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Una multa de US$100 por eyacular: congresista de Texas presenta proyecto de ley que castiga la masturbación masculina

Una multa de US$100 por eyacular: congresista de Texas presenta proyecto de ley que castiga la masturbación masculina

La legisladora de Texas Jessica Farrar presentó un proyecto de ley para «proteger a los niños que no han nacido», que prevé multas de US$100 para «todas las emisiones (de esperma) fuera de una vagina o de un centro médico». Te contamos el por qué de la propuesta.


El aborto es un tema controvertido en Texas. A menudo se enfrentan quienes lo apoyan con los que lo rechazan.

Una multa de US$100 por eyacular.

Esa es la propuesta de una legisladora en Texas (sur de EE.UU.), quien pide que «todas las emisiones (de esperma) fuera de una vagina o de un centro médico» conlleven a una penalización monetaria.

La presentación de este proyecto de ley tiene un objetivo simple, dice Jessica Farrar: proteger a los niños que no han nacido.

Bajo el proyecto de ley, cualquier eyaculación sin el propósito de procrear sería considerada como «un acto en contra de un niño sin nacer».

Además, la propuesta prevé periodos de espera de 24 horas para los hombres que deseen someterse a una colonoscopia o a una vasectomía, o que quieran comprar Viagra, y permite que los profesionales médicos se nieguen a proveer estos servicios por razones de conciencia.

Bajo el proyecto de ley los doctores deben promover entre los hombres la abstinencia o la eyaculación en clínicas para que el esperma pueda ser almacenado.

Llamar la atención

Jessica Farrar, miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Texas, que introdujo esta legislación la semana pasada, sabe que esta nuca se aprobará.

Lo que quiere es llamar la atención sobre las duras restricciones impuestas sobre las mujeres del estado cuando deciden someterse a un aborto.

Jessica Farrar introdujo un proyecto de ley con el objetivo de generar una discusión sobre los derechos reproductivos de las mujeres.

La legisladora es especialmente crítica con el más reciente de una serie de proyectos de ley que, según ella, atentan contra los derechos de las mujeres.

La propuesta pide obligar a las mujeres a enterrar o incinerar los restos del embrión producto de un aborto inducido o espontáneo.

Durante una audiencia de este proyecto legislativo el pasado agosto, el senador estatal Don Huffines dijo: «Por mucho tiempo ya, Texas ha permitido que los más inocentes entre nosotros sean tirados con la basura diaria».

Jessica Farrar decidió llamar la atención sobre propuestas como esta.

«Me puse a pensar que quizá lo que es bueno para uno es bueno para unos lo es para los otro», le dijo Farrar a la BBC.

«Si estamos tomando estas medidas por la santidad de la vida, simplemente no podemos desperdiciar ni una sola semilla», dijo en referencia al esperma de los hombres.

Son muchos a los que el proyecto de ley de Farrar no ha gustado.

«Sencillamente estúpido», expresó un usuario en Twitter, quien aseguró que solo un embrión necesita protección y preguntándole a la legisladora si podría usarse esa ley para la menstruación femenina.

«La vida empieza con la concepción», señaló por su parte el senador Don Huffines.

Leyes restrictivas

Texas tiene una de las legislaciones más restrictivas sobre el aborto dentro de Estados Unidos, a pesar de que el año pasado la Corte Suprema anuló una ley de 2014 que prohibía los abortos inducidos por fármacos después de siete semanas de gestación.

La Corte Suprema de EE.UU. derogó una ley de Texas que impuso restricciones a las clínicas de aborto.

Dichas restricciones han hecho que las clínicas que realizan abortos sean escasas y lejanas entre sí.

Según el diario The Texas Tribune, había en el estado 19 clínicas que practicaban abortos en junio de 2016, la gran mayoría concentrada en zonas urbanas.

Eso dejó el 95% de los condados dentro de las fronteras de Texas sin una clínica de este tipo.

