sobre este otro ámbito.

 

Este debe ser tema de debate sobre el cual se deben pronunciar no sólo los candidatos presidenciales, sino que también quienes aspiramos a representar a la gente en el Congreso del próximo período.

La violencia en contra de la mujer no puede ni debe ser el único tema sobre el cuál los legisladores se pronuncien. El Congreso y el Estado deben ir más allá. Hay que seguir abriendo espacios para que no sólo estemos presentes en política por la ley de cuotas, sino que también por fin se reconozca la fuerza femenina en la construcción de la sociedad.

Es de esperar que el Tribunal Constitucional esté a la altura de lo que la sociedad chilena demanda y respalda en el derecho al aborto 3 causales, con lo que podremos iniciar nuevas discusiones para mejorar los derechos de las mujeres en Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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