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Centro Antártico Internacional: la iniciativa que conectará a los niños de Magallanes con las innovaciones del mundo científico Opinión

Centro Antártico Internacional: la iniciativa que conectará a los niños de Magallanes con las innovaciones del mundo científico

Rodrigo Jordán
Por : Rodrigo Jordán Presidente Comunidad de Organizaciones Solidarias Vocero Nuevo Pacto Social - NPS
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Ese hombre y ese sueño existen y viven en Magallanes. Se llama Jorge Flies, su plaza vidriada tendrá 2.200 metros cuadrados y los niños que jueguen en ella podrán asomarse e interactuar con el mundo científico en el futuro Centro Antártico Internacional. Allí, 25 mil metros cuadrados serán el hogar de cientos de expertos que hoy pasan por Punta Arenas por cortas temporadas, pero desearían quedarse y aprovechar la biodiversidad y las condiciones climáticas únicas que hacen propicio ese lugar para estudiar tantas disciplinas clave para el desarrollo.


Esta es la historia de un hombre que salió a vender sueños.

Primero soñó con una plaza vidriada para su ciudad ventosa y gélida. Una plaza donde los árboles originarios de su tierra reunieran a las personas, los abuelitos conversaran por horas y los niños pudieran correr sin frío. Luego soñó que esa plaza imaginaria, donde todos podrían entrar, tenía en el medio un edificio destinado a la ciencia, con miles de metros cuadrados para que los estudiosos investigaran los temas importantes para el planeta. Entonces, al otro lado del vidrio, los niños podrían mirar a esos hombres de delantal blanco y preguntarle a sus mamás “¿qué hacen?”. Y ellas responderían: “Hacen ciencia”.  “Y, ¿puedo yo hacer ciencia, mamá?”.  “Sí, hija, entremos”.

Ese hombre y ese sueño existen y viven en Magallanes. Se llama Jorge Flies, su plaza vidriada tendrá 2.200 metros cuadrados y los niños que jueguen en ella podrán asomarse e interactuar con el mundo científico en el futuro Centro Antártico Internacional. Allí, 25 mil metros cuadrados serán el hogar de cientos de expertos que hoy pasan por Punta Arenas por cortas temporadas, pero desearían quedarse y aprovechar la biodiversidad y las condiciones climáticas únicas que hacen propicio ese lugar para estudiar tantas disciplinas clave para el desarrollo.

Flies, actual intendente de Magallanes, hizo suyo un sueño colectivo: de la Universidad de Magallanes, el Instituto Nacional Antártico, CEQUA, artistas, empresarios, gestores culturales, emprendedores, y un largo etcétera de chilenos que hacen patria en nuestro extremo sur, donde las cosas, o se construyen entre todos, o no se construyen.

Pero Flies no sólo tuvo que venderle una idea al mundo de la ciencia, ni a los magallánicos. Tuvo que vendérselo al Ministerio de Hacienda. A la Dirección de Arquitectura. Al Ministerio de Obras Públicas, al de Economía y al de Transportes. Tuvo que relatar su visión a distintos actores importantes. ¿Cómo? Confiando en que detrás de cada funcionario hay un servidor público que puede ser contagiado con una idea país.

Su verdadero sueño no era la plaza, sino involucrar a Chile con el modelo de desarrollo que muchos querían para Magallanes. Y un soñador no es suficiente, porque territorios alejados como el suyo están obligados a potenciar el colectivo y trabajar desde ahí.  ¿No sería lo mismo para todo nuestro país?

Así lo entendió Mateo Martinic en los 60, cuando fundó el Instituto de la Patagonia como un lugar de estudios científico-culturales.

¿Qué es lo que vemos en esa región?  Podríamos decir que innovación.  Pero, de aquélla que es amplia, que además de números y razonamientos lógicos sale a la conquista con una inspiración.

La misma inspiración que el 2006 motivó a 3 directoras médicas para embarcarse con el proyecto de Hospital Clínico Magallanes. En un potrero baldío enterraron sus tacos altos para soñar cada ala de un hospital que por fin le cambiara el rostro a la salud pública de los magallánicos. El día de la inauguración, haciendo camas y colgando cortinas, lograron en 4 horas lo que otros hacen en un año: el traslado de enfermos y aparatos al nuevo edificio. Hoy es el único hospital sin deuda de Chile, gracias a las plantas de cogeneración y el cerebro industrial que es la central de manejo del hospital y que le ha ahorrado desde su partida 500 millones de pesos.

Al Hospital y al Centro Antártico se sumará en 2019 el Centro Subantártico, un centro de excelencia en Puerto Williams para la formación de capital humano para el turismo científico sustentable sub-antártico y antártico. Además del CADI, centro de biomedicina y estudio de biología molecular que ya está en proceso de ejecución y que pretende empezar a desarrollar en 2018 el desarrollo de medicamentos para patologías como Alzheimer, diabetes, síndrome metabólico, fibrosis muscular, cáncer y otras, nada menos que desde Magallanes.

Y mientras Chile aún discute la mejor forma de ampliar la banda ancha para todos los ciudadanos, esta región ya aseguró la mayor inversión del país en la historia de las telecomunicaciones, con la llamada Fibra Optica Austral, que le dará a la zona un nivel de conectividad envidiable para todo el resto. A mediados de agosto, una vez que esa licitación se cierre, podrá concursarse también el diseño del Centro de Teledetección y Geo Ciencias que recopilará la información de los satélites que pasan por el polo sur en dirección al norte, dándole a Chile desde 2021 un lugar protagónico entre las instituciones internacionales vinculadas al quehacer científico-tecnológico.

Magallanes sueña y avanza, y desde el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo hemos decidido nombrarla “Región Piloto” de las medidas propuestas en mayo pasado a la Presidencia de la República.

Fundamentalmente porque ya es un polo de innovación, con una fórmula que mostró ser exitosa: gestión política innovadora + ciencia y tecnología + pertinencia local + gestión de equipos, particularmente, de sus estados anímicos.

En resumen: capacidad de inspirar, articular y movilizar.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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