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Los socialistas, en su crisis más grave mientras España sigue sin Gobierno

Los socialistas, en su crisis más grave mientras España sigue sin Gobierno

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que reunió a la Comisión ejecutiva del partido, de la que casi la mitad de miembros dimitieron el miércoles pasado para forzar su salida, planteó hoy la celebración de un congreso extraordinario los días 12 y 13 de noviembre.


Mientras España sigue con un Gobierno en funciones desde hace nueve meses, la cuestionada dirección del Partido Socialista, fuerza clave para resolver el bloqueo, propuso hoy dos medidas meramente orgánicas que pretenden atajar la mayor crisis interna de su historia moderna.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que reunió a la Comisión ejecutiva del partido, de la que casi la mitad de miembros dimitieron el miércoles pasado para forzar su salida, planteó hoy la celebración de un congreso extraordinario los días 12 y 13 de noviembre.

Antes, el 23 de octubre, se celebrarían unas elecciones primarias para elegir secretario general, bien el propio Sánchez, que volverá a presentarse, bien otro u otros candidatos que le desafíen.

El liderazgo de Sánchez está muy entre paréntesis toda vez que el miércoles se quedó sin 17 de los 35 miembros de su ejecutiva en una jornada que marcó la profunda división que afecta a los socialistas españoles.

Durante toda esta mañana ha seguido la lucha de poder que reina en el primer partido de la Oposición, una fuerza política que ha gobernado durante más de veinte años España desde 1977, cuando este país recuperó la democracia.

La propuesta de Sánchez, de primarias y congreso, debe obtener el visto bueno del llamado comité federal, el órgano de dirección del PSOE, que se reúne este mismo sábado.

De cómo se resuelva esta crisis depende, en buena medida, qué harán los socialistas para evitar unas terceras e indeseadas elecciones generales.

El Gobierno del conservador Mariano Rajoy (Partido Popular, PP) lleva en funciones desde el 20 de diciembre de 2015, cuando se celebraron unos comicios que produjeron tal bloqueo político que los españoles volvieron a las urnas el 26 de junio de este mismo año.

En principio, los partidarios de Sánchez mantienen su negativa a facilitar un Gobierno de Mariano Rajoy, a quien le faltan seis diputados para conseguir la mayoría absoluta en el Parlamento español.

Los críticos, en cambio, se muestran favorables a que una abstención total o parcial del grupo parlamentario socialista permita gobernar al dirigente del PP.

La única persona que, hoy por hoy, parece dispuesta a enfrentarse a Sánchez para encabezar el PSOE es Susana Díaz, presidenta de Andalucía, región que ha sido desde hace décadas un feudo socialista y que, por ello, tiene mucho poder en el seno del partido.

La oposición interna a Sánchez cree que éste debería dimitir, como ha hecho casi la mitad de su ejecutiva, si bien la interpretación de este extremo depende de un órgano interno llamado comisión de Ética y Garantías, instancia que el aún secretario general no quiere convocar.

Así las cosas, los críticos no reconocen la autoridad ni de Sánchez ni de los fieles que le acompañan.

Uno de sus portavoces, la presidenta del comité federal, Verónica Pérez, acudió hoy a la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, para preparar la reunión del sábado y pedir que intervenga la mencionada comisión.

Pérez salió de la sede dos horas después sin ser recibida por nadie. «Intentar buscar una maniobra reglamentaria o estatutaria para atrincherarse en Ferraz no es estar a la altura de lo que merece este partido», dijo en la puerta de la sede.

A la reunión del comité federal acudirán este sábado partidarios y detractores de Sánchez. Los primeros, para apoyar el calendario propuesto por el todavía secretario general; los segundos, para pedir una «comisión gestora» que sustituya a la disminuida dirección y convoque un congreso nacional.

Antes, éstos pretenden que el PSOE facilite la formación de un Gobierno para España, dado que el 31 de octubre, por imperativo constitucional, el Parlamento quedará disuelto y las terceras elecciones, que todos los partidos prometieron evitar, se celebrarían poco antes de las Navidades.

Como ha ocurrido con la propia comisión ejecutiva del PSOE, nadie descarta la posibilidad de que, siquiera sea por vez primera, el grupo parlamentario socialista también se divida y alguno de sus miembros opte por abstenerse para que Rajoy siga gobernando

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