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Una agenda legislativa alejada de la ciudadanía

Daniel Ibáñez
Por : Daniel Ibáñez Presidente de la Fundación Participa.
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A nuestro juicio, el hecho de que materias tan fundamentales para los ciudadanos, como las señaladas anteriormente, no formen parte de las prioridades legislativas del gobierno, da cuenta de que este ha abandonado su vocación transformadora, y ha decidido dejar de gobernar para dedicarse a administrar y ordenar a la Nueva Mayoría entorno a proyectos que no generen mayores fricciones entre los partidos en tiempos de elecciones.


Con marzo ya instalado el gobierno fijó sus prioridades respecto a la agenda legislativa que intentará sacar adelante durante el último año de la administración de Michelle Bachelet. En este contexto, llama la atención que los proyectos que llevarán la delantera son aquellos destinados al combate de emergencias naturales, como la Ley Onemi y la creación de un Sistema Nacional Forestal.

Al respecto a las dudas que existen dentro del país, se requiere de una institucionalidad fuerte y moderna que permita enfrentar, de manera oportuna, las diversas catástrofes naturales que año a año nos ha tocado vivir. Nadie puede oponerse a legislar sobre una materia tan sensible y necesaria.

Sin embargo, resulta preocupante que el gobierno abandone o deje en un plano secundario materias que la ciudadanía viene demandando, tales como el proceso constituyente, reforma clave y uno de los principales compromisos del programa de Gobierno, que además, implicó un costo de 2.800 millones de pesos. O la demanda por un nuevo sistema de pensiones que convocó a miles de chilenos en diversas marchas a lo largo del país, y que no es más por el justo anhelo de poder vivir una vejez con dignidad.

A nuestro juicio, el hecho de que materias tan fundamentales para los ciudadanos, como las señaladas anteriormente, no formen parte de las prioridades legislativas del gobierno, da cuenta de que este ha abandonado su vocación transformadora, y ha decidido dejar de gobernar para dedicarse a administrar y ordenar a la Nueva Mayoría entorno a proyectos que no generen mayores fricciones entre los partidos en tiempos de elecciones.

Lo anterior constituye un grave error. Los gobiernos no están para ordenar a la coalición, están para gobernar hasta el último día de su mandato, por eso el llamado al gobierno es a quitar el freno de mano, a retomar el ímpetu progresista y estableces como prioridades aquellos proyectos que van en relación con lo que los ciudadanos hoy demandamos. Nuevo sistema de pensiones, nueva constitución, aborto 3 causales, fin a la ley reservada del cobre, entre otros.

Solo escuchando a la ciudadanía y respondiendo a sus demandas el gobierno podrá volver a recobrar la confianza de la gente, así como también mejorar su aprobación y ayudar a su coalición a tener mejores resultados electorales.

Hacer lo contrario constituye una verdadera eutanasia política para el gobierno y sus partidos.

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