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ChileVamos: después de las municipales

Aldo Cassinelli
Por : Aldo Cassinelli Subdirector del Instituto Libertad
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Más allá de todo pronóstico, ChileVamos logró un triunfo que mueve los ejes de discusión política con miras a las próximas elecciones presidenciales y legislativas.

Independientemente de las tradicionales formas que la izquierda tenía para hacer valer sus triunfos en las anteriores elecciones municipales, hoy se instala una que es mucho más potente y práctica, cual es la población administrada por alcaldes de la coalición de centroderecha. En este caso, prácticamente el 45% del país contará con autoridades municipales pertenecientes a dicha coalición, lo que refleja un salto significativo si se compara con el 37% anterior. Pero, complementario a lo anterior, es relevante también saber que varias de las capitales regionales serán administradas por alcaldes de ChileVamos, lo cual es fundamental pensando en futuras campañas.

Como siempre se dice, las elecciones no se ganan ni se pierden, sino que se explican. En este caso, resulta claro que el Gobierno fue derrotado en alcaldías simbólicas como Santiago, Punta Arenas y Providencia, no pudo alcanzar comunas a las cuales les dedicó mucho trabajo, como Ñuñoa, que siguió en manos de centroderecha. Pero, más allá de concentrarse en comunas, donde los triunfos fueron importantes, como Puente Alto, Maipú y Talcahuano, veamos el por qué de este resultado.

[cita tipo= «destaque»]Lo que viene para delante es tan relevante como lo alcanzado, se debe gestionar de manera impecable cada uno de los municipios ganados, debe notarse un cambio relevante en la gestión y mostrar que no da lo mismo quién gobierna incluso en el nivel comunal.[/cita]

Hace ya un tiempo que los partidos y movimientos de centroderecha vienen trabajando de manera coordinada, ese trabajo, no exento de contratiempo, permitió conformar una lista de alcaldes potentes que fuera competitiva en cada una de las comunas en las que se participó. La manera de elegir a los candidatos también fue importante, ya que da muestra de un nivel de madurez política en el sector que le otorga la voluntad de poder, algo que no siempre se ve en la centroderecha, voluntad que debe ser traducida en votos.

En algunos casos se realizaron primarias, en otras encuestas y en otras surgían candidatos de manera natural que eran consensuados por los distintos partidos. Eso es nuevo y se debe destacar. Hay liderazgos al interior de los partidos que tienen claro que, para volver a ser Gobierno, la negociación y los acuerdos son fundamentales para ello.

Negociar requiere tener claro la fuerza con que se cuenta y los objetivos perseguidos, el acuerdo implica reconocer los atributos del otro y el bien superior a alcanzar. Cuando esto se tiene sobre la mesa, parece que es más fácil establecer consensos básicos en las negociaciones.

Lo que viene para delante es tan relevante como lo alcanzado, se debe gestionar de manera impecable cada uno de los municipios ganados, debe notarse un cambio relevante en la gestión y mostrar que no da lo mismo quién gobierna incluso en el nivel comunal.

La conformación de la próxima lista parlamentaria, donde se implementará por primera vez el cambio al sistema electoral, será una prueba importante para la unidad de la centroderecha, la cual debe comportarse a la altura del desafío planteado y con la experiencia de las recientes municipales puede sacar buenas ideas de cómo se hace.

En materia presidencial, no será menor el desafío, y frente a ello nuevamente veremos si sus liderazgos son capaces de sumar voluntades en pos de un ideal superior, como es volver a instalarse en La Moneda.

El camino está abierto y las posibilidades son reales, todo lo que falta es continuar trabajando en unidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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