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Instituto Nacional: en busca de la excelencia perdida

Mario Benavides
Por : Mario Benavides Presidente Centro de Ex Alumnos del Instituto Nacional “José Miguel Carrera”
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Como un sismo de gran magnitud la ciudadanía percibió el hecho que el colegio emblemático con más de 203 años de existencia, perdía la categoría de establecimiento de excelencia por los resultados obtenidos en el Sistema Nacional de Evaluación por Desempeño (SNED); esta es una medición comparativa de un año a otro en seis dimensiones que contemplan los factores de efectividad, iniciativa, funcionamiento, igualdad de oportunidades e integración. Las dos primeras corresponden a un 65% del total ponderado y se relacionan directamente con la prueba Simce.

Desde los inicios de esta evaluación, en 1996, nuestro colegio obtuvo una calificación de excelencia. Sin embargo, a partir del año 2011, los puntajes alcanzados tanto en comprensión de lectura como en matemática fueron disminuyendo. Esta situación no solo obedece a un boicot realizado por los alumnos, tal como ellos mismos se jactan y lo reconocen, sino también a otros factores, como la pérdida de clases debido a las prolongadas tomas –más de 365 días en seis años–, la aplicación del “ranking de notas” para la PSU el año 2014, lo cual produce un significativo retiro de alumnos que afecta la dimensión de igualdad de oportunidades (22%) en el índice Sned. A esto se agrega una crisis interna de comunidad que se traduce en varios cambios de rector durante dicho período y la nula comprensión por parte del sostenedor (alcaldesa) de la real naturaleza del conflicto estudiantil.

Esta pérdida de la bonificación por excelencia no significa que el “buque insignia” de la educación pública se haya hundido o zozobrado, puesto que el IN aún mantiene un alto nivel de rendimiento y calidad, muy por encima de colegios particulares pagados, ya que en él todavía prevalece esa comunión virtuosa entre alumnos y estudiantes. Sino más bien este hecho afecta económicamente a profesores y auxiliares, ya que se constituye en un subsidio al colegio que pretende reconocer la superación, esmero y mejoras en los resultados educativos por parte de quienes realizan su trabajo.

El boicot o complot efectuado por los alumnos, se debe a la rebeldía de los estudiantes en contra del sistema educacional y las reformas implementadas por el Gobierno, cierta radicalización en su dirigencia que vio el término de las pruebas estandarizadas de evaluación (Simce) como un petitorio más del movimiento estudiantil, sin medir las consecuencias que traía esto para la comunidad.

Esta situación, que venía arrastrándose por años, impulsó a que, durante nuestro aniversario (10 de agosto), iniciáramos como ex alumnos un movimiento en defensa del mérito y de la calidad de la educación pública. En particular, exigiendo de las autoridades políticas un reconocimiento real de la existencia de establecimientos emblemáticos, patrimoniales y de excelencia, que el Estado debe preservar y potenciar, ya que promueven la movilidad social.

[cita tipo=»destaque»] Esta pérdida de la bonificación por excelencia no significa que el “buque insignia” de la educación pública se haya hundido o zozobrado, puesto que el IN aún mantiene un alto nivel de rendimiento y calidad, muy por encima de colegios particulares pagados, ya que en él todavía prevalece esa comunión virtuosa entre alumnos y estudiantes. Sino más bien este hecho afecta económicamente a profesores y auxiliares, ya que se constituye en un subsidio al colegio que pretende reconocer la superación, esmero y mejoras en los resultados educativos por parte de quienes realizan su trabajo.[/cita]

Las diversas generaciones que hemos estudiado en estas aulas, reconocemos en nuestro querido instituto el rigor del esfuerzo, la entrega de principios y valores que, unidos al compañerismo y la amistad, nos han proporcionado grandes satisfacciones en nuestras vidas.

Por ello, hacemos un llamado a la sensatez y al sentido común, por parte de los estudiantes, apelamos a la responsabilidad de los dirigentes del alumnado, ya que existen otros canales que contribuyen a reivindicar legítimas aspiraciones de mejor manera.

También realizamos un llamado a la alcaldesa de Santiago a evitar la permisividad, hacer prevalecer el bien común y permitir la utilización de las normas internas de convivencia. A los profesores, a promover la educación cívica, con la experiencia del saber. A los padres y apoderados, a conversar con sus hijos sobre el significado de la educación pública y los mejores medios para alcanzar una educación de calidad.

Los ex alumnos estamos convencidos de que con voluntad, respeto y disciplina estos resultados se pueden mejorar, pensamos que la autocrítica siempre ayuda a ser mejores y reiteramos que la selección por mérito en los colegios emblemáticos es fundamental para el fortalecimiento de la educación pública.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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