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Por qué nadie toca a Ponce Lerou

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Es curioso. Hacía muchos meses que no sabíamos nada de Julio César Ponce Lerou. Como que se lo hubiera tragado la tierra. A lo mejor fue un visionario y se adelantó a Hernán Búchi –con quien compartía asiento en el directorio de SQM- y viajó a Suiza para no tener que soportar las “incertezas jurídicas” de este país. Hasta el Gerente General actual, Patricio de Solminihac, dice no saber nada del principal controlador de su empresa (inédita entrevista a La Tercera de tres páginas en que afirma desconocer lo que hacían “sus jefes” durante 20 años). Una paradoja si consideramos que el escándalo de las platas irregulares de SQM está presente diariamente en los medios, golpeando con violencia a partidos (primero a la UDI, ahora al PPD), personajes (Longueira y el clan Ominami), candidaturas presidenciales (de Bachelet y Piñera) e incluso “hijos de” (el presidente de la DC, Jorge Pizarro, renunció a su cargo por la vinculación de la minera no metálica con sus retoños). Por los visto, acá está vigente una estrategia que busca “proteger” la imagen de Ponce (si, leyó bien, Ponce Lerou no es un apellido compuesto…) a costa de que Patricio Contesse cargue con la “mochila completa” de esta verdadera financiera de –una parte- de la política chilena.

Digamos las cosas por su nombre. Es imposible que un Gerente General, como Contesse, pudiera disponer de 7.000 millones de pesos para distribuir a su antojo, incluido su grupo de amigos poderosos (así se autocalificaron Longueira y Ominami). Además, hablaría muy mal de una empresa y sus controles. También significaría que ese ejecutivo estaba produciendo un fraude sistemático al directorio al que reporta y sus accionistas. Es evidente que Julio Ponce, al menos, autorizaba estos pagos disfrazados de asesorías verbales.

¿Por qué entonces Julio César pudo “desaparecer” de la noticia? ¿Por qué Ponce no ha estado en el ojo del huracán como sería esperable? Porque la figura es similar a la que han utilizado otros. Marco Enríquez Ominami derivó toda la responsabilidad en Cristián Warner. Sebastián Piñera hizo lo mismo con Santiago Valdés, quien “trianguló” facturas de SQM a través de Bancard y Bancorp. El modelo es simple: un asesor, un amigo que va al sacrificio. No puedo dudar del “altruismo” de estas personas, pero me imagino que detrás de esa conducta existirá una promesa de recompensa, de premio a canjear, cuando las aguas se aquieten. De lo contrario no se entendería que Ricardo Farías, administrador electoral de Guido Girardi, fuera el único condenado -541 días- por el caso de Publicam hace 9 años.

Julio César ha vuelto, pero de la misma forma que se fue. En silencio, cauto, sigiloso, sólo entregándonos señales para que las interpretemos. Nos ha notificado que vuelve a controlar SQM. Después de la “transición” que encabezó Juan Antonio Guzmán –que por lo visto, había logrado ordenar la casa- los Ponce han regresado. Eugenio, su hermano menor, presidirá el directorio, en el que también participa Julio Ponce jr. Como si nada hubiera pasado. ¿La diferencia? Ponce Lerou podrá seguir dirigiendo, entregando “aportes” de manera transversal, controlando la empresa, pero si tener que dar cuenta de sus actos a nadie. El modelo Contesse, pero esta vez en manos familiares. Negocio redondo.
[cita tipo=»destaque»]El Ingeniero Forestal y ex yerno de Pinochet dirigió varias empresas estatales cuando su suegro gobernaba autoritariamente. Incluso, formó parte del directorio de SQM cuando estaba en manos del Estado, para luego adquirir la compañía a precio de liquidación. Su hermano Gustavo, fue embajador en Japón siendo cuñado de la hija del dictador en ejercicio. Conflictos de interés y tráfico de influencias abierto. El torpe y burdo intento de hacer un negocio millonario vía un préstamo por más de 6.000 millones, utilizando el nombre de la suegra candidata presidencial, es una alpargata al lado de cómo se hacían las cosas en dictadura.[/cita]
Una reflexión final. El Ingeniero Forestal y ex yerno de Pinochet dirigió varias empresas estatales cuando su suegro gobernaba autoritariamente. Incluso, formó parte del directorio de SQM cuando estaba en manos del Estado, para luego adquirir la compañía a precio de liquidación. Su hermano Gustavo, fue embajador en Japón siendo cuñado de la hija del dictador en ejercicio. Conflictos de interés y tráfico de influencias abierto. El torpe y burdo intento de hacer un negocio millonario vía un préstamo por más de 6.000 millones, utilizando el nombre de la suegra candidata presidencial, es una alpargata al lado de cómo se hacían las cosas en dictadura.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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