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PDC: llegando al punto de no retorno Opinión

PDC: llegando al punto de no retorno

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Cuesta entender cómo el partido va a llegar recién a la junta nacional extraordinaria, fijada para el 28 y 29 de julio, a definir el destino de su lista parlamentaria, a pocas semanas del cierre de inscripciones. Si esto no se despeja dentro de los próximos días, las presiones internas podrían incluso hacer peligrar la legitimidad de la directiva actual. Hoy ni siquiera los parlamentarios en ejercicio pueden sentir que tienen cupos asegurados, considerando que los nuevos distritos dejaron irreconocibles los territorios en que ejercen actualmente. Y aunque en el partido se ha señalado que en esa instancia no corresponde el debate respecto de la candidatura presidencial, diversos dirigentes han comenzado a instalar la idea de que aprovecharán ese momento para discutir la bajada de la candidata.


Ahora fueron los llamados “Cardenales” de la DC los que salieron a apoyar a Carolina Goic y así contrarrestar los intentos de un sector del partido que intenta bajar la candidatura de la senadora y acelerar la negociación con las otras colectividades de la coalición gobernante. Los tiempos se van acortando y todavía la incertidumbre es completa en la falange. Aún no han logrado despejar si habrá compromiso de apoyo en segunda vuelta y, lo más importante, no existe claridad sobre si el partido irá con lista propia parlamentaria –y de Cores– o bien integrará una alianza con los otros partidos. A estas alturas, quienes quieran ir de candidatos para las elecciones de noviembre ya deberían tener claridad respecto al lugar por el que podrían competir y, por supuesto, si tienen cupos. Recordemos que el nuevo sistema electoral contempla nuevos distritos y una cuota de género del 40% que complejizará la plantilla final. Y, claro, esa verdadera ingeniería electoral requiere mucho más tiempo del que va restando para la inscripción de listas y candidatos.

En estas últimas semanas, se han intensificado los intentos de buscar acuerdos entre la DC y el resto de los partidos. Declaraciones de intenciones, cartas de parlamentarios –como la de los 43 diputados de todos los partidos, incluida la DC, que hicieron un llamado a la unidad–, además  del regreso de la famosa “cocinería”, encabezada por Andrés Zaldívar, esa vieja práctica que el experimentado senador democratacristiano ha liderado tantas veces.

Pero también ha quedado claro que los ánimos no están ni para bromas o uso de un lenguaje más distendido –que muchas veces ayuda a acercar posiciones–, como lo demostró el intercambio de opiniones en torno a un supuesto “romance” entre ambos sectores en disputa. La candidata DC respondió de manera excesivamente concreta a la frase de Alejandro Guillier, proyectando escaso interés personal por avanzar en un acuerdo. Lo que está quedando claro es que Carolina Goic pareciera estar más bien defendiendo su candidatura presidencial antes que la opción de un pacto que deje satisfechos tanto a los parlamentarios actuales –que ven peligrar esa opción– como a funcionarios de Gobierno a lo largo del país.

En el caso de los negociadores del sector PPD, PS, PR, PC, IC y MAS, estos han sido claros en los últimos días, enviando señales a la DC de que el tiempo se agotó. Pero lo concreto es que no se llega a acuerdos. ¿Y por qué? Es evidente que el sector más conservador del partido –encabezado por Gutenberg y Mariana– está empecinado en profundizar el “camino propio” que impulsó y que culminó en la proclamación de Goic como abanderada. La pregunta que se deben estar haciendo muchos al interior del partido es: ¿a costa de qué? Y las cifras son categóricas. A pesar de que fuentes de la DC aseguran que cuentan con encuestas en que la opción presidencial se acerca a los dos dígitos, todos los otros sondeos públicos demuestran no solo cifras paupérrimas, sino un hecho claro: Goic nunca logró levantar vuelo.

[cita tipo=»destaque»]Pese a esta realidad, hay que reconocer que Carolina Goic ha demostrado una actitud estoica admirable, llegando a la paradoja de que mientras más negras son las cifras de adhesión a su propuesta, mayor convicción muestra de llegar hasta el final. Sin embargo, debe ser muy agotador tener que salir casi a diario a reafirmar que no se va a bajar. Lo ha jurado por su familia, sus hijos y marido –que ha tomado un rol bastante protagónico en las últimas semanas–. Una seguridad que claramente no manifiestan todos los dirigentes del partido, incluidos  algunos parlamentarios, como Jorge Pizarro, que han deslizado que se debe poner fin a esta aventura.[/cita]

Pese a esta realidad, hay que reconocer que Carolina Goic ha demostrado una actitud estoica admirable, llegando a la paradoja de que mientras más negras son las cifras de adhesión a su propuesta, mayor convicción muestra de llegar hasta el final. Sin embargo, debe ser muy agotador tener que salir casi a diario a reafirmar que no se va a bajar. Lo ha jurado por su familia, sus hijos y marido –que ha tomado un rol bastante protagónico en las últimas semanas–. Una seguridad que claramente no manifiestan todos los dirigentes del partido, incluidos algunos parlamentarios, como Jorge Pizarro, que han deslizado que se debe poner fin a esta aventura.

Cuesta entender cómo el partido va a llegar recién a la junta nacional extraordinaria, fijada para el 28 y 29 de julio, a definir el destino de su lista parlamentaria, a pocas semanas del cierre de inscripciones. Si esto no se despeja dentro de los próximos días, las presiones internas podrían incluso hacer peligrar la legitimidad de la directiva actual. Hoy ni siquiera los parlamentarios en ejercicio pueden sentir que tienen cupos asegurados, considerando que los nuevos distritos dejaron irreconocibles los territorios en que ejercen actualmente. Y aunque en el partido se ha señalado que en esa instancia no corresponde el debate respecto de la candidatura presidencial, diversos dirigentes han comenzado a instalar la idea de que aprovecharán ese momento para discutir la bajada de la candidata.

Los democratacristianos ya se dieron el gusto. Lograron sacarse un peso enorme al explicitar esa sensación de maltrato e incómodo rol de acompañantes en un proyecto político que no comparten en plenitud, pero que les ha permitido ser Gobierno. Los tiempos se acortan y la cordura y el pragmatismo están rondando de nuevo en la falange. Y, claro, como hemos visto recién con Lagos, siempre existe un personaje que debe sacrificarse por el resto.

De seguro, los “cocineros” de siempre ya tienen claro lo que deben hacer. Mientras tanto, su abanderada seguirá buscando que prenda su aventura, incluso proyectando esa imagen de estadista que en estos días la tiene en Alemania reunida con Angela Merkel, para recoger ideas para su programa.

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