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Gratuidad y deserción estudiantil: ¿cómo emparejar la cancha? Opinión

Gratuidad y deserción estudiantil: ¿cómo emparejar la cancha?

Catalina Maluk
Por : Catalina Maluk Decana Facultad de Economía, U. Central
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No se puede desconocer la transversalidad de un problema que afecta al sistema de educación superior desde hace ya varios años y que es una de sus principales preocupaciones, sobre todo porque la educación tiene directa relación con el desarrollo del país, el acortamiento de brechas sociales y la disminución de la pobreza.


La gratuidad de la educación es un tema que se instaló en la coyuntura nacional y que hoy, a la luz de los resultados obtenidos en su primer año de funcionamiento, se analiza desde una óptica diferente.

Tomando en cuenta el principal objetivo de la gratuidad, que apunta a que todos los estudiantes puedan tener acceso a la educación superior, independientemente del nivel de ingresos, es posible observar que la retención estudiantil de primer año alcanzó cifras menores en comparación con las registradas por el sistema antes de la gratuidad que, según el Ministerio de Educación, bordea el 77%.

La constante que sí se mantiene es que la deserción de estudiantes de primer año tiende a aumentar en la medida que se analiza en función del tipo de establecimiento educacional del cual provienen. Esto deja de manifiesto que aún las cifras de deserción estudiantil son bastante significativas y, por lo tanto, fuente de preocupación para las instituciones y para el país.

No se puede desconocer la transversalidad de un problema que afecta al sistema de educación superior desde hace ya varios años y que es una de sus principales preocupaciones, sobre todo porque la educación tiene directa relación con el desarrollo del país, el acortamiento de brechas sociales y la disminución de la pobreza.

Aun cuando cada año son más los estudiantes que ingresan a la educación superior, muchos de ellos no continúan estudios, ya sea porque se cambian de carrera dentro de la misma institución, porque se cambian a otra o porque abandonan –desertan– de manera definitiva.

Con todo, las causas principales de la deserción siguen siendo, principalmente, de índole económica y vocacional. En ese sentido, la problemática no se encuentra ajena a la gratuidad; por el contrario, el no pagar un arancel por los estudios, ciertamente, no asegura la continuidad de los estudiantes.

[cita tipo=»destaque»]Esta situación constituye un problema no solo para el país sino también, y desde luego, para las universidades. Conscientes de aquello, estas han tomado iniciativas tendientes a disminuir la deserción estudiantil y garantizar mejores niveles de retención, con procesos formativos de calidad que incorporan talleres de nivelación, tutorías y sistemas de seguimiento de resultados de aprendizaje, entre otros.[/cita]

Esta situación constituye un problema no solo para el país sino también, y desde luego, para las universidades. Conscientes de aquello, estas han tomado iniciativas tendientes a disminuir la deserción estudiantil y garantizar mejores niveles de retención, con procesos formativos de calidad que incorporan talleres de nivelación, tutorías y sistemas de seguimiento de resultados de aprendizaje, entre otros.

En general, todas ellas se implementan sobre la base de las principales causales de deserción detectadas por las instituciones, pero actualmente se ha comenzado a incorporar el análisis del perfil de ingreso de los estudiantes, de manera de poder identificar elementos que puedan ser coincidentes con aquellos que no continúan estudios al finalizar el primer año. Este elemento nuevo puede mostrar ciertas falencias que, al ser identificadas, permitan que, tanto las instituciones como el sistema de educación superior, puedan implementar medidas para enfrentar de mejor manera la deserción de primer año.

Ciertamente hay consenso en que una buena gestión de la institución permitirá mejorar las tasas de retención, pero sobre todo traerá beneficios para los estudiantes, para su entorno y para la sociedad. Es, quizás, el primer paso para acortar brechas, intención tan de moda en el Chile de hoy, que busca emparejar la cancha y avanzar en la igualdad de oportunidades.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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