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En miras al 1 de mayo: ¿Rearticulación de los contenidos clasistas?

Francesco Penaglia
Por : Francesco Penaglia Académico departamento de Política y Gobierno Universidad Alberto Hurtado
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El neoliberalismo -negado por Ottone- podría describirse como una fase de ofensiva en el desarrollo capitalista, caracterizado por el aumento de la tasa de ganancia, a costa de un mayor empobrecimiento de la clase trabajadora. En esta línea, algunos teóricos incluso han hablado de una segunda acumulación original. Un estudio de Narbona y Páez develó que en Chile la productividad del trabajo ha aumentado desde 1990 hasta el 2009 en un 90%, sin embargo, los salarios lo han hecho sólo un 20%, lo que implica un aumento de la tasa de ganancia del 70%.

Esta ofensiva del capital por sobre el trabajo que ha implicado el aumento de la tasa de ganancia, ha tenido un correlato en otros aspectos como la mercantilización de derechos sociales (salud, educación, pensiones, etc.); flexibilidad y precarización del empleo y privatización de recursos naturales (agua, mar, bosques).

En el marco de la dictadura -y la larga posdictadura- las estructuras de trabajadores fueron uno de los sectores más golpeados con represión y, desde el punto de vista legal-político, con el plan laboral, dejando a las organizaciones sindicales disminuidas y sin fuerza.

Desde el resurgir de la «resistencia» al modelo, con la irrupción de los movimientos sociales en Chile el 2006, y principalmente desde el 2011, se han ido develado con mayor claridad las conflictividades generadas por el modelo a nivel capital-comunidad, capital naturaleza y capital-derechos colectivos. De esta forma, han sido numerosos los proyectos populares por la recuperación del agua en el norte y centro del país, la industria forestal en Wallmapu, las salmoneras en la costa sur, la protección del patrimonio natural en Aysén o la expulsión de la industria de cerdos en Freirina, la nacionalización del Cobre en Calama, la educación como derecho universal, entre otros.

En este proceso amplio de conflictividades, aunque a un paso más lento, ha existido una rearticulación de la conflictividad capital-trabajo en el sector de pescadores, forestales, contratistas, portuarios, entre otros. Paulatinamente se han ido creando plataformas transversales de disputa como «No + AFP» o «salud para todos» y han surgido disidencias a las dirigencias sindicales vinculadas a partidos de gobierno como en el caso de la CTC, en el colegio de profesores o movimientos como los cabreados en el sector público.

[cita tipo=»destaque»]Sin embargo, aun este sector se encuentra en pañales en cuanto a su capacidad de despliegue. De esta forma, si se entiende el orden político-jurídico como la relación de poderes entre las clases en un momento histórico determinado, un sector de trabajadores con poco poder, sumado a un empresariado poderoso, puede implicar que la apertura a reformas –eventualmente con vocación de transformación- pueda resultar en retrocesos.[/cita]

Sin embargo, aun este sector se encuentra en pañales en cuanto a su capacidad de despliegue. De esta forma, si se entiende el orden político-jurídico como la relación de poderes entre las clases en un momento histórico determinado, un sector de trabajadores con poco poder, sumado a un empresariado poderoso, puede implicar que la apertura a reformas –eventualmente con vocación de transformación- pueda resultar en retrocesos. Ejemplo de ello es la reforma laboral que ha sido denunciada por muchos sectores de trabajadores como un retroceso por distintas razones: servicios mínimos, impedir la negociación a trabajadores de obra o faena, el aumento de requisitos y votaciones para decretar huelga, aumentar quórum de constitución de sindicatos, adecuaciones necesarias, entre otros.

Si bien el movimiento de trabajadores con independencia y clasista aún se encuentra en una fase embrionaria -muestra de ello ha sido su incapacidad de resistir, detener o derrotar a una reforma laboral que consideran un retroceso-, se han potenciado iniciativas, plataformas y acciones en común. Una muestra de ello es la conformación de la Coordinadora Clasista, que ha organizado el «1° de mayo clasista y combativo» en la que han participado organizaciones de trabajadores como AIT, CIUS, Trabajadores por una Mejor Reforma, FTS, Cotrasam, entre otros, y que ha convocado para una marcha que se desarrollará el domingo a las 10:00 de la mañana en Brasil con la Alameda, diferenciándose como otros años de la marcha convocada por la CUT.

Restará evaluar si este proceso decantará en la rearticulación de organizaciones de trabajadores clasistas y una corriente político sindical de nuevo tipo, sí sólo se trata de un hito para el 1 de mayo o proyectará una plataforma permanente, si estas organizaciones son capaces –o no- de construir y articularse con el resto del movimiento popular de masas en un proyecto común, y principalmente, si ese proyecto- de existir- es capaz de hacer sentido al conjunto de la sociedad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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