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Fotos: Corre Dakar corre (o cuando lo importante es ganar o salir vivo)

Fotos: Corre Dakar corre (o cuando lo importante es ganar o salir vivo)

Hernán Pereira
Por : Hernán Pereira Profesor y fotógrafo
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Una parte de la ruta incluye a Iquique, en la Región de Tarapacá. Llegan autos, motos, cuadriciclos y camiones, bajando por un camino que impresiona por la pendiente y porque a lo lejos, en pleno desierto, se divisa el mar, los cientos de espectadores y el enrejado campamento. Así, tan rápido como llegó, se fue el Dakar. Es cada año, flor (amor/odio) de un día.


*Fotografiar esta competencia es un excelente ejercicio de observación y reacción rápida con la cámara. Cada fotógrafo quiere la toma más original de una competencia hiper retratada que obliga a moverse rápido, cuidarse y no ser atropellado, o esquivar las altas temperaturas del desierto. Cada año llegan fotógrafos expertos que viajan desde muchos países a buscar la serie de fotos legendarias. Aquellas que serán portadas de prensa, afiches, gigantografías o el registro visual, efímero y temerario… como signo de los tiempos.

Al igual que película Ben Hur, donde los guerreros se destrozaban en la arena para diversión del pueblo romano, el rally Dakar hace algo parecido… urbi et orbi. La naturaleza los espera, sorprende y liquida de vez en cuando. Las empresas millonarias involucradas y los corredores del Dakar saben que se trata de velocidad, poder y estatus. Cuanto mayor es la fortuna y expertos involucrados en la hazaña, más segura es la victoria. Como tantas cosas del presente, llegar primero es lo que cuenta. Es un viaje del ego y del super ego que recorre 9000 kilómetros y dura 14 días. Salir vivo es el premio de consuelo.

¿Habrá estudios de mercado que demuestren que la decisión de compra de un vehículo tiene al Dakar como un indicador importante a la hora de elegir la marca? En todo caso, para los gobiernos de los países por donde pasa la carrera (Argentina, Chile y Bolivia) el tema es irresistible y poco o nada escuchan a los ambientalistas que se quejan por estos días sobre el grave daño que causan al medio ambiente los centenares de vehículos que corren y contaminan.

Tiene mucha más tribuna la cobertura que hacen los medios sobre la carrera. Se ha instalado, como una verdad irrefutable, la idea de que el Dakar nos hace bien pues atrae a turistas y pone a cada región en las pantallas de millones de hogares extranjeros. Ver la competencia genera emoción y vértigo, interés y rechazo y muchas preguntas sobre la conveniencia de ser país sede.

Una parte de la ruta incluye a Iquique, en la Región de Tarapacá. Llegan autos, motos, cuadriciclos y camiones, bajando por un camino que impresiona por la pendiente y porque a lo lejos, en pleno desierto, se divisa el mar, los cientos de espectadores y el enrejado campamento. Así, tan rápido como llegó, se fue el Dakar. Es cada año, flor (amor/odio) de un día.

 

* Foto y textos: Hernán Pereira.

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