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Un nuevo cómputo para la salud chilena

Por: Benjamín Rodríguez


Señor Director:

Al leer la prensa en las últimas semanas me informo una vez más sobre el problema de las listas de espera, ya parece ser sólo una mera actualización de la cifra de cuantos mueren esperando, “casi 25 mil personas murieron en lista de espera en 2016”, tan solo un número que refleja una realidad que existe desde hace tanto. Es una verdadera decepción ver que se intente en numerosas oportunidades mejorar el problema, y tras cada intento, el nuevo “cómputo” nos dice en la cara que seguimos teniendo un motivo para avergonzarnos.

Por circunstancias personales tengo que acudir habitualmente a diversos centros de atención primaria de la región Metropolitana, y puedo evidenciar en persona una realidad que ya a nadie asombra, las listas de espera que parecen ser interminables no son únicamente de quienes esperan una atención con un especialista o una intervención quirúrgica compleja, sino que gracias lo consecuente del sistema de salud público chileno, las filas y listas parten en cualquier consultorio incluso desde antes que estos comiencen a funcionar. Todos desde quienes parecen sólo ir a dormir a las salas de espera hasta los sujetos de delantales blancos ya lo asumen como una realidad que no se puede, al menos en el mediano plazo, cambiar.

La única solución que veo no es de modelos económicos en salud ni nada parecido, sino que estoy fuertemente convencido que la forma de solucionar esto es que en los altos cargos públicos relacionados a temas de salud realmente trabajen personas comprometidas y que para ellos sea una prioridad llegar a una realidad mejor, personas así que desde hace años extraño en nuestro país. He llegado a la conclusión de que el problema no son las ideas, más bien son las personas con “vocación de servicio” que solo repiten esta expresión, pero no viven lo que verdaderamente es.

Benjamín Rodríguez

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