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Derecha: narrativa y realineamiento

Tomás Fuentes Barros
Por : Tomás Fuentes Barros Cientista político.
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La izquierda le mintió al país. Les ofreció a los chilenos una “Nueva Mayoría”, que sería representativa de los vientos de cambio que, estimaban ellos, soplaban rabiosos desde la base de la sociedad nacional. Pero no había nada “nuevo”, ni tampoco una “mayoría” que supuestamente legitimaba transformaciones radicales, con retroexcavadora incluida. A poco andar, quedó demostrado que la verdadera nueva mayoría era una oposición estructural y transversal al gobierno y sus reformas.

¿Cómo logró la izquierda llegar al poder si su programa no reflejaba a los chilenos? Fundamentalmente por dos motivos. Primero, porque en ese entonces tenían una candidata con mucha popularidad, y segundo, debido a que desde la centroderecha hemos fallado sistemáticamente en ofrecer a la ciudadanía una narrativa convocante y que contribuya a romper los viejos alineamientos del sistema político. Y eso también ocurrió en nuestro gobierno, a pesar de inmensos logros en diferentes frentes de la gestión. Prueba del déficit de narrativa señalado, es que las elecciones de 2013 giraron en torno a eventos ocurridos hace más de cuarenta años. No fuimos capaces de clavar banderas con ideas fuerza en torno a los temas cruciales para los chilenos.

[cita tipo=»destaque»]Las experiencias alrededor del mundo demuestran que no basta con sentarse a esperar que los adversarios políticos pasen derrotados por enfrente de nuestra casa y volver cómodamente al gobierno. Tenemos que mostrar una plataforma programática fuerte pero con un hilo conductor. No una lista de supermercado o un check list de medidas.[/cita]

Las experiencias alrededor del mundo demuestran que no basta con sentarse a esperar que los adversarios políticos pasen derrotados por enfrente de nuestra casa y volver cómodamente al gobierno. Tenemos que mostrar una plataforma programática fuerte pero con un hilo conductor. No una lista de supermercado o un check list de medidas. Sería un error si articulamos nuestro discurso opositor sobre la base de la lógica de restaurar o recuperar el ritmo perdido por la mala gestión de la administración actual. Debemos ser capaces de reflejar las ideas, imaginarios y anhelos de esa verdadera “nueva mayoría”, conformada por quienes se definen como opositores a la izquierda. Ya no basta con el cambio por el cambio, o con simplemente pregonar que hacemos una mejor gestión (todo el mundo ya sabe que eso es cierto, así que se da por descontado). Sin ese relato, por inercia e incompetencia del rival igual podemos ganar las elecciones, pero no estaremos sentando las bases para consolidar políticamente el realineamiento social opositor que ha provocado este gobierno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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