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A propósito del aborto: retrato de una sociedad intolerante en las redes sociales

Por: Rodrigo Rettig


Señor Director:

En el contexto de la discusión de la ley de aborto en tres causales que actualmente se encuentra en trámite de conocimiento y fallo en el Tribunal Constitucional, tuve la poco feliz pero de buena fe y genuina decisión de comentar a través de mi cuenta de twitter , en la cuenta del Tribunal Constitucional a propósito de twitt de este último llamado “Proyecto ley despenalización aborto tres causales, ingresa al TC para su control de constitucionalidad” , un comentario señalando “causal 1 y 3: chipe libre. Que triste”. Craso error. Comenzó un festín de hordas de usuarios de redes sociales que se abalanzaron a insultar, amenazar y hacer una apología respecto a un comentario que en virtud al artículo 19 número 12 de la Constitución Política, el cual asegura a todas las personas la posibilidad de emitir opinión por cualquier medio, tenemos todos los ciudadanos derecho.

Como primer punto fundamentar someramente el por qué comenté lo referido. Esto en atención a que causal uno es innecesaria de despenalizar debido a que no se cumple el elemento subjetivo del tipo penal (querer matar al feto), por ende no es delito, además de que la lex artis resuelve a diario estos casos. Lo anterior refrendado por criterio del Presidente de la Corte Suprema de ese entonces señor Muñoz, quien señala expresamente en oficio 48-2015página 18, “que en la actualidad en Chile no se encuentra proscrito el aborto terapéutico propiamente tal”. La causal uno establece que se podrá acceder al aborto “cuando la mujer se encuentre en riesgo vital, de modo tal que la interrupción del embarazo evite un peligro para su vida”. La laxitud de la redacción de la causal implica que una mujer con embarazo (de por sí es naturalmente un riesgo vital) sumado a una enfermedad como hipertensión o diabetes, por ejemplo, podría perfectamente hacer calzar la situación en dicha causal y acceder a la prestación uno aun cuando claramente el espíritu de la norma no quiso incorporar ese caso. Podría haberse resuelto mejorando el tenor literal de la ley.

En segundo lugar, en la dinámica de la discusión generada en twitter, cuando argumento que redacción y requisitos de causal 3 se presta para torcimientos de norma y acceder a causal en casos en que no existe realmente la violación, señalo la, nuevamente poco feliz frase: “Una mujer que no es virgen, que vive con su padre o tío abusador (no habrá violencia), en casos reales de violación, que pruebas deja?”. Lo anterior, intentando explicar que no toda violación deja huellas físicas, por tanto es perfectamente plausible que una mujer adulta, por ejemplo, en caso de no querer un hijo en virtud a relación consentida, diga que fue violada para acceder a la prestación. Esto, en consideración a que si existe la posibilidad de que se produzcan violaciones sin dejar rastro físico, el relato de la mujer es suficiente para acreditar la causal y acceder a la prestación. Así está establecido en el proyecto de ley. Esto, sumado a que no se exige ratificación de denuncia, lamentablemente uno puede concluir que efectivamente puede haber abusos de causales. Claramente será una excepción, pero cerrar los ojos y pensar que las mujeres no dicen mentiras o no cometen delitos es no querer ver la realidad. Sólo recordar que hay más de 3.000 mujeres presas en Chile, existió María del Pilar Pérez, que ideó un guion digno de Hollywood para matar a su familia, existió la mamá de los niños Rojo, quien a martillazos los asesinó, y todos supimos de la mamá de los niños del gerente del Banco Central que fue acusado de violación en virtud al testimonio principal de ella y su denuncia, quedando finalmente absuelto. Si se ha llegado a eso, no es “misógino” pensar que eventualmente se puede abusar de la causal.

Y que exista la causal 3 me parece bien, pero lo mínimo es procurar redactar de tal forma de cerrar espacios para mal utilizarla. Suma a lo anterior la evidencia en España. Hasta 2010 la ley de aborto era restrictiva, existiendo 110 mil abortos por año. Después de 2010, se amplió a libre demanda, siguiendo los mismos 110 mil abortos por año. ¿Qué explica ello? Entre otros factores, presuntamente la adecuación de causales a casos en que no se está en presencia genuina de alguna de las mismas (https://politica.elpais.com/politica/2014/12/30/actualidad/1419938627_378946.html). El trabajo del legislador debe ser legislar para una mayoría, lo cual hizo en este caso y está bien, pero eso debe ir de la mano con un responsable tenor literal y requisitos de exigencia que dificulten la escasa pero cierta posibilidad de que se tuerza la norma.

