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Sobre el escándalo de la SCD

Por: Eduardo García Urzúa


Señor Director:

Sobre el escándalo que involucra a la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, y su presidente, Sr. Álvaro Scaramelli, quisiera manifestar lo siguiente:
1. No haremos juicios ni éticos, ni morales frente a lo ocurrido hasta que de manera pública se haya determinado lo que realmente sucedió.

2. Valoramos que la propia SCD haya encargado una auditoría externa. De la misma forma que valoraremos toda verdad que sea descubierta, y de la misma forma que condenaremos toda información que sea ocultada para beneficios personales.

3. No obstante, consideramos que, de ser cierto que hubo irregularidades en la recaudación de derechos de parte del Sr. Scaramelli, estaríamos en presencia de una situación muy grave, ya que se estaría extrayendo dinero de artistas que estarían viendo mermadas sus propias recaudaciones.

4. Frente a los cuestionamientos de los artistas independientes y emergentes que no forman parte de la SCD y/o no tienen acceso a difundir su música en grandes medios de comunicación, recordamos que la labor de la SCD, en estricto rigor no es la de difundir y potenciar a los artistas, sino administrar los derechos de autor generados por sus socios y afiliados, a pesar de instancias impulsadas como Pulsar, la Tienda de Música Chilena, o Sello Azul Industria, que nacen como iniciativa propia y no una obligación, por lo que se deben valorar esos esfuerzos.

5. Por lo mismo, hacemos un llamado a organizaciones territoriales, sindicatos de artistas, colectivos y asociaciones no gubernamentales, de carácter público o privado, a aunar fuerzas que apunten a crear instancias concretas que apunten al desarrollo de la cultura, destacando la importancia que esta tiene para el crecimiento de una sociedad y una nación.

6. Le informamos a la ciudadanía que una amplia mayoría de los músicos que intentan desarrollar una carrera profesional en la música, se ve imposibilitada de hacerlo, no por falta de talento, pero sí por falta de oportunidades y contactos que les permitan interceder.

7. Es necesario emparejar la cancha. Es inaceptable que un grupo de personas decida qué se hace en la música chilena y qué no. Es inaceptable que un grupo pequeño decida quienes tienen acceso o no a dar a conocer su trabajo. Debe haber igualdad de oportunidades.

8. Apoyamos tajantemente que los artistas cobren lo que realmente vale su trabajo. Jamás cuestionaremos que un artista cobre sumas cuantiosas de dinero, siempre y cuando corresponda. Ojalá todos los artistas chilenos pudieran obtener los ingresos suficientes como para poder dedicarse de lleno a esta hermosa actividad.

9. El llamado a los artistas nacionales es a trabajar en conjunto por mejorar las condiciones en las que se hace música en Chile, y a los demás actores de la escena (sellos, salas de ensayo, estudios de grabación, productores, administradores de recintos, pubs y bares, etc.) a mejorar sus estándares.

Eduardo García Urzúa

Gestor Cultural

Presidente ONG Apoyarte

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