En los 885 kilómetros entre San Antonio y El Paso no hay centros médicos que realicen el procedimiento.

Aumento de tensiones

Farrar habló con enfado sobre las mujeres forzadas a sentarse y escuchar una charla sobre las implicaciones morales del aborto, así como a mirar imágenes de fetos, cuando buscan terminar su embarazo.

También se someten a una ecografía vaginal intrusiva para oír los latidos del corazón del bebé y reciben advertencias de que el aborto está vinculado al cáncer de mama, a pesar de que esta afirmación ha sido refutada.

El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, participó en la «Marcha por la Vida» en enero, que reunió a miles de personas en contra del aborto en Washington.

«Es claro que esto es para manipular», dijo Farrar, cuya propuesta de ley sugiere un equivalente masculino para cada uno de los procesos que se realizan sobre las mujeres, incluido un «examen rectal».

«La mujer es la única que sabe lo que está pasando en su vida», aseguró la legisladora.

El grupo con sede en Texas New Wave Feminists («Feministas de la Nueva Ola», en español) insistió en que quiere apoyar a las mujeres, pero cree que un feto también tiene derechos.

«Muchos podrían afirmar que el feto es de hecho el miembro más vulnerable de la familia humana y aun así -porque es pequeño, débil y no puede pedirnos que paremos- hemos decidido que está bien desecharlo de cualquier forma que nos parezca», señaló la organización.

Las mujeres de Texas no son las únicas que se enfrentan en EE.UU. a un aumento de leyes que buscan restringir el aborto.

Se ha visto un aumento de las tensiones entre los activistasen contra y a favor del procedimiento desde la llegada a la presidencia de Donald Trump, que ha hecho que la Casa Blanca se aleje de la postura que favorece la elección de la mujer mantenida durante el gobierno de Barack Obama.

Una serie de nuevas restricciones ha sido propuesta por varios legisladores en el país.

Bajo el proyecto de ley, cualquier eyaculación sin el propósito de procrear sería considerada como «un acto en contra de un niño sin nacer».

Entre ellas, una que obligaría a las mujeres en el estado de Oklahoma a obtener un permiso de su pareja sexual para abortar.

Incubadoras humanas

El hombre que propuso ese proyecto de ley, que se aprobó en su primera lectura en febrero, describió a la mujer embarazada como una «anfitriona» de su hijo no nacido.

Farrar teme que esta idea gane resonancia en Texas.

«Estamos hablando de propuestas que tratarían el cuerpo de la mujer como una incubadora», dijo la representante, quien fue elegida para el Congreso estatal en 1994.

Ya en Texas el derecho a la vida de un niño no nacido invalida la llamada orden de no resucitación (DNR, por sus siglas en inglés) para las mujeres que están embarazadas.

Una DNR hace que el personal médico no intente revivir a un paciente si este deja de respirar o su corazón se detiene, debido al daño que ya se le ha causado.

Farrar espera que la propuesta de ley provoque un debate sobre las leyes sobre el aborto que hay en Texas.

Ahora, una propuesta de ley obligaría a las mujeres a llevar un feto inviable a término si se descubre el problema luego de las 20 semanas de gestación.

Otra podría incluso evitar que un médico informe a una familia de la condición de su bebé si siente que podrían decidir abortarlo.

Elizabeth Graham, directora de la organización antiaborto Texas Right to Life («El derecho a la vida de Texas», en español), defiende preservar la vida del feto.

«Las provisiones actuales que asumen la muerte para los niños no nacidos con discapacidad no solo son embarazosas sino moralmente inconcebibles».

Jessica Farrar sostiene que es necesario abordar cuestiones más apremiantes, como el hecho de que Texas tiene la tasa más alta de mortalidad materna en el mundo desarrollado.

«Creo que la razón por la que estamos donde estamos es porque la gente ha tolerado estas cosas», dijo.

«Espero que mi propuesta de ley despierte a la gente».

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