Pues bien, dicho lo anterior, de todas maneras hago un mea culpa referido a que podría haber escogido palabras más exactas para argumentar el punto, analizando ahora con más tranquilidad que en vez de violencia, debería haber utilizado las palabras “fuerza física”. Recordemos que el Código Penal contempla en su artículo 361 números 2 y 3 y 362 la posibilidad de que se produzcan violaciones en contexto de no concurrencia de intimidación y fuerza física. Y lo anterior también refrendado por oficios emanados de Corte Suprema a Congreso Nacional, en dónde textualmente señala nuevamente el entonces Presidente de la Corte Suprema en página once de oficio 105-2015,  “Las indicaciones del Ejecutivo mantienen otros problemas relativos a la tercera causal de interrupción del embarazo. En efecto, la utilización del término técnico “violación” respecto a una valoración que debe realizar un equipo médico, podría causar importantes problemas prácticos que aconsejan revisar la redacción de la causal. En primer lugar, porque existen violaciones en las que no pueden identificarse rastros físicos en la víctima. Ello es especialmente posible en casos de violaciones realizadas mediante intimidación, o con empleo de sustancias ilícitas, o respecto de menores de edad que han consentido en el acto”. Asimismo, señala que “se observa la necesidad de contemplar en el proyecto medidas que acoten el riesgo de mal uso del expediente proyectado para causales, o que permitan detectar casos de abortos reiterativos por una misma persona oculta en la confidencialidad que rige en tal proceder, pero que ante hipótesis de abortos reiterativos debiera verse corregida con reglamentación que mire con más objetividad la situación”.

Explicado lo anterior con el objeto de acreditar que existen fundamentos para, al menos, discutir las aprehensiones explicadas, comencé a recibir más de 300 mensajes insultantes, de amenaza e, incluso, un diario virtual hace una nota referente al episodio en virtud a un comentario de una destacada actriz nacional que refutó mi comentario.

Resulta altamente interesante de citar algunos de los comentarios hacia mi persona, algunos más originales que otros pero que, en suma, no dejan de ser preocupantes respecto a cómo estamos construyendo la sociedad bajo términos de respeto, tolerancia y aceptación de válidas diferentes opiniones respecto a tan importante tema país y que, también, se puede extender hacia otros ámbitos.

Así, tenemos las siguientes frases como muestra de la alta tolerancia y respeto que se extiende en el debate público:

– “El conchesumadre hablando de «violación con violencia», cuando en si la violación es un hecho de extremada violencia. A todos estos desgraciados hay que violarles las hijas, las hermanas y la madre y después argumentarles lo mismo que ellos señalan como atenuante: la violé sin violencia”.

– “Y de donde salió este se le han ido muriendo las neuronas debido a que será? Ojalá nunca le toque a el pasar por cosas como una violación de alguien cercano. Mucho menos efectuada por un familiar ya sea a un hombre o una mujer. Pero la lengua no tiene huesos. Pero la vida se encarga de cobrar”.

– “Tipo enfermo.!!!, detrás de esas declaraciones asquerosas, es seguro que se encuentra un psicópata, que se alegra y ve bien las violaciones.!!!”

– “Este tipo debe ser un agresor sexual. Sería lo único que explique su meta de justificar sus dichos”.

– “Abogado udi seguramente estos tarados mentales son los únicos capaces de decir semejante mierda” (supiera lo alejado que estoy de pensamientos de ese partido).

– “WEÓN IMBÉCIL!!!!”.

– “Que asco el tipo. Un ser despreciable. Yo recomendaría no «discutir» con él, así no vemos sus argumentos miserables en nuestros TL, plis!”.

– “Se nota que este imbécil lo pasa bien torturando mujeres por Twitter. No le traten de explicar que seguro se calienta torturando por aquí”.

– “Eres un conchatumadre ojalá entren a tu casa y te violen hasta el perro por aweonado”.

– “¿Cómo alguien tan ignorante tiene tantos títulos? Comprobación empírica que los estudios formales no significan educación”.

– “Que asco el nivel de primitivismo y aberración, ahora hay que ser virgen para probar q se es violada…apuesto a q es FACHO”.

– “Les presento a este hijo de puta que pone en duda violación de ‘mujeres que no son vírgenes’. Estas mierdas perpetúan violencia a mujeres!”.

La pregunta que es natural de plantearse en razón de lo anterior, es si un simple comentario en una red social, el cual reconozco podría haber sido técnicamente depurado pero que efectivamente tiene contenido, el cual hasta el ex Presidente de la Corte Suprema avala cuando se lee su posición al respecto, implica que reciba más de 300 comentarios por internet, algunos directos, en que me amenazan de muerte, de violar a mis cercanos, de facho (muy lejos de eso, escribí una columna contra como Piñera ve la construcción del país, es cosa de buscar por google), imbécil, agresor sexual, enfermo, psicópata, que la vida se encargará de cobrar, ser despreciable, entre otros cientos de epítetos que sólo grafican intolerancia, poco respeto y nula capacidad de compartir puntos fundamentados en temas contingentes.

Quizás fui yo el que se equivocó al utilizar una plataforma en la web de intercambio de opiniones sabiendo a lo que me puedo exponer. O quizás da cuenta de cómo la sociedad, sobre todo esa virtual necesitada de crucificar a quien se cruce por delante, hoy en día ha pasado a ser una especie de ejército justiciero en dónde no se trepida de amenazar de muerte a un legítimo contradictor. Es digno de análisis.

Por último, sin perjuicio considero sólo emití una opinión, lo cual es válido y tengo un derecho constitucional reconocido para poder hacerlo, si alguna mujer se sintió ofendida por algún comentario o interpretación del mismo que proferí, solicito las sinceras disculpas del caso. Mi intención fue sólo intercambiar ideas en un espacio de opinión.

Rodrigo Rettig, abogado

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