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El renacimiento de la Izquierda en Europa

Jaime Ensignia
Por : Jaime Ensignia Sociólogo, Dr. en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Libre de Berlín. Director del Programa Internacional de la Fundación Chile 21
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Se viven tiempos inciertos y difíciles en la Europa Comunitaria. Una gran ola de emigrantes y de ciudadanos de países en guerra, no visto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, recorre los países más prósperos, y los que no los son tanto, de la Unión Europea. El mundo está conmocionado ante las imágenes que reflejan el éxodo. Las migraciones son tan masivas que los países de la UE han tenido que convocarse para dar respuesta como bloque a este humanitario desafío. Pero no es este el único fenómeno que merece la atención de lo que está pasando en Europa, sino también el resurgimiento de una nueva izquierda que comienza a poner a la defensiva a las viejas e históricas estructuras de los partidos socialistas y socialdemócratas europeos. Nos referimos, en esta ocasión, a cuatro experiencias dignas de análisis: el caso del Partido Syriza en Grecia; el fenómeno de Podemos en España; el difícil tránsito del Partido de las Izquierda (Die Linke) en Alemania; y el novedoso giro político del Partido Laborista Británico. “Europa está cambiando y hay un nuevo discurso en el continente de ruptura de las lógicas neoliberales que habían dominado de forma hegemónica desde la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989”.

No deja de sorprendernos el reciente triunfo de Alexis Tsipras y el partido Syriza en Grecia. Es pertinente recordar que el pueblo griego ha sido convocado en lo que va de este año a tres significativas elecciones nacionales, la primera el 25 de enero, cuando Tsipras gana las elecciones generales y resulta elegido primer Ministro; la segunda elección del 5 de julio, en el contexto del No rotundo del referendo sobre las condiciones de rescate propuesto por la Troika (Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo).

La última elección del 20 de septiembre, en donde Tsipras y Syriza repiten la victoria y casi obtienen la mayoría absoluta. Esta elección se da bajo las fuertes presiones exigidas por las políticas de austeridad por parte de la Troika y, especialmente, bajo lo que se ha denominado “El dictado de Alemania”, política ultrarrestrictiva impuesta a Grecia por parte de la canciller Merkel, el ministro federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el segundo al mando del gobierno alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel.

Tsipras y Syriza, se vieron forzados a entender que “otra cosa es con guitarra”, es decir, gobernar en mares absolutamente inhóspitos y turbulentos, presionados a ceder para preservar lo imprescindible de las aspiraciones con las que Syriza había llegado a gobernar en enero pasado. Ha sido una cruda prueba de fuego para esta coalición y su líder Tsipras paga altos costos con escisiones en su entorno, sin embargo, ha logrado pasar de ser un referente contestatario a uno de gobernanza para su país. Ahora bien, un herido político envuelto en importantes grados de corrupción en este reciente proceso griego es, sin duda alguna, el Partido Socialdemócrata PASOK.

[cita tipo=»destaque»] En el viejo continente ha comenzado la larga marcha en contra de las políticas de austeridad a ultranza y del poder ilimitado del sistema financiero, corazón de las fracasadas recetas que nos dejó el neoliberalismo.[/cita]

El caso de Podemos en España es algo más que sugerente. El surgimiento de este nuevo referente político, con un líder muy carismático como es el académico Pablo Iglesias y otras figuras relevantes cuyos liderazgos han nacido como producto de las manifestaciones masivas del 15 de mayo de 2011. Este movimiento de los “indignados” es la fiel oposición a las políticas de austeridad, al predominio del capital financiero, a la vez que rechaza la corrupción cada vez más presente en la política española y denuncia las políticas de recortes de los derechos sociales y laborales llevada a cabo por el gobierno español, entonces a cargo de Rodríguez Zapatero del PSOE.

Podemos tiene luego una “inesperada” irrupción en las elecciones del Parlamento Europeo de mayo 2014, en donde logra un 8% con un 1.249.000 votos, elige 5 eurodiputados, entre ellos Pablo Iglesias, y se erige como el tercer partido más votado. Esto coloca en entredicho la hegemonía que hasta ese momento había en la izquierda española, dominada por el histórico partido socialdemócrata PSOE y la Izquierda Unida, heredera del Partido Comunista Español. En las elecciones municipales de este año, Podemos logra hacerse de importantes alcaldías. Habrá que ver si en las próximas elecciones a Cortes Generales, del próximo 20 de diciembre de este año, Podemos logra vencer al bipartidismo imperante en la España. Está por verse si el PSOE será un nuevo accidentado en la política española.

