Una de las razones que explican la deficiente gestión del actual Gobierno de Bachelet en el ámbito de las reformas tributaria, laboral y educacional, en particular, es el rol secundario que tuvieron los equipos técnicos de la DC en el diseño e implementación de tales reformas. La DC tuvo un rol técnico y político muy importante durante los Gobiernos de la Concertación, lo que ciertamente contribuyó a que tales gobiernos tuvieran el éxito que tuvieron. A su vez, la dificultad para ponerse de acuerdo en estos (y otros) proyectos de ley al interior de la NM durante este Gobierno es un reflejo de cinco cuestiones: (a) la insuficiente antelación con que se conoció el Programa de Gobierno de la (entonces) candidata a la presidencia, Michelle Bachelet; (b) el excesivo nivel de generalidad de dicho programa de gobierno; (c) la falta de realismo en la factibilidad de implementar las diferentes políticas públicas allí contempladas dentro de un período acotado de tiempo, aunado a la ausencia de una clara priorización de tales políticas; (d) una insuficiente participación de las distintas fuerzas políticas de la NM en el diseño de dicho programa; y (e) la carencia de un consenso político mínimo en el diagnóstico económico, social y político que representaba el punto de partida del nuevo gobierno de Michelle Bachellet. Dicho diagnóstico compartido debiese haber incluido una evaluación de los Gobiernos de la Concertación.
[cita tipo=»destaque»]La discusión actual respecto al candidato presidencial a apoyar en la NM, y , en particular, sobre la conveniencia o no de que la DC participe en una primaria, está dotada de un vacío programático preocupante, que, de validarse, llevará inexorablemente a cometer los mismos errores anteriormente comentados. ¡No se puede poner la carreta delante de los bueyes! Esa no fue la conducta seguida durante los exitosos gobiernos de la Concertación.[/cita]
La discusión actual respecto al candidato presidencial a apoyar en la NM, y , en particular, sobre la conveniencia o no de que la DC participe en una primaria, está dotada de un vacío programático preocupante, que, de validarse, llevará inexorablemente a cometer los mismos errores anteriormente comentados. ¡No se puede poner la carreta delante de los bueyes! Esa no fue la conducta seguida durante los exitosos gobiernos de la Concertación. En las condiciones actuales estimo que sería altamente irresponsable que la DC fuese a una primaria. El futuro de un partido depende de si éste es capaz de incidir seriamente en la política pública, conforme a sus principios. Ello requiere de una mirada de largo plazo, no de una miopía electorera. La candidata Carolina Goic debiera participar directamente en la primera vuelta de la elección presidencial y contando, previamente, con un Programa de Gobierno estudiado con suficiente antelación, bien hecho, y consensuado al interior de la DC. Si ése programa fuese compartido, en lo fundamental, por otras fuerzas políticas de la centro izquierda, bienvenido sea.
Por otra parte, estimo que hay que desdramatizar que no se pueda llegar a un acuerdo programático de Gobierno – y, en consecuencia, no poder llevar un candidato común a la presidencia – entre todas las fuerzas políticas que componen la NM. Es muy posible que, hoy en día, una parte de la actual NM – el PC, algunos sectores del PS y del PPD – suscriba un conjunto de políticas públicas a implementar en un nuevo gobierno que, ideológicamente, se ubiquen “más a la izquierda” que las que emanarían de un programa de Gobierno de la DC. Ello, en virtud de que las orientaciones fundamentales de un proyecto de desarrollo para Chile difieran en cuanto al rol del sector privado y del Estado en la economía. En efecto, la DC considera compatibles un rol protagónico para el sector privado y las alianzas público-privadas, con un proceso de desarrollo económico y social al servicio de las grandes mayorías que vele por la igualdad de oportunidades de todos los chilenos. No estoy muy convencido que el PC y otros sectores de izquierda de la NM compartan, hoy día, dichas orientaciones fundamentales. Estimo que, en parte, la decisión del PS de apoyar como candidato presidencial al senador Guillier en vez de al ex Presidente Lagos (y sus ideas programáticas de Gobierno para Chile) es una manifestación de aquello. Como también lo es que el PC y sectores del PPD no apoyaran la candidatura del ex presidente Lagos.
