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La ciudad está en Glasgow grave

Por: Nelly Alvarado, Salud Pública – Facultad de Medicina Universidad Diego Portales


Señor Director:

En medicina clínica, la escala de coma de Glasgow se usa para evaluar de manera práctica el nivel de consciencia en los seres humanos. Está compuesta por la exploración y cuantificación de tres parámetros que son apertura ocular, respuesta verbal y respuesta motora, siendo su valor más bajo de 3 y el más alto de 15. Si aplicamos la escala a la metrópoli, concluiremos que si bien aún vive, presenta un síndrome patológico de mal pronóstico probablemente irrecuperable. Impurificada en su aire, sin visión de los cielos, viciada de humo, con un tráfico asfixiante, gentes malhumoradas, cuerpos moviéndose rápido como autómatas en circuitos comunes, momentos del día atestados de humanos y repletos de pies, cabezas y troncos de todo tipo de contexturas, deseos y rutas, pocas sonrisas, ni siquiera en los jóvenes. Entes chocando pendientes de su teléfono celular que no cesan de escribir cruzando la calle o subiendo escaleras en una relación obsesivo compulsiva con la máquina y las denominadas “redes sociales”, sin ver ni hablar con el humano que está a su lado. Contaminación de ruidos, humores y olores en una ciudad repleta de cuerpos dentro de cabinas vehiculadas, anhelando llegar a destino, siempre en colas de esperas para comprar, entrar o salir de algún espacio. Agresiva, nada amable, nada humana, la ciudad y cobijo de todos está cada vez más enferma e inconsciente.

Nelly Alvarado, Salud Pública – Facultad de Medicina Universidad Diego Portales

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