El bombero Andrew Klein se ha hecho famoso alrededor del mundo por su noble gesto tras acudir a un llamado de incendio en Santa Mónica, California. Allí, tras apagar las llamas, ayudó a salvar la vida de Nalu, un perro que había tragado mucho dióxido de carbono en el siniestro que afectó la casa de su dueña. Tras rescatarlo, se percató de que estaba prácticamente muerto, por lo que decidió aplicar la maniobra de respiración boca a boca. Luego de 20 minutos, el can regresó a la vida.