Un estudio Adimark, estableció que en Chile aproximadamente un 17% de la población recicla y, además, que somos líderes en producción de basura, con 16,9 millones de toneladas diarias generadas, es decir, un kilo de basura por cada chileno cada día.
Estas cifras son alarmantes si pensamos en que, paralelamente a esta producción de basura, estamos abogando por un medio ambiente cada vez más libre de contaminación y luchando contra los efectos del cambio climático. Y porque, claramente, no hay una correlación entre estos dos extremos de la actividad humana.
Pues bien, hace unas semanas se aprobó en su último trámite la Ley Marco sobre Gestión de Residuos y Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Esta ley es muy importante porque viene a llenar un vacío que había al respecto, ya que actualmente en Chile no existe ninguna norma que regule efectivamente el destino de la basura que generamos.
Es de tal magnitud esta situación, que como pudimos ver en enero recién pasado, el incendio que se provocó en el relleno “Santa Marta” en la Región Metropolitana y que dejó a la ciudad de Santiago sumergida bajo una nube tóxica, provenía fundamentalmente de la quema de residuos domiciliarios, o sea, basura producida en los hogares directamente y no de residuos industriales, como se podría haber pensado en un incendio de tal magnitud.
[cita tipo=»destaque»]La importancia que tiene, por tanto, este nuevo instrumento de gestión es muy significativa, sin embargo, y sin desmerecer para nada el avance que representa esta ley de reciclaje, existen temas aún pendientes y que no han sido resueltos por la nueva normativa.[/cita]
Se requiere de un adecuado manejo de residuos, tanto a nivel domiciliario como industrial.
Por ello, la responsabilidad extendida del productor implica que las empresas de productos prioritarios (como envases y embalajes, aceites lubricantes, vehículos, entre otros mencionados en la ley), están obligadas a hacerse cargo de los productos una vez terminada su vida útil. Actualmente, el sistema REP es utilizado como instrumento de gestión de residuos en Canadá, EE.UU., Francia, Alemania, entre otros.
La importancia que tiene, por tanto, este nuevo instrumento de gestión es muy significativa, sin embargo, y sin desmerecer para nada el avance que representa esta ley de reciclaje, existen temas aún pendientes y que no han sido resueltos por la nueva normativa.
Un problema dice relación con las exportaciones e importaciones de residuos peligrosos. La nueva ley deja abierta la posibilidad de exportarlos e importarlos, siempre que no sea para su eliminación o disposición final.
La exportación abierta y libre (solo sujeta a la discrecionalidad de la autoridad de turno) permite que los residuos sean enviados a otros países para su eventual tratamiento. A nuestro parecer esta situación es riesgosa, puesto que se podrían exportar residuos peligrosos a países que no tienen la capacidad instalada de valorizarlos, y en consecuencia estaríamos generando un riesgo de contaminación en países más vulnerables.
Además no hay fomento real a una industria de reciclaje nacional, puesto que al permitir la exportación de residuos de manera libre y sin prohibiciones, el incentivo es más a enviarlos a países más cercanos o más baratos, que a realizar nuevos emprendimientos verdes que busquen reciclar, reutilizar o valorizar de otra forma los residuos.
Por lo anterior es que propusimos una prohibición, en el sentido de que solo se pudiera exportar cuando en nuestro país no existiera capacidad instalada para la valorización y que, con todo, esta exportación fuera solo a países OCDE.
Lo que queremos es que haya más empleos verdes, más reciclaje y, por supuesto, más cultura y conciencia al respecto, puesto que sin estos factores esta ley no tendrá ningún efecto en la población.
Esperamos que de todas maneras existan en Chile nuevos emprendimientos en favor de una industria nacional de reciclaje porque con las nuevas obligaciones generadas por la nueva ley, las empresas productoras deberán hacerse responsables de los productos prioritarios que pongan en el mercado.
