Hace algunos días el Ministerio de Salud (Minsal) dio a conocer los resultados de la Encuesta de Calidad de Vida y Salud correspondiente a 2016 y que arrojó algunos resultados que merecen ser destacados.
En Chile hay más de 6 millones de fumadores/as. Cada media hora muere una persona en nuestro país por enfermedades causadas por el tabaco: son, en promedio, 46 muertes diarias, más de 16 mil cada año, señalaba la académica María T Valenzuela con los datos de 2006.
En efecto, el consumo de tabaco que se había mantenido en un rango excesivamente alto entre los años 2000 y 2006 (40% y 39,5%, respectivamente) se redujo a un 30,1% en 2016. Esto es un descenso muy significativo en el que es evidente la importancia de la regulación que ejerció la autoridad sanitaria con el notable apoyo de parlamentarios para limitar el uso del tabaco.
Otro aspecto importante que detecta la encuesta es que los ex fumadores no se concentran en las edades superiores como suele pasar, más bien porque los daños del tabaquismo se empiezan a hacer evidentes. En esta oportunidad hay una proporción creciente de ex fumadores entre los tramos jóvenes (alrededor de 20% del total de la población en ese grupo etáreo) aunque ente los adolescentes (15 a 19 años) se mantiene un 20% de fumadores con mayor prevalencia entre las adolescentes mujeres.
Las principales leyes de 1995 y de 2013 regularon la Publicidad del tabaco en los medios de comunicación; los lugares de venta y los espacios con restricción para fumar. Ello incluyó:
Todo espacio cerrado que sea un lugar accesible al público o de uso comercial colectivo; dependencias de establecimientos de educación parvularia, básica, media y superior, pública o privada; Recintos deportivos; medios de transporte; Aeropuertos y terrapuertos; Teatros y cines; Supermercados y centros comerciales; Establecimientos de salud, públicos y privados; Dependencias de órganos del Estado; Pubs, restaurantes, discotecas y casinos de juego, entre otros.
[cita tipo=»destaque»] En definitiva, hoy puede decirse que cuando el interés común se impone y el Estado ejerce su rol regulatorio los resultados son halagüeños. Chile podrá enorgullecerse que, en pocos años, hay un millón y medio menos de chilenos que fuman y además, el Estado podrá redireccionar el uso de recursos para la salud en otras patologías que demanda la población[/cita]
Estos tópicos fueron motivo de un amplio debate parlamentario en que no estuvo ajeno el lobby de la industria tabacalera. Esta financió a los propios trabajadores y a los productores de tabaco para hacer hincapié en la pérdida de empleos que esto podría generar sin tomar en cuenta que la pérdida de años promedio de vida de un fumador es de alrededor de 7 años; que el costo cada año, del tratamiento de enfermedades causadas por el tabaco es de más de un billón de pesos al erario nacional, según afirmaba la Dra Valenzuela. Estos argumentos, conocidos por los parlamentarios, no impidieron que la ley tomara varios años para aprobarse.
En definitiva, hoy puede decirse que cuando el interés común se impone y el Estado ejerce su rol regulatorio los resultados son halagüeños. Chile podrá enorgullecerse que, en pocos años, hay un millón y medio menos de chilenos que fuman y además, el Estado podrá redireccionar el uso de recursos para la salud en otras patologías que demanda la población.
