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Carles Puigdemont se declara el «presidente legítimo» de Cataluña y niega que vaya a pedir asilo político en Bélgica Pide garantías para volver

Carles Puigdemont se declara el «presidente legítimo» de Cataluña y niega que vaya a pedir asilo político en Bélgica

El líder independentista catalán dijo que acatará el resultado de las elecciones que el gobierno español ha convocado para el próximo 21 de diciembre en Cataluña. Pero no concretó cuándo va a volver a España, donde la fiscalía le acusa de los delitos de rebelión y sedición tras la declaración de independencia.


El ex presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, ha comparecido este martes en Bruselas para decir que se considera el «presidente legítimo» de Cataluña y que no está en Bélgica para pedir asilo político.

«No estoy aquí para pedir asilo político. Estoy aquí en Bruselas como capital de Europa. No se trata de política belga. Estoy aquí para actuar con libertad y seguridad», afirmó.

«Una parte del gobierno catalán se ha desplazado a Bruselas, entre ellos yo mismo, para hacer evidente el problema catalán en el corazón institucional de Europa y denunciar la politización de la justicia española», dijo Puigdemont, quien ha sido acusado por parte de la fiscalía del Estado de los delitos de rebelión y sedición, entre otros, que pueden ser castigados con hasta 30 años de cárcel.

Puigdemont aseguró que el resto del gobierno depuesto se quedará en Barcelona, incluido el vicepresidente cesado Oriol Junqueras, «haciendo la actividad política como miembros legítimos del gobierno de Cataluña».

Sin embargo, no especificó por cuánto tiempo piensa permanecer en la capital belga alejado del resto de miembros del gobierno cesado.

Y aunque aseguró que acata la justicia española, también dijo que «si hubiera garantías inmediatas de un tratamiento justo, si me permitiera un juicio justo, independiente, con separación de poderes, lo que vemos en la mayoría de países europeos, sin duda retornaría de manera inmediata».

Según el expresidente catalán, Carles Puigdemont, el parlamento cumplió con el «mandato» del referendo del 1 de octubre al declarar la independencia.

Puigdemont dijo también que acatará el resultado de las elecciones que el gobierno español ha convocado para el próximo 21 de diciembre en Cataluña.

En su comparencia, el expresidente catalán ha dicho que la querella de la fiscalía española es una muestra de «extrema agresividad» y que no tiene fundamentos jurídicos.

«Al pueblo de Cataluña le digo que se prepare para un largo camino», dijo. «La República catalana será un Estado diferente. No hemos llegado hasta aquí para comportarnos como tantas veces hemos criticado que se ha comportado el gobierno español».

Puigdemont hizo estas declaraciones desde el Club de la Prensa de Bruselas, donde decenas de periodistas se congregaron para conocer cuáles son los planes del presidente destituido.

Días de actividad frenética

En las últimas horas se había especulado en medios españoles con que pudiera pedir asilo, pero también con que su presencia en Bruselas se debiera a una estrategia para intentar conseguir una mayor involucración diplomática de actores extranjeros, o «internacionalización del conflicto», en la terminología que utilizan los miembros cesados del gobierno catalán.

España en su conjunto vive unos días de actividad frenética y suspense.

El 10 de octubre, el todavía presidente de Cataluña anunciaba la suspensión de la declaración de independencia con el objetivo de buscar una mediación internacional, algo a lo que el gobierno español se niega rotundamente.

El día 16, la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela envió a prisión a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, dos entidades con gran capacidad de movilización dentro del movimiento independentista.

La expectación ante la comparecencia de Puigdemont en Bruselas ha sido máxima.

El jueves 26 de octubre, Puigdemont compareció para anunciar que no convocaría elecciones regionales porque no había recibido «garantías» del Estado de que estas pudieran celebrarse con normalidad, tras mucha especulación de que sí lo haría para evitar la intervención de la autonomía catalana por parte del gobierno español.

Al día siguiente, se aprobó en el Parlamento catalán la declaración de independencia de Cataluña, esta vez sin suspensión, con casi toda la oposición fuera del hemiciclo.

Y, finalmente, el gobierno de España anunció la destitución de todo el gobierno catalán y la celebración de elecciones regionales el 21 de diciembre.

Cuando parecía que volvía cierta calma, y los partidos independentistas anunciaban que participarán en esos comicios aunque no los haya convocado la Generalitat (gobierno autonómico), el lunes empezó a correr como la pólvora la noticia de que Puigdemont se había ido a Bruselas, la capital de Bélgica.

Esto causó sorpresa incluso entre los miembros de su propio partido, el Pdcat, que lo esperaban para una reunión de la ejecutiva.

Simpatizantes de la independencia de Cataluña celebraron el voto en el parlamento.

Medios españoles afirmaron que el expresidente viajó en coche hasta la ciudad francesa de Marsella y allí subió a un avión rumbo a Bélgica, aunque los detalles del viaje no fueron confirmados oficialmente.

La información apareció poco después de que el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, anunciara una querella contra Puigdemont y todos los miembros del gobierno destituido por los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos, entre otros.

El fiscal pidió a la Audiencia Nacional, el tribunal competente, que cite a declarar para prestar declaración a Puigdemont y al resto de exconsejeros, 14 personas en total.

Maza también se querelló contra todos los miembros de la Mesa del Parlament por admitir a trámite la declaración de independencia que se votó el día 27 de octubre, día en que todos los diputados de los partidos contrarios a la independencia abandonaron el hemiciclo.

 

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