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Folie à deux: el reality que se instala en Chile Opinión

Folie à deux: el reality que se instala en Chile

Jaime Retamal
Por : Jaime Retamal Facultad de Humanidades de la Usach
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Se sabe de la rivalidad bíblica entre ambos. Sus competiciones de niños mimados que siguieron, en adelante, ya más grandecitos, por las notas del colegio o la universidad y en la esfera de la opinión pública. Se sabe del desprecio mutuo, del ninguneo sin cuartel por ser el uno más inteligente y listo que el otro. Pero lo que aún desconocemos es hasta dónde hoy –2016– es capaz de llegar José Piñera en su afán por abrir un nuevo frente de competición en esta espiral “folie à deux”, en la que se encuentran abrazados desde tiempos psicoanalíticos inmemoriales.


Más o menos es claro para la cultura chilena reciente el hecho de que, no sé si por destino o azar, ciertos políticos de renombre tienen a algún pariente que podríamos calificar como el “inútil de la familia”. Son personajes a veces simpáticos y pintorescos. Aparecen en los medios. Siempre tienen una declaración disparatada, controvertida o chistosa. En ese sentido rozan siempre con sus comentarios la bufonería que tanto bien le hace a quien se cree reyezuelo en este país –para qué lo vamos a dudar– de reyezuelos políticos.

Ahí está el primo de Marco, Rafael Gumucio, que día tras día juega a ser el bufón de la élite en clave progresista; el hijo de Lagos Escobar, Ricardo II, el senador, que de tanto en tanto (cada vez menos hay que decir) sale con una declaración en jerga –él cree– de “pobla” , cuando en verdad sabemos y reconocemos la torpe impostación a una legua; ni qué decirlo, el hijo de Bachelet, Sebastián Dávalos, que siendo el menos chistoso por sus pasadas millonarias o su estrambótico lujo de baja categoría, igual resulta chistoso por su grotesca puesta en escena kitsch o “mamona”, no sé bien cuál es peor o más chistosa; y ahí está, por supuesto, el rey de reyes, el caballero de la noche, el Negro Piñera, personaje que terminó casi inmolando su oportunidad mediática por salvaguardar en parte la reputación que su hermano, el entonces Presidente Piñera, quería edificar como estadista del mejor Gobierno de la historia.

Sin embargo, hoy estamos en presencia de un duelo familiar que se avecina como memorable. Y no, no es el Negro Piñera, el hermano bufón fiel y simpático, el protagonista de este reality, sino que es el otro, el hermano que de verdad más daño le puede causar al ex Presidente Sebastián Piñera en sus anhelos de jugar el clásico de los clásicos con Ricardo Lagos I. Como todos ya lo saben y lo esperan, nos referimos a José, a José Piñera, el superman defensor de las AFP, el candidato ideal de la fauna neoliberal no-pensante tipo Axel Kaiser.

Se va a producir una perfecta “folie à deux”, el traspaso en clave nacional de la locura de un hermano a la locura del otro, y –lo más notable en este caso– viceversa.

Se sabe de la rivalidad bíblica entre ambos. Sus competiciones de niños mimados que siguieron, en adelante, ya más grandecitos, por las notas del colegio o la universidad y en la esfera de la opinión pública. Se sabe del desprecio mutuo, del ninguneo sin cuartel por ser el uno más inteligente y listo que el otro. Pero lo que aún desconocemos es hasta dónde hoy –2016– es capaz de llegar José Piñera en su afán por abrir un nuevo frente de competición en esta espiral “folie à deux”, en la que se encuentran abrazados desde tiempos psicoanalíticos inmemoriales.

[cita tipo= «destaque»]José Piñera, el neoliberal, creador orgulloso de uno de los buques madre del modelo económico chileno. Sebastián Piñera, el empresario que ha sabido beber de manera formidable de la aguas del tsunami neoliberal de la dictadura, es decir, que ha sabido jugar perfectamente en la lógica que su hermano José no tiene ningún empacho en admitir, pero que él, Sebastián, jugando un poco a la hipocresía pero también siendo el tipo listo que siempre sabe ganar no importando los medios, no desea por momento alguno tematizar, menos ahora que está en plena campaña por, de nuevo, insistir en haber sido el mejor Gobierno de la historia de Chile.[/cita]

José Piñera, el neoliberal, creador orgulloso de uno de los buques madre del modelo económico chileno. Sebastián Piñera, el empresario que ha sabido beber de manera formidable de la aguas del tsunami neoliberal de la dictadura, es decir, que ha sabido jugar perfectamente en la lógica que su hermano José no tiene ningún empacho en admitir, pero que él, Sebastián, jugando un poco a la hipocresía pero también siendo el tipo listo que siempre sabe ganar no importando los medios, no desea por momento alguno tematizar, menos ahora que está en plena campaña por, de nuevo, insistir en haber sido el mejor Gobierno de la historia de Chile.

En esto, claramente José Piñera tiene las de ganar. Lo puede hundir. Y si, hundiéndolo, se hunde él mismo, no importa, ganaría de todas maneras una nueva batalla loca de hermano a hermano, solo que esta vez el sabor de la loca venganza tendría el demencial gusto de la victoria final: ¡vae victis!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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