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Una política de calidad para el deporte

Neftalí Carabantes
Por : Neftalí Carabantes Abogado, secretario general de la Universidad Central, ex subsecretario General de Gobierno de la administración de Michelle Bachelet.
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Generar desde el Estado una «cultura del deporte» ha sido un compromiso férreo durante esta gestión, que no sólo es reconocido a nivel nacional sino que también fuera de nuestras fronteras.


La masificación del deporte constituye un elemento central en el desarrollo de un país. Es sabido que su práctica mejora considerablemente aspectos esenciales de la salud pública, de los procesos educativos y de la seguridad ciudadana. Es así como en el gobierno de la Presidenta Bachelet se han logrado avances sustanciales en el desarrollo de esta poderosa herramienta de participación e inclusión social.

En efecto, los últimos logros deportivos, entre los que contamos por cierto el campeonato de la selección sub 20 en el Torneo Esperanzas de Toulon y la clasificación de la selección adulta al Mundial de Sudáfrica 2010, no sólo se remiten al popular balompié. La realización del mundial femenino de fútbol en Chile,  el triunfo de las «marcianitas» en el hockey patín; de Nicolás Massú y Fernando González en Copa Davis; de Tomás González en gimnasia; de Kristel Köbrich en natación, son ejemplos de lo importante que es el desarrollo del deporte para el alma nacional y dejan en claro la necesidad de perfeccionar la plataforma institucional que lo sustenta.

Desde el gobierno de Arturo Alessandri, cuando se erigió el Estadio Nacional y otros recintos a lo largo del país, ningún mandatario había realizado cambios tan profundos en materia deportiva. En buenas cuentas, generar desde el Estado una «cultura del deporte» ha sido un compromiso férreo durante esta gestión, que no sólo es reconocido a nivel nacional sino que también fuera de nuestras fronteras. Prueba de ello es la distinción que la Conmebol entregó en julio a la Presidenta Bachelet por su apoyo al deporte, en especial al fútbol.

Las obras realizadas en estos cuatro años representan la mayor inversión en deporte de toda la historia del país. En 2008 se destinaron cerca de 57 mil millones de pesos para la construcción de la Red Nacional de Estadios que sirvió de sede para la Copa Mundial Femenina sub 20, además del Centro Nacional Olímpico en la comuna de Ñuñoa. Corresponde a la inversión más importante en más de cuatro décadas, a la que se suman los 52 mil millones de pesos que se han invertido este año para el mejoramiento de la infraestructura deportiva en 12 ciudades a lo largo de Chile.

En el año 2010 se trabajará para completar la segunda fase de la Red Estadios que contempla 14 recintos deportivos en 11 regiones a lo largo del país. Una de las inversiones de mayor envergadura se encuentra en las obras de remodelación completa del Estadio Nacional, donde se invertirán 20 mil millones de pesos en la construcción de canchas de hockey-césped, reparación del patinódromo, del centro acuático, del estadio atlético y mejoras en el Centro de Alto Rendimiento.

Pero el compromiso de esta administración con la práctica deportiva no sólo se plasma en el deporte de alto rendimiento, sino que incluye centros de estimulación temprana para apoyar el desarrollo en la primera infancia y complejos deportivos comunales que brindan los espacios para que niños y jóvenes puedan desarrollar sus habilidades en las mejores condiciones.

En una sociedad donde la inmediatez y los avances tecnológicos propician un aumento alarmante del sedentarismo, es necesario levantar una institucionalidad que proyecte al deporte como un agente de cambio social. En este sentido, la aprobación de la idea de legislar para el proyecto que crea el Ministerio del Deporte y la Juventud permitirá fomentar su práctica en todos los sectores de la sociedad sin importar la edad ni el sexo.

El gobierno de la Presidenta Bachelet tiene plena convicción de que la implementación de una política deportiva no sólo se sustenta en la construcción de nuevos estadios; la plusvalía de esta iniciativa se encuentra en la generación de una institucionalidad e infraestructura que establece, a partir de bases sólidas, el desarrollo participativo y moderno del deporte.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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