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Isla de Pascua: fortalecer al Estado para cuidar el patrimonio

Isabel Allende
Por : Isabel Allende Senadora por la Región de Valparaíso y presidenta de la Comisión de Recursos Hídricos, Desertificación y Sequía del Senado.
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El Senado ha aprobado en general el proyecto de ley que regula el derecho de residir, permanecer y trasladarse hacia y desde el territorio de Isla de Pascua. Se trata de una política pública importante porque evidencia la gestión demográfica de la población en el territorio, la capacidad de carga y el impacto que produce la excesiva cantidad de personas en la naturaleza. El crecimiento demográfico es un problema ambiental a nivel mundial y nuestro país está empezando a regular ciertos aspectos de la dimensión poblacional: las condiciones para trasladarse y residir en relación a un lugar que es especialmente frágil, desde el punto de vista socio-natural.

El territorio de Isla de Pascua fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995, por su importancia cultural y natural. Es decir, hay un aspecto biocultural y de desarrollo local que se busca conservar.

El Parque Nacional Rapa Nui alberga más de 25.000 restos arqueológicos que ameritan una protección especial, ya que son restos de la cultura e historia de ese lugar y forman parte de nuestra historia como humanidad. Además, debemos conservar la lengua y cultura viva del día de hoy del pueblo Rapa Nui, al que pertenece cerca del 60% de los habitantes de la Isla, los cuales fueron consultados por el convenio 169 de la OIT para este proyecto de ley.

[cita tipo=»destaque»]Es necesario instar al Ejecutivo a que le dé urgencia al Proyecto de Ley de Biodiversidad, el que aportará también a la conservación cultural y natural de la Isla de Pascua, con medidas como un fondo para la biodiversidad, facultades para remover especies exóticas invasoras, y un mayor estándar en el monitoreo de la biodiversidad.[/cita]

Los principales problemas detectados por el mismo pueblo tienen que ver con la basura, el incremento del parque automotriz y el turismo, entre otras amenazas a este frágil territorio. La Isla tiene un origen volcánico y tiene suelos muy sensibles a la erosión. Además, la forma de abastecimiento hídrico que existe, no puede seguir resistiendo la misma carga de turismo.

Se proyecta que al 2023, Isla de Pascua tendrá una grave disminución de agua para consumo. Se han duplicado las visitas al Parque Nacional en menos de 10 años y el parque automotriz ha aumentado en 44% en menos de 8 años. Para el año 2024 se pronostica una saturación por exceso de basuras domiciliarias y provenientes de los servicios turísticos. Además, la Isla ya está en situación  de saturación, por falta de energía.

Pero no es sólo el aspecto cultural el importante y el que buscamos conservar como humanidad. La Isla de Pascua también es importante por la biodiversidad que alberga. Algunas de sus especies son legendarias y están prácticamente extintas en su medio natural, como es el caso del Toromiro, que es una especie de arbusto cuya madera tenía un uso cultural importante para el pueblo Rapa Nui. Sin embargo, durante los siglos XVIII y XIX, el Toromiro fue explotado de modo intensivo por los europeos, lo que llevó a su extinción en la isla.

Hoy debemos tener mucho cuidado en la manera en que se desarrolla turismo en las áreas que buscamos conservar en nuestro país si queremos conservar, efectivamente, la naturaleza.

Este proyecto de ley aporta a ello y es deber del Estado cuidar nuestro legado natural. Pero sólo podemos hacer conservación como Estado si existen las capacidades técnicas e institucionales para poder hacerlo. Es por eso que en este proyecto de ley, no sólo le entrega potestad al Ministerio del Interior para regular la carga demográfica de la Isla de Pascua, sino que también se le entregan potestades al Ministerio del Medio Ambiente, quien es el llamado para entregar los insumos técnicos para hacer conservación.

Quiero subrayar que nuestro país tiene que fortalecer las potestades del Ministerio del Medio Ambiente para poder hacer conservación eficiente en las áreas protegidas de nuestro país, las cuales deben necesaria e imperiosamente pasar desde el Ministerio de Agricultura al Ministerio de Medio Ambiente y específicamente al Servicio de Biodiversidad. Así lo solicitó formalmente la OCDE a Chile el año 2016.

Por lo mismo, es necesario instar al Ejecutivo a que le dé urgencia al Proyecto de Ley de Biodiversidad, el que aportará también a la conservación cultural y natural de la Isla de Pascua, con medidas como un fondo para la biodiversidad, facultades para remover especies exóticas invasoras, y un mayor estándar en el monitoreo de la biodiversidad.

En definitiva, este proyecto de ley que propone regular la carga demográfica de la Isla de Pascua nos muestra un camino institucional a seguir como país, en el cual fortalecemos al Estado y sus ministerios para cuidar la naturaleza, con el estándar de un país que pertenece a la OCDE. Así velaremos por el bien común y el cuidado de nuestra naturaleza.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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