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Concertación: convergencia fraterna y no sólo partidos

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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Se impuso el centralismo, la dominación por la repartición de cargos, el miedo a proponer nuevas búsquedas y paradigmas, con el sistema binominal y la Constitución autoritaria ayudaron al regreso de un estilo soberbio.


Hace algunos meses propusimos la idea de Convergencia Fraterna, y nos alegra que Carolina Tohá se atreva a decir lo que MEO y otros líderes propusieron mucho antes del vapuleo social a la marca Concertación: la mayoría social quiere una nueva coalición, un programa reformista, otro estilo, nuevas caras.

Convergencia tiene  un sesgo ochentero para quienes vivimos el enriquecedor proceso de autocrítica y renovación socialista, el cual fue frustrado al imponerse el ethos de lo posible, la administración por sobre la reforma y los operadores como protagonista por sobre los intelectuales críticos y los líderes sociales. Recordemos que la antigua Convergencia proponía no sólo la autocrítica de la UP, el rompimiento con el marxismo ortodoxo y  la no violencia de la desobediencia civil para derrocar la dictadura, sino también una crítica a las formas tradicionales de hacer política, incluyendo el autoritarismo no sólo militar. Hubo una valoración de la cultura, de los movimientos de base, del diálogo social y la educación popular, del feminismo y el ecologismo, apertura pionera al poder local y promesas de ligar la utopía democrática del socialismo con la dispersión del poder, y no su concentración en la junta de los grupos dominantes de cuatro partidos.  Ese estilo se traicionó (lo traicionamos, cual más y cual menos); se impuso el centralismo, la dominación por la repartición de cargos, el miedo a proponer nuevas búsquedas y paradigmas,  con el sistema binominal y la Constitución autoritaria ayudaron al regreso de un estilo soberbio.

Por eso, hace sentido lo de Convergencia (cercanía de diversos que convergen en un programa dialogado respetando diferencias), pero más que opositora (contra otro, sin sueño largo), con el adjetivo que debiera sustantivo de Fraterna:

[cita] Acercamiento dialógico de social cristianos, laicos, izquierdistas, socialistas diversos, ecologistas, progresistas, liberales de avanzada, federalistas y regionalistas, feministas e indigenistas, pacifistas…con alegría por la verdad del otro.[/cita]

–         Para que prime el diálogo y no la expulsión de disidentes

–         Para que nadie acapare el poder y se realicen efectivamente primarias y sistemas de consultas permanentes, sin temor a las formas de Democracia Directa, como lo propugnan Altman, Castillo, De la Maza, y otros intelectuales.

–         Para que no sólo sean partidos y establezca su asamblea o consejo con agrupaciones sociales, culturales, centros de pensamiento, movimientos indígenas, grupos que quieran adherirse, plataformas ciudadanas.

–          Para que enriquezca la idea de desarrollo con la amabilidad, acortar las brechas de segregación, buscar el sentido de comunidad en una educación que mezcla a la educación pública directa y la delegada (los subvencionados).

–         Para que las diferentes generaciones converjan en la valoración del otro y no en las pasadas de cuenta.

–         Para que exista efectivamente una significativa renovación de rostros

–         Para que se valore al otro y se acepte la diferencia sin rabia, en temas llamados éticos o socio-económicos, sin vetar iniciativas (estilo Concertación), sino que aceptando las diferencias y viviéndolas sin tragedia.

–         Para que independientes o plataformas ciudadanas puedan también ser parte y aspirar a competir con sus agendas

–         Para que a la demanda de libertad e igualdad, se adopte la política de la fraternidad que apela a lo comunitario, la salud mental, la búsqueda de los indicadores de felicidad.

–          Acercamiento dialógico de social cristianos, laicos, izquierdistas, socialistas diversos, ecologistas, progresistas, liberales de avanzada, federalistas y regionalistas, feministas e indigenistas, pacifistas…con alegría por la verdad del otro.

Convergencia Fraterna para un meta relato necesario para Chile, para un estilo nuevo sincero, para la coalición nueva que urge para Chile con protagonismo de las nuevas generaciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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