Opinión
Sebastián Piñera está proyectando su regreso a La Moneda desde el 11 de marzo de 2014. La gran diferencia con su primera candidatura es que ahora todo parece indicar que será el candidato de la UDI, mientras que en 2009 fue como RN. Bueno, algo que al ex Mandatario no le cuesta tanto, recordemos que de ser socio e hincha fanático de la UC, se convirtió en colocolino furibundo cuando compró dicho club. Entiendo que nuevamente ha vuelto a la UC: cosas del fútbol y cosas de la política.
Partamos por lo obvio: Piñera es candidato presidencial. Desde hace meses que viene desplegando una intensa agenda comunicacional que no solo lo incluye a él, sino también a Cecilia Morel. Tiene como plataforma principal sus fundaciones “Avanza Chile” (marca que sintoniza con Chile Vamos) y “Futuro”, desde donde opina del país, critica a Bachelet y lanza sus propuestas. Además, cuenta con una suerte de comando integrado por sus principales ex ministros y dirigido por el UDI Andrés Chadwick, el que se constituyó a pocos días de terminar su Gobierno.
En pocas palabras, Sebastián Piñera está proyectando su regreso a La Moneda desde el 11 de marzo de 2014.
La gran diferencia con su primera candidatura es que ahora todo parece indicar que será el candidato de la UDI, mientras que en 2009 fue como RN. Bueno, algo que al ex Mandatario no le cuesta tanto, recordemos que de ser socio e hincha fanático de la UC, se convirtió en colocolino furibundo cuando compró dicho club. Entiendo que nuevamente ha vuelto a la UC: cosas del fútbol y cosas de la política.
Sigamos con el candidato Piñera. Es un hombre que utiliza las comunicaciones: usa y abusa de frases cortas, llamativas, repetidas hasta el cansancio con la misma entonación –una especie de cantito que alarga algunas sílabas– y que parecen ensayadas y muy poco espontáneas. Cómo olvidar su debut como Presidente: “En 20 días hemos hecho más que en 20 años”.
En su última intervención, frente a un reducido grupo de dirigentes del PRI, criticó duramente al Gobierno de Michelle Bachelet señalando que Chile va por “muy mal camino”. Legítima opinión, pero que contribuye a agudizar al clima casi depresivo que existe hoy en nuestro país a propósito de las malas cifras económicas, el descrédito de la política y la caída del cobre (gracias a Dios el bicampeonato de la Selección inyectará una dosis de optimismo por unos días).
En la ocasión, Piñera también hizo un llamado a los partidos opositores a estar “a la altura” y se desligó de haber intervenido para instalar a Joaquín Lavín como candidato por Santiago, pese a que en RN han manifestado su molestia por una supuesta “operación” para bajar a Cecilia Pérez, considerando que Lavín es más funcional a la estrategia presidencial de Piñera
[cita tipo= «destaque»]No me cabe duda que Piñera tomó la decisión de no volver a militar en RN para mantenerse en una posición de equilibrio entre los dos partidos, pero en la práctica esta estrategia no le ha resultado. Por un lado, RN tiene en Manuel José Ossandón a un retador que ya ha declarado que llegará hasta el final y que ha exigido a su partido llevar un candidato de sus filas a la elección del próximo año. Por su parte, la UDI parece haber renunciado a la posibilidad de levantar un candidato propio y ha declarado que Piñera es la mejor carta de la oposición.[/cita]
Pero aunque el ex Mandatario trate de poner paños fríos a los conflictos entre los dos principales partidos de Chile Vamos, el hecho es que la tensión entre RN y la UDI es evidente y va en aumento.
No me cabe duda que Piñera tomó la decisión de no volver a militar en RN para mantenerse en una posición de equilibrio entre los dos partidos, pero en la práctica esta estrategia no le ha resultado. Por un lado, RN tiene en Manuel José Ossandón a un retador que ya ha declarado que llegará hasta el final y que ha exigido a su partido llevar un candidato de sus filas a la elección del próximo año.
Por su parte, la UDI parece haber renunciado a la posibilidad de levantar un candidato propio y ha declarado que Piñera es la mejor carta de la oposición.
En otras palabras, el ex Presidente deberá sortear la paradoja de que para llegar a ser el abanderado de Chile Vamos tendrá que necesariamente asumir el conflicto con su ex partido. A su vez, la directiva de Renovación Nacional deberá resistir a las presiones de Ossandón, lo que significará un alto costo público.
Pero el rechazo para proclamar a Piñera sin competencia también lo han expresado otros importantes dirigentes de la tienda de centroderecha: Mario Desbordes incluso llegó a decir que, más allá de las evidentes ganas de Piñera por ser candidato, “nosotros vamos a apoyar a un RN”.
Pero Piñera tiene una carta bajo la manga que será decisiva: los recursos económicos.
En una elección que estará marcada por la austeridad –¿qué empresa entregará aportes este año?–, el ex Presidente lleva la delantera. Por primera vez, la UDI no recibirá ingresos de sus grandes financistas y, por tanto, llevar a cualquier candidato le podría significar la quiebra.
En RN dependerán de la generosidad de Carlos Larraín, por tanto, la posición que él tome entre Piñera y Ossandón será gravitante. Aunque sospecho que la tentación de que RN dependa de él será grande.
El camino para Piñera no se ve despejado, demasiados esfuerzos para una apuesta –ser reelecto– que no es una sandía calada. ¿O no, Presidenta Bachelet?