Para el Partido de la Izquierda (Die Linke) en Alemania, el terreno es aún más pedregoso. Enfrenta en el escenario político al uno de los partidos socialdemócratas más poderosos de Europa, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y también al emergente Partido Ecologista de los 80, el Partido Alianza 90/Los Verdes (B90/Die Grünen).

El origen del Partido de la Izquierda lo encontramos en el antiguo Partido Socialista Unificado de la ex República Democrática Alemana, que luego de la caída del Muro de Berlín y con la reunificación de Alemania, tuvo que reconvertirse en fuerza política para este nuevo Estado Alemán, creándose el Partido del Socialismo Democrático (PDS). Con el tiempo, sectores del ala izquierda del SPD, entre ellos, un dirigente histórico, Oskar Lafontaine, ex ministro de Hacienda y ex presidente del SPD, junto a sindicalistas y otros sectores de izquierda, fundaron el referente político Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social (WAGS), como alternativa a la política neoliberal impulsada por el entonces Canciller Gerhard Schröder. Este referente liderado por Lafontaine finalmente se fusionó con el Partido de la Izquierda en el 2007.

El potencial electoral de este partido en las últimas elecciones federales de septiembre del 2013 se situó en el 8,6%, desplazando a Alianza 90/Los Verdes, quedando como la tercera fuerza electoral de Alemania. En la actualidad, son fuertes opositores a las políticas de austeridad y de marcada impronta neoliberal del gobierno de la Gran Coalición, integrado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido bávaro Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).

El sorprendente e inesperado giro del Partido Laborista Británico (Labour Party) con la elección de su líder máximo, Jeremy Corbyn, en septiembre pasado, ha sido un golpe a la cátedra al interior del partido mismo. Los estamentos de poder en el PL jamás pensaron que un outsider fuese a erigirse como el candidato más votado por las bases partidarias. Corbyn alcanza una importante mayoría con el 59,5% de los votos, desplazando a figuras políticas fuertemente vinculadas con los ex primeros ministros Tony Blair y Gordon Brown.

La victoria de Corbyn es recibida con atención en la política inglesa, debido a que su programa antiausteridad, de desarme nuclear, nacionalización de empresas estratégicas como los ferrocarriles, de férrea oposición a la intervención en Irak, de políticas de gratuidad en las universidades y aumento de los impuestos a los grupos e mayores ingresos, representa una estrategia política con más posibilidades de enfrentar al actual Primer Ministro conservador, David Cameron. La promesa de campaña de Corbyn de realizar “una nueva forma de hacer política”, se ha empezado a cristalizar en las actuaciones de este nuevo “viejo” líder laborista, en sus enfrentamientos con el Primer Ministro Cameron en el Parlamento Británico, o bien en su tratamiento “más” republicano con la realeza inglesa.

Corolario: la “gran” prensa europea y latinoamericana, es decir, los megamedios; académicos, periodistas, políticos conservadores como Álvaro Vargas Llosa y ex ministros de Hacienda como el chileno Andrés Velasco y otros referentes de las lides neoliberales, elevan sus críticas a estas expresiones de la política europea, tratándolas de aventuras populistas y demagógicas, tipificándolas como el regreso de los “rojos” al escenario político europeo o de políticas sesenteras.

No deja de ser paradójica la convergencia de estas opiniones siempre listas para alertar contra aquellos que, de una u otra manera, con mayor o menor éxito, intentan cambiar las reglas del juego impuestas por las políticas neoliberales desde hace más de tres décadas en el continente europeo. En el Viejo Continente ha comenzado la larga marcha en contra de las políticas de austeridad a ultranza y del poder ilimitado del sistema financiero, corazón de las fracasadas recetas que nos dejó el neoliberalismo. Quizás los sectores progresistas y socialdemócratas auténticos de nuestro continente latinoamericano puedan extraer algunas experiencias positivas de estos procesos en curso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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